El regreso de Brenan
El reciente estreno de Al sur de Granada ha dado lugar a una catarata de art¨ªculos y reportajes sobre Brenan. Uno de ellos ha sido el de Jonathan Gathorne-Hardy, publicado en El Pa¨ªs Semanal el pasado 5 de enero, en el que se narran un gran n¨²mero de momentos de la vida del autor de El laberinto espa?ol. Uno de ellos, el regreso de Brenan a Alhaur¨ªn en 1984, me ha recordado mi participaci¨®n en ese hecho, que recuerdo de forma profundamente distinta a como la cuenta el bi¨®grafo brit¨¢nico, que viene a decir que Brenan fue pr¨¢cticamente secuestrado de una residencia de ancianos de Londres para traerlo a Andaluc¨ªa. Dado que tuve ocasi¨®n de vivir directamente estos acontecimientos, quiero contar, siquiera brevemente, mi visi¨®n.
Mi intervenci¨®n en el regreso de Brenan comienza una ma?ana de verano de 1984 cuando en mi despacho de consejero de Cultura de la Junta de Andaluc¨ªa, Mateo Revilla, mi viceconsejero, me comenta que el corresponsal de EL PA?S en Granada, Eduardo Castro, le ha llamado para decirle que ha sabido, por unos amigos ingleses de Brenan, que el hispanista estaba ingresado en una residencia de ancianos en Londres, donde se quejaba continuamente de su situaci¨®n manifestando que lo ¨²nico que deseaba era huir del perpetuo cielo nublado y regresar a su casa de Alhaur¨ªn.
Todos los que ¨ªbamos sabiendo esta situaci¨®n de abandono de Brenan coincid¨ªamos en que los j¨®venes y democr¨¢ticos poderes p¨²blicos de Andaluc¨ªa deb¨ªamos reaccionar, pues nuestra deuda con don Geraldo era inmensa. No en balde, Al sur de Granada y El laberinto espa?ol son, entre otros, libros esenciales para conocer la historia de Andaluc¨ªa en el siglo XX. L¨®gicamente, la forma de actuar no pod¨ªa ser otra m¨¢s que la de respetar al m¨¢ximo su voluntad y la de su familia. Para conocer de viva voz su voluntad, nos trasladamos a Londres el alcalde de Alhaur¨ªn, Francisco Jim¨¦nez D¨ªaz; su concejal de Cultura, Crist¨®bal Gonz¨¢lez; el periodista Eduardo Castro, Lars Pranger (marido de Lynda, la "sobrina" de Brenan) y yo mismo.
En Londres tuvimos una agradable conversaci¨®n con don Geraldo, que me pareci¨® que conservaba su lucidez de siempre a pesar de tratarse de una persona de 90 a?os, y en la que me confirm¨® hasta tres veces su deseo de volver a su casa de Alhaur¨ªn "mejor ma?ana que dentro de una semana". Manifest¨¦ la voluntad de la Junta de Andaluc¨ªa de contribuir a hacer posible su regreso. La familia puso a nuestra disposici¨®n la casa de Alhaur¨ªn a condici¨®n de que la Junta de Andaluc¨ªa asumiera la responsabilidad de sus cuidados. Con esta decisi¨®n tomada, Eduardo Castro, Lars Pranger y yo regresamos a Andaluc¨ªa. El alcalde y el concejal de Alhaur¨ªn permanecieron en Londres para subsanar algunos tr¨¢mites necesarios para su regreso y acompa?ar a Brenan en su retorno, que se produjo unos d¨ªas despu¨¦s. Para nada nos habl¨® -como dice Gathorne-Hardy- de su deseo de viajar a China.
Todo esto qued¨® perfectamente reflejado en la prensa de entonces. El autor deber¨ªa haber recurrido, para documentarse, a los art¨ªculos que escribi¨® Soledad Gallego-D¨ªaz, corresponsal en ese momento de EL PA?S en Londres, y no cometer as¨ª el error de crear sombras sobre una relaci¨®n generosa entre Andaluc¨ªa y una persona a la que cre¨ªamos que deb¨ªamos algo. El Gobierno andaluz asumi¨® su compromiso de garantizar un m¨ªnimo de comodidad a la estancia de Brenan, para lo que cre¨® una fundaci¨®n con el fin de que don Geraldo estuviera perfectamente asistido hasta el final de sus d¨ªas y a la que el hispanista aport¨® sus libros, cartas y enseres como fondos. Quisiera, eso s¨ª, volver a agradecer al embajador de Espa?a en Londres, Jos¨¦ Joaqu¨ªn Puig de la Bellacasa; al Ayuntamiento de Alhaur¨ªn, y a la propia familia las facilidades que me ofrecieron para poder llevar a cabo la indudable voluntad de Gerald Brenan de volver a Andaluc¨ªa. Dejemos en paz la hermosa relaci¨®n de amor entre Brenan y nuestra tierra.
Javier Torres Vela es presidente del Parlamento de Andaluc¨ªa.
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