C¨®mo pasar consulta con un chaleco antibalas
Los sanitarios espa?oles en Um Qsar atienden a ni?os quemados y a adultos con fracturas y heridas de guerra malcuradas
A la entrada de las dependencias que ocupan las tropas espa?olas en el puerto viejo iraqu¨ª de Um Qasr, un cartel advierte a los soldados de que se encuentran en "alerta Charlie", el nivel inmediatamente inferior a la alerta m¨¢xima, que corresponde seg¨²n las normas vigentes de la OTAN a la existencia en lugar de una "amenaza concreta".
?Existe una amenaza concreta contra las fuerzas espa?olas desplazadas a Um Qsar? A juzgar por los avisos que reciben los espa?oles procedentes de la divisi¨®n de inteligencia brit¨¢nica, responsable de la seguridad en el sur de Irak, s¨ª que existe. Incluso se han llegado a transmitir algunas indicaciones concretas de veh¨ªculos sospechosos de ser utilizados en atentados terroristas.
Hay pacientes que mueren de enfermedades curables en Espa?a pero no en el Irak de hoy
La venganza es uno de los males de toda posguerra y en Irak tambi¨¦n est¨¢ presente
El problema, seg¨²n lo explica un oficial espa?ol, es que a veces, al verificar estas informaciones, se comprueba que en realidad proceden de ciudadanos iraqu¨ªes que pretenden saldar rencillas pendientes con sus propios vecinos.
La venganza es uno de los males de toda posguerra y en Irak tambi¨¦n est¨¢ presente. No obstante, agrega el mismo oficial, hay indicios de que ex militantes del partido Baaz, fieles al dictador Sadam Husein, se est¨¢n reorganizando para acosar a las fuerzas de ocupaci¨®n.
Por si acaso, la unidad espa?ola toma sus medidas de precauci¨®n. Al hospital de Um Qasr, un inmueble destartalado al que s¨®lo se le puede atribuir la cualidad de centro sanitario por la muchedumbre de enfermos y lisiados que se agolpa en sus pasillos, acuden cada d¨ªa a pasar consulta tres m¨¦dicos militares y cuatro ATS espa?oles. Los siete profesionales sanitarios se encargan de examinar a sus pacientes bajo la atenta mirada de dos infantes de Marina, equipados con porra, pistola y chaleco antibalas.
Aunque la impaciencia de enfermos y familiares provoc¨® en los primeros d¨ªas m¨¢s de un tumulto, no parece que la violencia f¨ªsica sea all¨ª el mayor problema para la salud. S¨¢banas manchadas de sangre y jeringuillas tiradas por el suelo sugieren otro tipo de riesgos evidentes. "Si no tienen agua para lavarse ellos, ?c¨®mo van a gastarla en limpieza?", argumenta el comandante m¨¦dico Manuel Cano para explicar esa situaci¨®n.
Ni?os quemados en las cocinas de sus casas o alcanzados por la explosi¨®n accidental de proyectiles abandonados, adultos con heridas de guerra malcuradas y fracturas que han derivado en deformidades, enfermos cr¨®nicos que nunca han sido tratados adecuadamente de sus dolencias son algunos de los pacientes que llegan al centro hospitalario.
"A los que est¨¢n mejor los atendemos aqu¨ª y los m¨¢s graves los mandamos al hospital del buque Galicia, si es que tienen medianamente arreglo", explica el comandante Manuel Cano.
?Y a los dem¨¢s? "Aunque suene duro", responde este militar m¨¦dico, "para ¨¦sos la ¨²nica soluci¨®n es morirse".
Morirse de enfermedades que son perfectamente curables en Espa?a, explica, pero no en el Tercer Mundo, en el que se ha sumergido Irak, pese a atesorar en su subsuelo las segundas mayores reservas de petr¨®leo de todo el planeta.
La mayor¨ªa de los iraqu¨ªes que acuden al dispensario proceden de Basora, la capital de la regi¨®n, con m¨¢s de un mill¨®n de habitantes, situada a unos 40 kil¨®metros de distancia, lo que no deja de resultar sorprendente, ya que all¨ª cuentan con un hospital brit¨¢nico mucho mejor dotado que el instalado ahora por las fuerzas espa?olas en Um Qsar.
"Los americanos y los ingleses no han venido en misi¨®n de ayuda humanitaria, han venido a lo suyo", explica a este peri¨®dico un m¨¦dico espa?ol. "Es verdad que cuando ves a un ni?o en estas condiciones se te cae el alma al suelo, pero al parecer ellos no los ven", comenta con amargura.
Task Force 840
El almirante Juan Antonio Moreno Susanna, jefe del contingente militar espa?ol en la zona, la Task Force 840 en terminolog¨ªa de la coalici¨®n internacional ocupante, se desplaz¨® ayer hasta el cuartel general de las fuerzas terrestres de la coalici¨®n en Camp Doha (Kuwait) para coordinar la actuaci¨®n de los soldados espa?oles con los responsables del mando anglo-estadounidense.
El Gobierno espa?ol decidi¨® ayer mismo reducir los 65 militares de la unidad NBQ (Nuclear, Biol¨®gica y Qu¨ªmica), ante la evidente ausencia en Irak de las temidas armas de destrucci¨®n masiva. Adem¨¢s, el Ejecutivo decidi¨® enviar una unidad de apoyo log¨ªstico con 80 efectivos y reforzar las misiones de seguridad con 350 legionarios.
No obstante, un equipo de protecci¨®n NBQ deber¨¢ quedarse todav¨ªa en Irak, entre otras razones para controlar el nivel radiol¨®gico de las zonas donde Estados Unidos utiliz¨® munici¨®n con ur¨¢nico empobrecido.
A pesar de que nunca se ha demostrado la relaci¨®n entre este armamento y el c¨¢ncer, los militares espa?oles aseguran que todos los veh¨ªculos atacados con esta munici¨®n han sido ya retirados del lugar y que se siguen estrictas medidas de prevenci¨®n.
Ayer, el contingente espa?ol entreg¨® a bordo del buque Galicia quince indumentarias completas del Real Madrid al equipo de f¨²tbol local, que ha cambiado su denominaci¨®n de Sadam Husein para ser rebautizado con el nombre de Libertad.
Pero mientras se escenifican las relaciones sociales con la poblaci¨®n local, los tiradores espa?oles y las patrulleras estadounidenses apuntan a cualquier embarcaci¨®n no identificada que navega por la zona. Ni siquiera en misi¨®n de ayuda humanitaria se puede bajar la guardia.
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