El hotel
El espect¨¢culo que ayer nos sirvieron todas las televisiones, incluidas aquellas que cuentan con notables y lloradas bajas, fue irremediablemente el que hab¨ªan preparado con urgencia los asesores de propaganda del bando agresor. Hubo lo que ten¨ªa que haber. No eran multitudes (ya las habr¨¢: supervivencia manda) las que aclamaban a los vencedores, pero el grupo era esforzado y parec¨ªa sincero. Zapatilla en mano, celebraban, a su agreste manera, que el jodido tirano ¨²til del momento cay¨®.
Bien hecho. Bravo. Casi olvid¨¦ que los cuerpos de nuestros peligrosos colegas, eliminados el d¨ªa anterior por un fr¨¢gil conductor de tanques, segu¨ªan en el hotel Palestina, encerrados en una bolsa de pl¨¢stico color azul mediterr¨¢neo.
El simbolismo del momento, ya digo, result¨® perfecto. No me refiero a la ca¨ªda de la estatua, aunque reconozco que estuvo bien elegida. De entre los cientos de estatuas y retratos de Husein que puntean lo que queda de Bagdad, la que durante casi tres semanas sirvi¨® de fondo a las patochadas del ministro iraqu¨ª de Desinformaci¨®n era la m¨¢s conveniente para el trance f¨ªlmico. ?Qu¨¦ podemos hacer con estos chicos de la prensa no encamada, ya que el sistema de bombazo y tente tieso no funciona?, debieron de preguntarse los asesores. Un show a pie de hotel. Nos conocen como si nos hubieran parido.
Pero el s¨ªmbolo que yo aprecio, por encima de la obvia sincron¨ªa del derrumbe de la estatua y del r¨¦gimen, es la imagen de ese hotel de nombre estremecedor, rodeado de tanques y soldados estadounidenses, completamente sitiado e invadido por su propio bien. Ese ya inolvidable hotel Palestina de Bagdad nos representa, representa a la sociedad civil que ha sido derrotada en esta primera parte de la nueva era de las guerras de recolonizaci¨®n.
Hotel Palestina, lleno de amenazadores paisanos, armados con sus c¨¢maras y sus palabras, y neutralizados en el ¨²ltimo minuto por la sabia decisi¨®n de alg¨²n productor de Hollywood, quiz¨¢ el mismo que ide¨® el decorado para las conferencias de prensa de Qatar.
Miren bien el hotel Palestina. Cont¨¦mplenlo hasta que les hiera los ojos. Somos nosotros. Los civiles. Iraqu¨ªes, norteamericanos, espa?oles. ?Qu¨¦ m¨¢s da? Protegidos. Secuestrados.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.