EE UU y Corea del Norte abren el di¨¢logo sobre la crisis nuclear
Pek¨ªn acoger¨¢ la pr¨®xima semana una reuni¨®n para explorar f¨®rmulas de compromiso
Tras seis meses de disputas y tensi¨®n, las Administraciones de Kim Jong Il y George W. Bush han decidido sentarse a negociar sobre el programa nuclear norcoreano. La reuni¨®n se celebrar¨¢ la semana pr¨®xima en Pek¨ªn e incluir¨¢ a China. El encuentro tiene aires de f¨®rmula de compromiso entre la exigencia de Corea del Norte de conversaciones bilaterales y la de Estados Unidos, que ped¨ªa que fueran multilaterales.
El Gobierno del pa¨ªs comunista parece haber suavizado sus pretensiones como consecuencia de la r¨¢pida victoria estadounidense en Irak.El compromiso ha sido alcanzado en medio de la fuerte actividad desarrollada por el Gobierno chino (el aliado m¨¢s cercano del r¨¦gimen de Kim Jong Il), que desde hac¨ªa meses se hab¨ªa ofrecido a albergar una reuni¨®n entre los dos pa¨ªses. La crisis entre Corea del Norte y Estados Unidos estall¨® el pasado octubre, despu¨¦s de que el asistente al secretario de Estado norteamericano para Asia Oriental y Pac¨ªfico, James Kelly, dijera que Pyongyang hab¨ªa reconocido que tiene un programa at¨®mico activo, en contra de lo acordado en 1994. El pa¨ªs asi¨¢tico siempre ha negado que hubiera admitido tal cosa.
El Gobierno de Pyongyang repiti¨® ayer lo que hab¨ªa afirmado el fin de semana: Que est¨¢ dispuesto a mantener conversaciones multilaterales "si EE UU abandona de forma sincera sus intenciones hostiles y emprende un di¨¢logo honesto". "La soluci¨®n a este problema reside en cu¨¢les son sus intenciones reales", dijo por medio del peri¨®dico oficial Minju Joson.
Pyongyang ha cedido en parte de sus pretensiones, pero no ha consentido que el grupo negociador incluya tambi¨¦n a Corea del Sur, Jap¨®n o Rusia. Considera que el enfrentamiento s¨®lo puede ser resuelto por Washington, a quien exige un tratado de no agresi¨®n y ayuda econ¨®mica para poner fin al programa nuclear.
Sobre todo despu¨¦s de que EE UU lo incliyera, junto con Ir¨¢n e Irak, en el denominado eje del mal. El Gobierno de George W. Bush se ha negado repetidamente a firmar estas condiciones, aunque se ha mostrado dispuesto a ofrecer alg¨²n tipo de garant¨ªa de seguridad por escrito. Adem¨¢s, ha dicho que quiere resolver la crisis de forma pac¨ªfica, pero no ha descartado una intervenci¨®n militar.
La f¨®rmula acordada inicialmente para el encuentro deja fuera de juego a algunos de los pa¨ªses que se ver¨ªan m¨¢s afectados en caso de que estallase un conflicto en la regi¨®n, como Corea del Sur. A pesar de ello, el ministro surcoreano de Asuntos Exteriores, Yoon Young Kwan, dio la bienvenida a la iniciativa "porque es de suma importancia que comiencen las conversaciones para sentar las bases de una soluci¨®n pac¨ªfica al problema". Adem¨¢s, conf¨ªa en que las reuniones se ampl¨ªen para dar cabida a Corea del Sur, Jap¨®n y Rusia. Yoon advirti¨®, sin embargo, que no aceptar¨¢n ninguna responsabilidad que pueda surgir de unas negociaciones en las cuales no tomen parte. Y a?adi¨® que "ser¨¢ dif¨ªcil llegar a resultados concretos sin la participaci¨®n surcoreana".
En Tokio, portavoces del Gobierno saludaron lo que definieron como "el primer paso hacia unas conversaciones multilaterales". "Confiamos en que esto desemboque en intercambios multinacionales, que incluyan a Jap¨®n", dijeron.
El secretario de Estado de EE UU, Colin Powell, as¨ª pareci¨® sugerirlo el martes pasado. "Una cosa que est¨¢ totalmente clara es que cualquiera que sea el nivel de la reuni¨®n, y sea cual sea el n¨²mero de asistentes, debe abarcar la visi¨®n y las opiniones de todos los pa¨ªses vecinos de la regi¨®n", dijo.
Por otra parte, la Comisi¨®n de Derechos Humanos de la ONU conden¨® ayer, por primera vez, a Corea del Norte por sus "violaciones graves, sistem¨¢ticas y generalizadas" de los derechos humanos.
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