Clamor mundial contra la guerra
Millones de personas respaldan en 600 ciudades la mayor manifestaci¨®n de la era de la globalizaci¨®n
El mundo fue un clamor contra la guerra en Irak. Convertido en la aldea que un d¨ªa so?¨® Marshall McLuhan, el planeta Tierra vivi¨® ayer la primera manifestaci¨®n de la era global: desde Aotearoa, en Nueva Zelanda, a la estaci¨®n de McMurdo, en la Ant¨¢rtida; en las meg¨¢polis como Nueva York, el DF mexicano o S?o Paulo; en las capitales de la vieja Europa, Roma, Londres, Par¨ªs y Berl¨ªn. En m¨¢s de 600 puntos del mundo m¨¢s de seis millones de personas invadieron las calles, seg¨²n estima la agencia Reuters. Los c¨¢lculos policiales cifran en medio mill¨®n los manifestantes en Berl¨ªn, 750.000 en Londres, 650.000 en Roma, 150.000 en Par¨ªs y cientos de miles en Estados Unidos.
Unos iban casi en taparrabos para soportar el calor en el hemisferio sur. Otros abrigados y tapados hasta las orejas para combatir el fr¨ªo. Todos marcharon bajo el lema: "?No a la guerra en Irak!". Muchos llevaban pancartas que proclamaban: "?No a la sangre por petr¨®leo!".
Habr¨ªa que remontarse a finales de la d¨¦cada de los sesenta, cuando las manifestaciones contra la guerra de Vietnam, para encontrar algo similar. No obstante, las diferencias son evidentes. Los manifestantes del 68 recorr¨ªan las calles de Berl¨ªn, entonces dividido por el muro, al grito de "?Ho-Ho-Ho-Chi-Minh!". Ayer, salvo en algunas manifestaciones aisladas, como el pu?ado de los 500 nost¨¢lgicos del comunismo en Mosc¨² y las organizadas por el r¨¦gimen de Irak, nadie se manifestaba en favor del d¨¦spota de Bagdad.
El precedente m¨¢s inmediato a las manifestaciones de ayer se remonta en Europa a la d¨¦cada de los ochenta, cuando centenares de miles salieron a las calles para protestar contra el estacionamiento de los euromisiles. La diferencia respecto a la manifestaci¨®n de ayer reside en el contexto geopol¨ªtico. Las manifestaciones pacifistas de los ochenta se realizaron en una Europa todav¨ªa dividida por el muro y las alambradas seg¨²n las l¨ªneas trazadas en Yalta al final de la II Guerra Mundial. Era un mundo bipolar con una hegemon¨ªa dividida entre Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Las manifestaciones de ayer responden a un intento de oponer resistencia a la hegemon¨ªa de EE UU, a la sospecha de llevar adelante una guerra para asegurarse el abastecimiento con el petr¨®leo de Oriente Pr¨®ximo, contra la introducci¨®n de la doctrina de la guerra preventiva y la destrucci¨®n de los cimientos del Derecho Internacional vigente hasta ahora. Los seguidores de la Administraci¨®n de Bush se legitiman con el argumento de prevenir el terrorismo.
La convocatoria en Alemania para la manifestaci¨®n bajo el lema ?No a la guerra en Irak! diferenciaba con claridad: "Una nueva guerra del Golfo lleva a la poblaci¨®n iraqu¨ª, que sufre hambre y necesidades por el embargo y por la opresi¨®n del r¨¦gimen dictatorial de Sadam Husein, a¨²n m¨¢s miseria, miles de muertos y la destrucci¨®n de ciudades e infraestructura".
En una "Carta abierta a nuestros hermanos y hermanas en todo el mundo", los organizadores de la manifestaci¨®n en Estados Unidos se dirigen a "la comunidad global" para advertir: "El presidente Bush no habla en nuestro nombre. El pueblo de EE UU no tiene nada que ganar en esta guerra".
Volvieron a salir a las calles contra la guerra viejos dinosaurios que ya se compromet¨ªan hace m¨¢s de 30 a?os: el cantante Pete Seeger, el de We shall overcome! (Venceremos), se manifest¨® en Nueva York. Tambi¨¦n Harry Belafonte, que ya lo hizo el 10 de octubre de 1981 en Bonn y cant¨® contra la bomba de neutrones. En Berl¨ªn, tres ministros del Gobierno del canciller socialdem¨®carata Gerhard Schr?der (SPD), dos verdes y Heidi Wieczorek-Zeul (SPD), que en los a?os setenta era conocida como Heidi la Roja, se unieron a los manifestantes en contra de las advertencias de su jefe de Gobierno. El tercer ministro ecopacifista del Gabinete alem¨¢n es el de Exteriores, Joschka Fischer. En los a?os sesenta, Fischer lanzaba piedras y se manifestaba contra la guerra en Vietnam y ahora preside, con traje y chaleco, las reuniones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Colleen Kelly, una enfermera de 40 a?os, se dispon¨ªa a manifestarse en Nueva York. Su hermano Bill muri¨® el 11 de septiembre en el atentado terrorista contra las Torres Gemelas. La enfermera declar¨® a un peri¨®dico japon¨¦s que no acepta que se haga la guerra en su nombre: "Los ataques preventivos sientan un peligroso precedente".
El vicepresidente del Parlamento alem¨¢n (Bundestag), la segunda autoridad en el pa¨ªs, Wolfgang Thierse, tambi¨¦n se manifest¨® en Berl¨ªn, "como ciudadano y miembro del SPD", para expresar que "la guerra no es un medio de la pol¨ªtica, sino el fracaso de la pol¨ªtica. Hay una alternativa realista para desarmar a Sadam Husein".
El actor y director de cine Tim Robbins se manifest¨® en Londres. Su mujer, la actriz Susan Sarandon, es una l¨ªder de la protesta en EE UU. Robbins declar¨® a la BBC que si Bush y el primer ministro del Reino Unido Tony Blair ignoran a las multitudes que se manifestaron, "no son los l¨ªderes adecuados para una democracia".
En el frente de los defensores de la pol¨ªtica de EE UU y la Administraci¨®n de Bush, el primer ministro Blair intervino ayer en Glasgow en defensa de su postura sobre Irak. Sostiene Blair: "Yo no busco la impopularidad como una medalla de honor, pero a veces es el precio del liderazgo y el costo de las convicciones".
El d¨ªa en que Internet sustituy¨® a los panfletos
La primera manifestaci¨®n global de la historia ha sido posible gracias a la existencia de un medio global de comunicaci¨®n al alcance de todos. Internet, la red mundial de comunicaci¨®n, puso de manifiesto de forma palpable sus posibilidades como arma de ejercer el contrapoder frente a la hegemon¨ªa de la ¨²nica potencia del mundo.En pocos d¨ªas, gracias a la red de Internet, se logr¨® una movilizaci¨®n que hizo que millones de personas saliesen ayer a la calle para oponerse a los planes de guerra de Estados Unidos.Las p¨¢ginas web han sustituido a los panfletos que en los a?os sesenta convocaban a manifestarse contra la guerra en Vietnam y en los ochenta a oponerse al estacionamiento de los euromisiles o la bomba de neutrones.En Alemania, Christian Golla, del movimiento pacifista, declara a la edici¨®n digital del semanario Der Spiegel: "La web es el medio de comunicaci¨®n e informaci¨®n de los nuevos tiempos. Es cierto que en los a?os ochenta los peri¨®dicos alternativos alcanzaban a los grupos de potenciales interesados, pero ahora llegamos a todos". Seg¨²n Golla, "tenemos un medio de comunicaci¨®n exclusivo con el que podemos alcanzar a la gente". La Red ofrece al movimiento pacifista "la posibilidad de evitar los canales de comunicaci¨®n y los medios de comunicaci¨®n normales", dice Golla.La p¨¢gina de la Alianza 15 de Febrero en Alemania ofrec¨ªa las direcciones de correo electr¨®nico de 59 pa¨ªses del mundo, la lista de 103 organizaciones que en Alemania apoyaban la manifestaci¨®n de Berl¨ªn, el manifiesto de convocatoria, los lugares de concentraci¨®n, las l¨ªneas de metro y de autobuses, las posibilidades de transporte, lugares para pernoctar y un plano detallado de la capital alemana.La p¨¢gina de United for Peace and Justice (Unidos por la Paz y la Justicia) de Estados Unidos publicaba, adem¨¢s del manifiesto y la carta a "las hermanas y hermanos del mundo", los contactos en todos los Estados de EE UU, la relaci¨®n de m¨ªtines y manifestaciones, los trenes y autobuses para Nueva York, instrucciones para organizar los desplazamientos y conexiones con los grupos organizadores de las manifestaciones del resto del mundo.
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