Limitar la libertad de expresi¨®n
La semana siguiente a la de las masivas manifestaciones contra la guerra, sin duda las m¨¢s concurridas que recuerdo, acud¨ª a la grabaci¨®n de un programa que emite Televisi¨®n Espa?ola. Por su formato, los participantes pueden hacer alg¨²n comentario que suele ser banal, en la l¨ªnea de un programa que no pretende ser m¨¢s que una distracci¨®n para el espectador.
Al empezar a grabar, para mi sorpresa, fuimos advertidos de que no se trataba de "un programa pol¨ªtico" y, por tanto, quedaban fuera de lugar frases como "no a la guerra" o "nunca m¨¢is".
Me parece grave y significativo que quienes dirigen un programa de televisi¨®n se vean obligados o inducidos a frenar las manifestaciones de quienes asistimos a ellos, sobre todo cuando ¨¦stas son leg¨ªtimas y cuando el medio donde se emitir¨¢ es p¨²blico. Por lo visto, el control de los medios de comunicaci¨®n sigue siendo fundamental para ciertos poderes.
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