EE UU no quiere un barril de crudo barato
Un brusco descenso del petr¨®leo a entre 10 y 15 d¨®lares perjudicar¨ªa a las grandes compa?¨ªas del sector
Las quinielas acerca de cu¨¢nto va a costar el crudo ahora que ha terminado la guerra van desde los 15 a los 25 d¨®lares. La cotizaci¨®n puede bajar, pero no tanto como para poner en peligro la industria petrolera estadounindense o europea. La apuesta de Washington se inclina hacia los 22 d¨®lares, con una moneda m¨¢s fuerte que contrarreste el alza del crudo. EE UU necesita un barril a bajo precio para despegar, pero tambi¨¦n necesita que sus empresas petroleras, las m¨¢s grandes productoras, ganen dinero y devuelvan la confianza en la econom¨ªa.
El fuerte descenso de los precios del crudo en el 98 arrastr¨® a las grandes petroleras a una fiebre de fusiones sin precedentes para ahorrar costes
Washington y el sector petrolero mundial recuerdan muy bien 1998. Fue el a?o de la crisis asi¨¢tica y en el que el crudo lleg¨® a desplomarse a menos de 10 d¨®lares por barril. El fuerte descenso del petr¨®leo puso en jaque los beneficios de un sector que sigue contando mucho para las econom¨ªas nacionales y, poco despu¨¦s, termin¨® provocando la reacci¨®n inversa, una fuerte escalada de los precios que sacudi¨® a l¨®s pa¨ªses consumidores. Hubo dos crisis petroleras en menos de dos a?os, en el 98 y en 2000, una de precios m¨ªnimos y otra, de m¨¢ximos.
Hay un acuerdo no escrito entre los pa¨ªses consumidores, productores y empresas petroleras privadas de que ese p¨¦ndulo no es sano para el funcionamiento de la econom¨ªa mundial. Por ello, el sector cree que Washington no presionar¨¢ a la nueva Administraci¨®n de Bagdad para que socave las pol¨ªticas de recorte de producci¨®n de la OPEP parta evitar el desplome de los precios. La fuerte ca¨ªda de los precios suele tambi¨¦n acarrear un descenso de las inversiones en el sector.
Fusiones forzadas
Las compa?¨ªas petroleras estadounidenses y europeas lo pasaron muy mal cuando se hundi¨® el precio del crudo en el 98. Fue el a?o en que se produjeron las grandes fusiones, como la de BP y Amoco, y la de Exxon y Mobil y un a?o m¨¢s tarde, la de Repsol y la argentina YPF. Estas operaciones fueron producto de los bajos ingresos obtenidos por las petroleras en ese a?o, se produjeron justamente para ahorrar costes a trav¨¦s de la uni¨®n de unidades de negocios similares.
Esta situaci¨®n cambi¨® la imagen del sector petrolero privado. de hecho el listado de las diez grandes petroleras cambi¨® completamente y salvo la italiana Eni y la Shell, todas las dem¨¢s a?adieron otro nombre tras los suyos propios. Hubo incluso hasta absorciones tripartitas, como la de TotalFinaElf o BPAmocoArco.
La producci¨®n petrolera iraqu¨ª estar¨¢ probablemente en manos de petroleras privadas que no quieren que sus beneficios se hundan, por lo que es bastante poco probable que Irak, como miembro de la OPEP, deje que eso suceda. A?adido a esto, el pa¨ªs se juega su propio futuro, puesto que los ingresos petroleros son lo ¨²nico que tiene para sacar a flote su econom¨ªa. Incluso a un buen precio, en torno a los 20 o 22 d¨®lares por barril, el pa¨ªs obtendr¨ªa apenas unos 20.000 millones de d¨®lares anuales por ventas petroleras. De esta cifra poco le sobrar¨¢ para hacer frente a una deuda externa de 127.000 millones de d¨®lares, sin contar las compensaciones a viejos enemigos (Kuwait, Ir¨¢n, Arabia Saud¨ª) y los contratos que el r¨¦gimen de Sadam Husein no ha honrado, pero de los cuales ha obtenido beneficios.
Muy probablemente, Washington impulse una especie de acuerdo de equilibrio con la OPEP para que el crudo se mantenga entre 22 y 25 d¨®lares, un precio que le permite a los pa¨ªses desarrollados mantener sus niveles de crecimiento sin sobresaltos y a los exportadores ingresar dinero. EE UU necesita crudo a baajo precio, pero tambi¨¦n mucho crudo, cada vez m¨¢s, por eso no permitir¨¢ que se hunda el mercado.
La tensi¨®n con la OPEP, o mejor dicho con los pa¨ªses de Oriente Pr¨®ximo que la componen, tampoco le conviene a EEUU. El favoritismo hacia el euro de las ¨²ltimas jornadas fue una consecuencia l¨®gica del papel de "moneda refugio" que ha adquirido la divisa europea y que antes reca¨ªa de ordinario en el d¨®lar. La creciente fricci¨®n entre eashington y Siria, de la que la Casa Blanca ha tomado distancia ahora, fue un factor adicional de preocupaci¨®n en las negociaciones de divisas. Tambi¨¦n estuvo presente el temor a lo que algunos analistas han empezado a llamar "el fantasma de Irak" en rferencia a las secuelas de la actual guerra en la econom¨ªa estadounidense.
Para algunos expertos, los inversores vivieron la contradicci¨®n de los buenos resultados de las empresas estadounidenses y los no tan buenos indicadores econ¨®micos anunciados tambi¨¦n ayer por la Reserva Federal. A mitad de semana confirm¨® la tendencia detectada seg¨²n la cual la guerra contra Irak empieza a perder fuerza como factor y es reemplazada por la incertidumbre por los fundamentos de las principales econom¨ªas del mundo. La amplia gama de factores que siguen los inversores es consecuencia de la falta de una direcci¨®n clara a seguir en el mercado de divisas, seg¨²n los analistas. Aunque nadie espera un gran descenso en la primera econom¨ªa del mundo, el sentimiento de una r¨¢pida recuperaci¨®n estadounidense sigue a¨²n distante.
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