Calma en el epicentro de la infecci¨®n
Aeropuerto de Pek¨ªn. La se?ora, de unos 60 a?os, sube el escal¨®n del autob¨²s, respira con alivio y se queda mirando la pista de aterrizaje. Cuando se da cuenta que se le ha escurrido la mascarilla, se la coloca con un gesto de contrariedad y se queda pensativa. A los pocos minutos se la quita y se la vuelve a poner. Est¨¢ inc¨®moda. El autob¨²s arranca y se dirige hacia al Boeing 737. Se instala en su asiento de la fila 15, lado ventanilla, y se desprende de la protecci¨®n. Viaja a Cant¨®n, capital de la provincia de Guangdong.
Dos d¨ªas despu¨¦s de que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) emitiera una alerta mundial recomendando evitar esta provincia sure?a y la fronteriza Hong Kong como consecuencia del brote de neumon¨ªa asi¨¢tica que ha provocado 82 muertos y 2.300 afectados en todo el mundo, muchos ciudadanos chinos parecen hacer caso omiso de la advertencia. El avi¨®n, con capacidad para unas 150 personas, est¨¢ lleno en un 70%, y si alguien esperaba ver la cabina como si de un simposio de cirujanos se tratara, se equivoca. El aparato se dirige al epicentro de la epidemia, pero s¨®lo tres personas de un centenar llevan mascarilla, y una de ellas es extranjera.
?Ignorancia o decisi¨®n consciente? Dif¨ªcil de decir, cuando el Gobierno chino, tras semanas de negaciones y ocultar informaci¨®n, ha cedido a la presi¨®n internacional y ha comenzado a dar datos m¨¢s detallados sobre la situaci¨®n de la neumon¨ªa, para a continuaci¨®n insistir en que "China es un lugar seguro para trabajar, viajar y vivir" y que la enfermedad "est¨¢ bajo control".
Las autoridades est¨¢n decididas a no alarmar a la poblaci¨®n, porque est¨¢ mucho en juego: estabilidad social, inversiones y turismo. Por ello, ni los miembros del personal de tierra de las compa?¨ªas a¨¦reas, ni la polic¨ªa de fronteras del aeropuerto de Pek¨ªn se proteg¨ªan ayer ante el posible contagio de un mal que, seg¨²n las cifras oficiales, ha provocado 46 muertos (de ellos, tres en Pek¨ªn) y 1.190 infectados en toda China. Todo lo contrario que en los aeropuertos de otros pa¨ªses de Asia, a pesar de que el pa¨ªs m¨¢s poblado del planeta es tambi¨¦n el que cuenta con m¨¢s infectados por la neumon¨ªa asi¨¢tica.
"El Gobierno siempre hace lo mismo. Esconde los problemas debajo de la alfombra, pero no se da cuenta de que el polvo siempre acaba saliendo", dice una profesora de Pek¨ªn.
Para intentar arrojar un poco de luz sobre el origen de la rara epidemia, un equipo de la OMS se encuentra desde el jueves en Guangdong. Ayer se reuni¨® con responsables del Centro de Control y Prevenci¨®n de Enfermedades de la provincia, quienes le proporcionaron informaci¨®n sobre los afectados por el denominado s¨ªndrome respiratorio agudo , como hab¨ªan enfermado y el tratamiento seguido. "Va a ser un proceso laborioso, un largo estudio epidemiol¨®gico parar intentar saber exactamente c¨®mo se transmiti¨® la infecci¨®n", afirm¨® Chris Powell, portavoz de la OMS.
Los investigadores llegaron al aeropuerto de Cant¨®n a cara descubierta. Habr¨ªan dado la nota. Porque si en Pek¨ªn poca gente lleva mascarilla, la capital de Guangdong no parece estar m¨¢s alerta.
Pero no es en Cant¨®n donde fue detectado el virus por primera vez, sino en Foshan, ciudad unida a la capital por 28 kil¨®metros de autopista, pol¨ªgonos industriales, vegetaci¨®n tropical y tr¨¢fico incesante. En esta localidad de cuatro millones de habitantes, bulliciosa y de modernos edificios se registr¨® el primer caso el pasado 16 de noviembre. Casi cinco meses despu¨¦s, pocos de sus habitantes, carentes de informaci¨®n, parecen conscientes de un problema, que seg¨²n el Gobierno va en descenso. Tambi¨¦n aqu¨ª es dif¨ªcil ver a alguien con mascarilla. Preguntada por su jefe si estaba al corriente de la enfermedad, una empleada de una f¨¢brica contest¨® as¨ª: "?Qu¨¦ enfermedad, esa que tienen en Hong Kong?"
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