Un Kosovo para los kurdos
Qu¨¦ pueblos deben ser libres de gobernarse a s¨ª mismos? Nuestras respuestas son tan confusas como siempre. He aqu¨ª una adivinanza explosiva: hay un pueblo resistente, mayoritariamente isl¨¢mico, que lleva mucho tiempo oprimido por un grupo ¨¦tnico distinto que gobierna un Estado represivo. Ha sufrido torturas, bombardeos, explosiones, la expulsi¨®n de sus hogares; algunas de estas acciones represivas de Estado se ajustan a la definici¨®n de genocidio. Un pueblo luchador con una larga tradici¨®n de bandolerismo, que ha reaccionado con guerra de guerrillas; alguno de los medios que ha empleado se ajusta a la definici¨®n de terrorismo. ?Qui¨¦nes son y qu¨¦ estamos haciendo por ellos?
Primera respuesta. Son los albaneses de Kosovo. Intervenimos militarmente contra su opresor. Las fuerzas especiales estadounidenses colaboran con el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo, primero en secreto y luego abiertamente. Les aseguramos la independencia de Serbia, bajo un protectorado internacional. Como consecuencia, un d¨ªa existir¨¢ un peque?o Estado llamado Kosova (que es como se escribe en alban¨¦s) o una gran Albania.
Hace ya una d¨¦cada que los kurdos del norte de Irak disfrutan de una autonom¨ªa 'de facto' gracias a nuestra "zona libre de vuelos"
Bush, padre, empuj¨® a los kurdos a que se alzaran contra Sadam, y luego dej¨® que ¨¦l los aniquilara con las armas que Washington le hab¨ªa permitido conservar
Adivinanza: hay un pueblo resistente, mayoritariamente isl¨¢mico, que lleva mucho tiempo oprimido por un grupo ¨¦tnico distinto que gobierna un Estado represivo
Segunda respuesta. Son los kurdos de Turqu¨ªa. Nos retorcemos las manos, ondeamos nuestros d¨®lares o euros, y le pedimos a Turqu¨ªa que, ya que es miembro de la OTAN y tiene tantos deseos de ser miembro de la Uni¨®n Europea, por favor, por favor, en nombre de Dios, Al¨¢ y el Banco Mundial, que trate a su amplia minor¨ªa kurda un poco mejor. Al fin y al cabo, Turqu¨ªa cree que forma parte de Europa, ?no?
Tercera respuesta. Son los kurdos de Irak. Intervenimos militarmente contra su opresor. Las fuerzas especiales estadounidenses colaboran, primero en secreto y luego abiertamente, con los ej¨¦rcitos de liberaci¨®n kurdos que se han ido agrupando, a lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada, bajo la protecci¨®n a¨¦rea de los aviones brit¨¢nicos y estadounidenses que patrullan la "zona libre de vuelos". Dado que Turqu¨ªa se ha negado a dejar que las tropas norteamericanas atravesaran su territorio para abrir un frente norte contra Sadam en el Kurdist¨¢n iraqu¨ª, es posible que la coalici¨®n angloamericana tenga que depender m¨¢s de las fuerzas kurdas. Pero Turqu¨ªa amenaza con enviar (o quiz¨¢, para cuando lean esto, ya ha enviado) sus propias fuerzas especiales a la regi¨®n. En teor¨ªa, el objetivo ser¨ªa evitar una avalancha de refugiados hacia Turqu¨ªa, pero la raz¨®n principal ser¨ªa disuadir a los kurdos turcos de pensar que pueden seguir el ejemplo de sus hermanos del otro lado de la frontera.
Las tres respuestas son acertadas.
?Y qu¨¦ se puede hacer por los kurdos? Bush y Blair en su reuni¨®n de Camp David, EU-ropa, la ONU, "Occidente" (si es que todav¨ªa existe) y "la comunidad internacional" (sea lo que sea eso ahora) pretender¨¢n, todos ellos, que tenemos la respuesta. Cualquier lector podr¨ªa escribir las palabras del portavoz: "derechos de las minor¨ªas", "autonom¨ªa interna, pero integridad territorial de Irak", "estructuras federales", etc¨¦tera. Sin embargo, les voy a susurrar la verdad: no tenemos ninguna soluci¨®n. Estamos confusos y desconcertados, como tantas veces ocurre ante el problema de la autodeterminaci¨®n.
Un dilema fundamental
El problema kurdo plantea un dilema fundamental para este imperialismo liberal anglosaj¨®n en el que nos hemos vuelto a embarcar, curiosamente, al comenzar el siglo XXI. Cuando Londres y Washington argumentaban, durante un breve periodo, que la guerra de Irak era una "intervenci¨®n humanitaria", hablaban siempre de los kurdos muertos por gas en Halabja y la matanza de alrededor de 100.000 kurdos a manos de los hombres de Sadam. Aunque estas comparaciones siempre son odiosas, los kurdos han sufrido incluso m¨¢s que los kosovares. Y hay otros dos motivos para utilizar el argumento moral. El Gobierno de Bush padre empuj¨® a los kurdos a que se alzaran contra Sadam en 1991, y luego dej¨® que ¨¦l los aniquilara con los helic¨®pteros de combate que Washington le hab¨ªa permitido conservar. Gran Breta?a tiene su propia responsabilidad concreta, ya que fuimos nosotros los primeros en bombardear a los kurdos, cuando se rebelaron contra el Irak que hab¨ªamos creado despu¨¦s de la I Guerra Mundial. (Blair ha pedido perd¨®n por la hambruna de la patata en Irlanda; ?pedir¨¢ perd¨®n por esto?).
Al ver las im¨¢genes televisivas del Kurdist¨¢n iraqu¨ª me acuerdo inevitablemente de Kosovo: una gente de monta?a, dura y retorcida; carreteras polvorientas; minaretes en los pueblos; una sociedad rural y todav¨ªa muy tradicional, con grandes familias y jefes de clan. Los kurdos no son muy distintos de los kosovares. ?Qui¨¦n se atreve a decir que hay que tratarles de otra forma porque un grupo est¨¢ en Europa y el otro no? En ambos casos nos enfrentamos a¨²n, casi un siglo despu¨¦s, al legado del imperio otomano.
Las reservas morales tambi¨¦n resultan similares a las de Kosovo: entre nuestros nuevos "luchadores de la libertad" se encuentran forajidos sin escr¨²pulos, involucrados en el crimen organizado y familiarizados con el uso del terror. Unos aliados inc¨®modos en una "guerra contra el terrorismo". Tambi¨¦n son conocidas las reservas pol¨ªticas: dado que este pueblo vive repartido en varios pa¨ªses vecinos, concederles la autonom¨ªa aqu¨ª supondr¨ªa desestabilizar all¨¢. Como ha ocurrido y ocurrir¨¢ otras veces. Nuestro apoyo al Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo impuls¨® enormemente la rebeli¨®n albanesa en la vecina Macedonia. El resultado es que todav¨ªa estamos all¨ª intentando mantener una fr¨¢gil paz.
Los miedos de Turqu¨ªa no son infundados. Si yo fuera un separatista kurdo en el sureste de Turqu¨ªa me dar¨ªa ¨¢nimo ver al general Henry Osman, de la Infanter¨ªa de Marina estadounidense, del brazo de mis hermanos de armas en el lado iraqu¨ª de la frontera. Y ¨¦sa no es la ¨²nica repercusi¨®n posible. Turqu¨ªa es el mayor quebradero de cabeza, pero tambi¨¦n hay kurdos en Ir¨¢n, Siria y Armenia. Con sus 20 o 25 millones de personas, se puede decir que son la mayor naci¨®n sin Estado de la tierra.
Si les parece un poco superfluo reflexionar sobre el destino de una naci¨®n sin Estado mientras se sigue librando una guerra encarnizada en torno a Bagdad, se equivocan. La cuesti¨®n kurda es la mayor bomba sin explotar que existe en Irak. Y su futuro tambi¨¦n se decidir¨¢ en el fragor de la batalla. Si las fuerzas kurdas hacen una contribuci¨®n significativa a la victoria estadounidense en el frente norte, mientras que el aliado tradicional de EE UU, Turqu¨ªa, se niega a cooperar e incluso dificulta las cosas mediante una incursi¨®n al otro lado de la frontera, la opini¨®n de los norteamericanos se inclinar¨¢ en favor de los kurdos. Como ocurri¨® en Kosovo. En cualquier caso, en una de las situaciones m¨¢s extra?as de la pol¨ªtica internacional, hace ya una d¨¦cada que los kurdos del norte de Irak disfrutan de una autonom¨ªa de facto gracias a nuestra "zona libre de vuelos". Resulta dif¨ªcil imaginar que vayamos a abandonarles ahora a su suerte.
Planes federativos
Por eso hay ya astutos especialistas que elaboran planes para crear una "federaci¨®n", en la que se incluyan la autonom¨ªa para el Kurdist¨¢n iraqu¨ª y derechos individuales para los kurdos en todo Irak. Ahora bien, Kurdist¨¢n iraqu¨ª, ?con qu¨¦ fronteras? ?Con los yacimientos de petr¨®leo de Kirkuk o sin ellos? ?C¨®mo se pueden garantizar los derechos individuales de los kurdos en las dem¨¢s regiones de un pa¨ªs ca¨®tico, fragmentado y ocupado? ?O los de los iraqu¨ªes ¨¢rabes en Kurdist¨¢n? (Recordemos que, en Kosovo, los soldados brit¨¢nicos acabaron protegiendo a las abuelas serbias). Si las delicadas disposiciones constitucionales no impiden el conflicto inter¨¦tnico en pa¨ªses europeos avanzados como Espa?a (donde Catalu?a est¨¢ presionando para obtener una autonom¨ªa ampliada que se aproxima extraordinariamente a la independencia), ?qu¨¦ posibilidades tienen en Irak? ?Qu¨¦ significar¨ªa para la autodeterminaci¨®n democr¨¢tica de todo Irak que la potencia de ocupaci¨®n decretara de inmediato este acto radical de devoluci¨®n? ?Y si la mayor¨ªa de los votantes iraqu¨ªes no acepta lo que claramente desea la mayor¨ªa de los kurdos de Irak?
Hay que tener las cosas claras: cuando acabe esta guerra habremos retrocedido a 1918 y nos enfrentaremos a muchos de los mismos problemas y en los mismos lugares que nuestros abuelos, desde los Balcanes hasta Oriente Pr¨®ximo. Y seguimos sin tener respuestas. A veces creo que deber¨ªamos reinventar el imperio otomano.
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