Lula emprende un recorte hist¨®rico de las pensiones para relanzar la econom¨ªa de Brasil
La izquierda brasile?a critica el proyecto, clave para el ¨¦xito de la gesti¨®n presidencial
El presidente de Brasil, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, present¨® el mi¨¦rcoles en el Parlamento dos grandes reformas constitucionales, la de la Seguridad Social y la del sistema fiscal, ante las que sus antecesores se hab¨ªan estrellado siempre y de cuya aprobaci¨®n o rechazo depender¨¢ el ¨¦xito o el fracaso de su gesti¨®n presidencial. Al cumplir tres meses en el poder, la coyuntura no pod¨ªa ser m¨¢s favorable para Lula: el d¨®lar retrocede frente al real -m¨¢s incluso de lo que los exportadores desear¨ªan-, la inflaci¨®n est¨¢ en declive, la econom¨ªa crece y el ¨ªndice de riesgo disminuye aceleradamente.
Sin embargo, no todo son rosas para el primer presidente de izquierdas de Brasil. Las espinas le han brotado en el seno de su propio Partido de los Trabajadores (PT), donde el ala m¨¢s extremista de izquierda le ha plantado cara al anunciar que votar¨¢ en contra de las reformas. Un plantel de diputados petistas no acepta que los funcionarios jubilados tengan que pagar impuestos, como indica la nueva Ley de Seguridad Social, y hasta han sacado a la luz un documento en el que el actual presidente se opon¨ªa a dicha medida durante el mandato de su predecesor, Fernando Henrique Cardoso.
Lula dijo a los revoltosos que todos en el partido "tienen derecho a disentir, a dialogar y hasta a decir bobadas", pero que "a la hora de la verdad" es necesario acatar la disciplina del partido. En una sesi¨®n conjunta de las dos c¨¢maras del Parlamento, el presidente sostuvo el mi¨¦rcoles que las reformas, lejos de perjudicar a los m¨¢s pobres, demostrar¨¢n que la izquierda de Am¨¦rica Latina es capaz de gobernar con estabilidad.
"Estas reformas no van a beneficiar a algunos y perjudicar a otros", dijo Lula ante el Parlamento, "servir¨¢n para ver si somos capaces de transformar a nuestro pa¨ªs en una naci¨®n desarrollada que conquista el lugar que deber¨ªa ocupar ya en este mundo globalizado". Lula asisti¨® a la reuni¨®n acompa?ado por los gobernadores de los 27 Estados de Brasil, que mostraron as¨ª su apoyo a las reformas.
Un grupo de manifestantes abuche¨® al presidente y a su esposa cuando se dirig¨ªan a pie hacia el Parlamento por las calles de Brasilia. Lula pas¨® tambi¨¦n un mal trago horas antes en R¨ªo de Janeiro, donde 200 funcionarios y militantes comunistas le abuchearon en un acto p¨²blico.
Pero ha sido tajante con los cr¨ªticos. En v¨ªsperas de la presentaci¨®n de las reformas, reuni¨® a los 92 diputados de su partido, mayoritario en el Congreso, y les habl¨® con el coraz¨®n en la mano. Citando a John F. Kennedy, les pidi¨® que se olviden de sus intereses electoralistas para pensar en el bien de todo el pa¨ªs, y les dijo que si esta vez el PT pierde el tren "no volver¨¢ a gobernar la izquierda en Brasil en 50 a?os".
Expulsar a los disidentes
Lula les record¨® que cuando en los a?os ochenta tres diputados del partido tuvieron que ser expulsados, ¨¦l llor¨®, pero firm¨® la medida. Y subray¨® que si esta vez es necesario expulsar a los que voten en contra de las reformas, lo har¨¢, aunque lo sienta como una herida en su propia carne. Y con cierta iron¨ªa les dijo a esos diputados que estos d¨ªas est¨¢n acaparando las primeras p¨¢ginas de los peri¨®dicos, que cuando salgan del partido "nadie les har¨¢ caso".
Los disidentes, entre los que figura Luciana Genro, hija de Tarso Genro, secretario del Consejo de Desarrollo Econ¨®mico y Social y m¨ªtico ex alcalde de Porto Alegre, no se han arrugado y anunciaron que participar¨¢n en las protestas convocadas por los funcionarios jubilados. "No ser¨ªa justo", afirmaron los opositores a las reformas, "que se nos expulse por defender a los trabajadores".
A los disidentes tampoco gust¨® una campa?a publicitaria lanzada por el Gobierno de Lula en la televisi¨®n en la que explica a la sociedad brasile?a la importancia de la aprobaci¨®n de las reformas tributaria y de la Seguridad Social. La iron¨ªa es que mientras la parte extremista del PT est¨¢ dispuesta a boicotear las reformas, Lula ha tenido el apoyo de personajes de primera plana de la oposici¨®n, como la del gobernador de Minas Gerais, A¨¦cio Neves, del Partido Socialista Democr¨¢tico de Brasil (PSDB), y del gobernador del poderoso Estado de S?o Paulo, Geraldo Alckmin, del mismo partido. El gobernador de Minas Gerais, uno de los pol¨ªticos j¨®venes de mayor peso en este pais, afirm¨®: "No tenemos derecho a dejar que el presidente pierda esta oportunidad de hacer las reformas".
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