Refugios para una guerra
Los vientos de guerra han terminado por ser huracanes en los mercados de valores. La amenaza de conflicto con Irak ha provocado p¨¦rdidas en algunas plazas financieras superiores al 10% desde principios de a?o, ha elevado el precio del petr¨®leo hasta casi 33 d¨®lares y ha sumido a los inversores en la inquietud. ?Qu¨¦ hacer cuando se espera una guerra? Seg¨²n los analistas, si no se tiene necesidad de liquidez, lo mejor es mantener la inversi¨®n en Bolsa e ignorar los inevitables vaivenes que sufrir¨¢.
Las cautelosas previsiones de los analistas aventuran que, s¨®lo en las primeras sesiones tras estallar el conflicto, podr¨ªan ser los valores tecnol¨®gicos los primeros en subir. Despu¨¦s, las acciones de industrias ligadas al conflicto o de transporte podr¨ªan ser las m¨¢s beneficiadas. Si se quiere estar en Bolsa, opinan que habr¨¢ que invertir primero en valores defensivos y, si hay una soluci¨®n r¨¢pida al conflicto, cambiarla luego por acciones ligadas al ciclo econ¨®mico. En cualquier caso, prefieren valores europeos y recomiendan fijarse en econom¨ªas emergentes.
En cuanto al mercado de bonos, si la guerra dispara los d¨¦ficit p¨²blicos cabe esperar una subida de tipos, lo que provocar¨ªa una ca¨ªda en el precio de estos productos y el alza en su rentabilidad.
Para ahorradores con menos apego al riesgo hay refugios tradicionales que siguen funcionando. Uno de ellos, el oro. El dinero ha corrido en su busca y ha situado la cotizaci¨®n en el nivel m¨¢s alto desde 1996, hasta llegar a 380 d¨®lares por onza. Los fondos garantizados, los dep¨®sitos bancarios y las cuentas remuneradas tambi¨¦n dan una tregua. La alternativa inmobiliaria tiene m¨¢s riesgo, dado su alto precio.
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