Recuperado bajo el suelo de Siberia ADN de 400.000 a?os de antig¨¹edad
Una nueva t¨¦cnica permite detectar material gen¨¦tico 'suelto' de plantas y animales extintos
El objetivo de los cient¨ªficos no era batir el r¨¦cord de antig¨¹edad. De hecho, han encontrado en el permafrost de Siberia y Alaska ADN de 19 clases de plantas (con edades comprendidas entre los 10.000 y los 400.000 a?os) y ocho tipos de animales (en este caso de 30.000 a?os de antig¨¹edad como m¨¢ximo). Entre los animales hay dos especies extintas (el mamut y el bisonte de la estepa), y entre los vegetales, hay musgo, angioespermas y gimnoespermas no identificadas.
Los investigadores creen que el ADN de las plantas proviene de antiguas ra¨ªces que no han dejado restos f¨®siles, y el de los animales, de la orina, que contiene algunas c¨¦lulas sueltas (y por lo tanto ADN, que es el sustrato de la informaci¨®n gen¨¦tica en todas las c¨¦lulas). Gracias a esto es posible encontrar ADN en lugares en que las condiciones no han sido favorables para la fosilizaci¨®n. La t¨¦cnica, que se basa en la extracci¨®n de catas del subsuelo, debe a¨²n refinarse, pero todo indica que constituir¨¢ una herramienta muy valiosa para explorar la composici¨®n de los ecosistemas primitivos.
El trabajo, de hecho, ofrece ya un ejemplo de la utilidad del ADN subterr¨¢neo para reconstruir el clima del pasado. Las zonas sondeadas del noreste de Siberia y el noroeste de Alaska estuvieron hasta hace unos 10.000 a?os unidas por un brazo de tierra, y su conjunto se denomina Beringia (por el estrecho de Bering que ahora las separa). Pues bien, el ADN de esa regi¨®n revela que, en las muestras con una antig¨¹edad comprendida entre los 400.000 y los 11.000 a?os, la hierba y otras gram¨ªneas supon¨ªan m¨¢s del 35% de la vegetaci¨®n, lo que indica que Beringia consist¨ªa en una estepa con una vegetaci¨®n muy rica. Hace 11.000 a?os, sin embargo, el porcentaje de hierbas se desplom¨® hasta un magro 3%, similar al actual: Beringia dej¨® de ser una acogedora estepa para convertirse en la inh¨®spita tundra polar que sigue siendo hoy. El tipo de paisaje de Beringia era ¨®ptimo para el desarrollo de los mamuts y otros grandes mam¨ªferos hasta hace 11.000 a?os, y los nuevos datos apuntan hacia un dr¨¢stico cambio clim¨¢tico ocurrido en esas fechas como la causa m¨¢s probable de su extinci¨®n.
Otra parte del trabajo se ha desarrollado en Nueva Zelanda, en los sedimentos depositados en el suelo de una cueva del valle de Clutha, en Otago. Los investigadores no cuentan aqu¨ª con el efecto preservador del fr¨ªo, pero a¨²n as¨ª han recuperado ADN suelto (no asociado a f¨®siles), aunque s¨®lo con una antig¨¹edad m¨¢xima de 3.000 a?os. Estas muestras han detectado ADN de dos g¨¦neros de moa, las aves incapaces de volar que habitaron Nueva Zelanda en el pasado. Los habitantes de la isla, que la colonizaron hace unos mil a?os, cazaban a los moas para comer y para hacer adornos con sus huesos. Las mayores especies, que ten¨ªan el tama?o aproximado de un avestruz, se extinguieron a finales del siglo XVII. Algunas especies m¨¢s peque?as, del tama?o de un pavo, sobrevivieron hasta el siglo XIX.
Puesto que estas muestras de ADN no est¨¢n asociadas a huesos ni otros restos f¨®siles, su asignaci¨®n a un animal o planta, extintos o no, debe hacerse con los m¨¦todos de la evoluci¨®n molecular: comparando la secuencia del ADN antiguo con la de otras especies conocidas (incluidas algunas especies extintas, como el mamut, de las que ya se hab¨ªa extra¨ªdo ADN asociado a restos f¨®siles).
Las secuencias de ADN mejor preservadas son las de las mitocondrias y los cloroplastos, dos org¨¢nulos (peque?os ¨®rganos) que existen dentro de las c¨¦lulas de animales y plantas. Las mitocondrias y los cloroplastos provienen de antiguas bacterias, y a¨²n tienen restos del antiguo ADN bacteriano.
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