Aznar env¨ªa tres buques y 900 soldados para dar "apoyo humanitario" en la guerra contra Irak
Zapatero exige al presidente del Gobierno que asuma responsabilidades ante "la decisi¨®n definitiva"
No habr¨¢ bayonetas espa?olas en Irak, sino jeringuillas y bistur¨ªes. No habr¨¢ "tropas de combate espa?olas en el teatro de operaciones", sino m¨¦dicos y enfermeros en el buque Galicia, acondicionado como hospital. Lo anunci¨® ayer el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, en su cuarta comparecencia ante el pleno del Congreso por la crisis iraqu¨ª, como pilar de las resoluciones que por la ma?ana hab¨ªa adoptado el Ejecutivo. Dos horas y media despu¨¦s introdujo una curiosa novedad: al responder al portavoz de CiU, Xavier Trias, asegur¨® que "parte" de esas decisiones del Gobierno se tomaron reflexionando y con "atenci¨®n profunda" al sentimiento de la opini¨®n p¨²blica. El l¨ªder de la oposici¨®n, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, le exigi¨® que asuma responsabilidades.
El l¨ªder del PP conf¨ªa en que el efecto guerra est¨¦ amortizado cuando se abran las urnas
Las seis horas de debate estuvieron salpicadas de incidentes, gritos, pateos y ovaciones alternativas
El parqu¨¦ pol¨ªtico de la carrera de San Jer¨®nimo ya hab¨ªa descontado la guerra al abrir la sesi¨®n a las cuatro de la tarde. De manera tan clara que Aznar aprovech¨® para jugar con el factor sorpresa y anunciar las medidas que por la ma?ana hab¨ªa adoptado el Gabinete de Crisis. El Ejecutivo "no ha adquirido ning¨²n compromiso previo de car¨¢cter militar" y nada se hab¨ªa decidido "con anterioridad". As¨ª lo asegur¨® el presidente que, en medio del silencio de la C¨¢mara, anunci¨® que "Espa?a no participar¨¢ en misiones de ataque o de car¨¢cter ofensivo" y "en consecuencia, no habr¨¢ tropas de combate espa?olas en el teatro de operaciones".
Luego ech¨® cuentas de los soldados que se va a enviar a la zona del conflicto, todos de car¨¢cter humanitario: el buque Galicia con quir¨®fanos, zona de cuidados intensivos y camas para hospitalizaci¨®n, protegido por una unidad de 120 infantes de Marina. Habr¨¢ tambi¨¦n unidades de tierra especializadas en defensa nuclear, bacteriol¨®gica y qu¨ªmica, equipos de reconocimiento qu¨ªmico y radiol¨®gico, una estaci¨®n de descontaminaci¨®n, acompa?ados, tambi¨¦n, por "un escal¨®n m¨¦dico avanzado". A todo ello se sumar¨¢ una fragata de la Armada para tareas de escolta, seguridad y apoyo. Unos 900 militares en total.
Aznar hab¨ªa desgranado la gran novedad de la jornada, adem¨¢s de reafirmarse en que la resoluci¨®n 1.441 autoriza el ataque y en que "estamos en el sitio adecuado con la compa?¨ªa adecuada". El silencio de Zapatero en su respuesta tuvo algo de clamoroso; ni la m¨¢s leve alusi¨®n a la aportaci¨®n espa?ola en la guerra. M¨¢s tarde, en los pasillos explic¨® que no quiso abordar el asunto porque la pr¨®xima semana presentar¨¢n una iniciativa parlamentaria con el resto de la oposici¨®n. Antes de esa explicaci¨®n, Aznar le reproch¨® que no manifestara ni siquiera su opini¨®n.
En cambio a Trias, portavoz nacionalista catal¨¢n, le agradeci¨® que, en medio de su desacuerdo, se hubiese mostrado conforme con los preparativos m¨¦dico-militares del Ejecutivo. Y en un momento posterior Aznar acept¨® por primera vez el envite que insistentemente le ha venido haciendo la oposici¨®n en las ¨²ltimas semanas y admiti¨® que su Gobierno ha tenido en cuenta a la opini¨®n p¨²blica.
Lo hizo con sintaxis muy enrevesada: "Cuando se produjo el conflicto del Golfo, como cuando se produjo la intervenci¨®n en Kosovo, la opini¨®n p¨²blica tuvo unas reacciones especiales. Hay que comprender y entender esos sentimientos. Y cr¨¦ame", le dijo a Trias, "que el Gobierno ha reflexionado mucho sobre ello y que, naturalmente, tambi¨¦n tienen que ver parte de las decisiones que el Gobierno ha adoptado con lo que significa el entendimiento de una reflexi¨®n y de atenci¨®n profunda a lo que es un sentimiento, como no pod¨ªa ser menos de la opini¨®n p¨²blica".
Dicho m¨¢s o menos correctamente: el Gobierno ha escuchado el clamor de la calle. No se extendi¨® en explicar si ese clamor es el que ha impedido que soldados espa?oles combatan en Irak y que, tal y como parece, s¨®lo act¨²en en misiones fundamentalmente humanitarias.
La respuesta a Trias fue muy fruct¨ªfera, pol¨ªticamente, porque tambi¨¦n respondi¨® a Aznar a las reiteradas advertencias de la oposici¨®n sobre las consecuencias que puede tener el conflicto: "Las instituciones de nuestro pa¨ªs gozan de buena salud y ya ver¨¢ c¨®mo no existen brechas grandes. Tendremos ocasi¨®n de comprobarlo cuando vengan procesos electorales, cuando volvamos a los tiempos en los que no vivamos bajo lo que significa la impresi¨®n, la sensaci¨®n o la angustia de tener que contemplar una intervenci¨®n". Parece claro que Aznar conf¨ªa en que el efecto guerra est¨¦ amortizado cuando se abran las urnas.
Zapatero, en su primera intervenci¨®n, tambi¨¦n desliz¨® contenidos pol¨ªticos, aunque en ning¨²n momento dio pie para pensar que est¨¦ preparando alguna ofensiva de las que contempla la Constituci¨®n, como la moci¨®n de censura. Le dijo que no s¨®lo quer¨ªa pedirle una rectificaci¨®n, sino que hab¨ªa venido a hablar de la "responsabilidad" del presidente del Gobierno.
Lo acus¨® de subvertir la pol¨ªtica exterior espa?ola, de violentar el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, de infringir la legalidad internacional, de ignorar a la opini¨®n p¨²blica, de ocultar al Parlamento y a los ciudadanos sus verdaderas intenciones y de romper el consenso.
Por todo ello, para Zapatero Aznar se encuentra "al final de la escapada" y ante ¨¦l "se abre la decisi¨®n definitiva". En ese momento le plante¨® una alternativa: "Puede usted pasar a la historia como un dirigente democr¨¢tico que se equivoc¨®, pero que decidi¨® a tiempo rectificar a fondo y asumir sus responsabilidades -y tiene varias maneras de hacerlo- o puede quedar como un presidente que convirti¨® su mayor¨ªa absoluta en un ejercicio desquiciado de absolutismo enfrentado y divorciado a la mayor¨ªa de la poblaci¨®n". El final tuvo tono conminatorio: "Llegado este momento, apelo a sus convicciones democr¨¢ticas. En sus manos est¨¢ la elecci¨®n".
La tarde hab¨ªa comenzado con pancarta. La desplegaron los diputados de Izquierda Unida nada m¨¢s llegar Aznar a la tribuna: "Guerra no. Aznar dimisi¨®n". Luego Gaspar Llamazares, l¨ªder del grupo, se la exigi¨® formalmente. Las seis horas de debate estuvieron salpicadas de incidentes, sobre todo durante las dos primeras, en las que se enfrentaron Aznar y Zapatero. Hubo voces, gritos, pateos y ovaciones alternativas de uno al otro lado del hemiciclo. La diputada por Soria del PP Mar¨ªa Jes¨²s Ruiz Ruiz exhibi¨® en varias ocasiones un folio en el que hab¨ªa escrito con letra roja: "GAL". Aunque lo m¨¢s ins¨®lito aconteci¨® sobre las siete y media de la tarde, cuando al iniciar Aznar su r¨¦plica a Llamazares, el director del Ateneo Cultural 1? de Mayo, de CC OO, se levant¨® en la tribuna de invitados y grit¨®: "Vive la France". A su alrededor varias personas comenzaron a tararear La Marsellesa y la presidenta orden¨® su desalojo. Entre los cantores estaba Emilio Gast¨®n, que fue Justicia de Arag¨®n (el Defensor del Pueblo de aquella comunidad). En la calle confes¨® que s¨®lo hab¨ªa ido para escuchar a Jos¨¦ Antonio Labordeta, pero que le emocion¨® la circunstancia y no pudo sustraerse al tarareo.
Llamazares no s¨®lo sostuvo que el ataque es ilegal, sino que adem¨¢s el Gobierno ha usurpado las funciones del Congreso y del propio Rey, porque, seg¨²n ¨¦l, uno y otro ten¨ªan que haber autorizado la intervenci¨®n espa?ola.
I?aki Anasagasti, portavoz del Partido Nacionalista Vasco, utiliz¨® de nuevo argumentos religiosos y, escud¨¢ndose en la firme negativa del Papa ante la guerra, le reproch¨® a Aznar que no estuviese con el Pont¨ªfice y s¨ª con los adventistas del s¨¦ptimo d¨ªa, en alusi¨®n a la confesi¨®n protestante del presidente George W. Bush.
En la r¨¦plica al diputado vasco Aznar aproxim¨® el debate algo m¨¢s de 5.000 kil¨®metros, y desde Bagdad, que era de lo que se hablaba, lo coloc¨® en Andoain (Guip¨²zcoa). Para el presidente, luchar contra el terrorismo es tambi¨¦n ilegalizar a Herri Batasuna o procurar que esta formaci¨®n no tenga alcaldes con apoyo del PNV. Anasagasti le pidi¨® que no mezclase al nacionalismo en esta contienda y transfiri¨® a los ciudadanos de Andoain la responsabilidad de que los gobierne HB.
Jos¨¦ Carlos Mauricio (Coalici¨®n Canaria), antes socio, lo mismo que CiU, del Gobierno, sigui¨® en posici¨®n de tajante adversario y remat¨® su faena advirtiendo sobre la responsabilidad que acarrear¨¢n los heridos y los muertos por la batalla.
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