"El software gratuito no ayudar¨¢ a crear una industria nacional"
Ballmer insiste en que "para generar empleos, el software debe ser pagado"
Hay un v¨ªdeo, muy antiguo, en el que aparece un hombre corpulento, vestido con un traje de colores imposibles, que grita las virtudes de un nuevo producto que cambiar¨¢ la vida del televidente. El producto era Windows, y el hombre era Steve Ballmer, actual presidente de la compa?¨ªa. El v¨ªdeo muestra el car¨¢cter inquieto e hiperactivo de este ejecutivo, conocido tambi¨¦n por las arengas que lanza a sus empleados en reuniones corporativas. El presidente de la multinacional grita, salta, aplaude, suda a chorros y suele finalizar con una frase: "Adoro esta empresa".
Ballmer, compa?ero de Bill Gates en Harvard, se uni¨® a la compa?¨ªa en 1980 y tom¨® sus riendas en 2000, cuando Gates decidi¨® dedicarse al I+D. El presidente de Microsoft acaba de viajar a Espa?a, donde cerr¨® un acuerdo para dotar de software a las escuelas (ver p¨¢gina 7). La palabra "Linux" fue una constante en su maratoniana jornada.
"No hay un libro que diga: 'Tienes una posici¨®n de liderazgo, as¨ª deben funcionar las cosas'. No me arrepiento de ninguna de nuestras conductas"
"Yo no lo llamar¨ªa competidor a Linux; no hay ninguna empresa detr¨¢s de ¨¦l. Es un grupo de trabajadores voluntarios sin sueldo"
P. Esta tarde [por el jueves] va usted a reunirse con el ministro de Ciencia, Josep Piqu¨¦. ?Van a hablar de la implantaci¨®n de Linux en la administraci¨®n?
R. El enfoque estar¨¢ en c¨®mo podemos cooperar con el gobierno para promover la alfabetizaci¨®n en las escuelas, sobre todo en las m¨¢s pobres. Creo que ah¨ª tenemos una responsabilidad.
P. En Espa?a se debate si las administraciones y escuelas deben utilizar software libre. ?Qu¨¦ le dir¨ªa a los pol¨ªticos espa?oles?
R. Cada cual debe reflexionar y tomar una decisi¨®n por s¨ª mismo. Estamos dispuestos a trabajar con los gobiernos para asegurarnos de que, especialmente en educaci¨®n, nuestros productos tienen un precio asequible. Ver¨¢, se necesita gente para arreglar los sistemas inform¨¢ticos y, ya sabe, los de Linux no funcionan perfectamente. Por eso, creemos que el coste puede ser menor usando Windows que Linux. Pero respetamos el derecho e, incluso, la responsabilidad, de evaluar todas las alternativas.
P. Para algunos pol¨ªticos, no es s¨®lo una cuesti¨®n de precio. Creen que el software libre puede crear un industria nacional.
R. La gente que piensa que se puede crear una industria nacional alrededor de Linux est¨¢ equivocada. El software libre es exactamente eso, gratuito
[free significa tanto libre como gratis] No se crean trabajos alrededor del software gratis. Para crear empleos, el software debe ser pagado. As¨ª que, si realmente quieren crear una industria del software, y esto no es una declaraci¨®n de Microsoft, deben impulsar el uso de software por el que la gente pague. Apoyar a Linux no ayudar¨¢. He o¨ªdo esa teor¨ªa, y estoy seguro al 100% de que es incorrecta.
P. Un informe de Forrester asegura que un 25% de las compa?¨ªas entrevistadas tiene previsto reemplazar Windows con Linux. ?Qu¨¦ les dir¨ªa a estas empresas?
R. ?25%? ?Qui¨¦n ha hecho ese informe?
P. Forrester.
R. La gente no est¨¢ pensando en reemplazar los sistemas Windows. Lo que s¨ª ocurre es que hay quien se plantea si, algunas grandes aplicaciones que se ejecutan en sistemas Sun, normalmente, pueden trasladarse a un sistema Intel, m¨¢s barato. Y a continuaci¨®n, se preguntan: "?Lo instalamos en Linux o en Windows?" Creo que est¨¢n tratando de decidir.
P. ?Es Linux el mayor competidor que ha tenido Microsoft?
R. Linux es diferente. Yo no lo llamar¨ªa "competidor"; no hay ninguna empresa detr¨¢s de ¨¦l. Es un grupo de trabajadores voluntarios sin sueldo, y siempre hay algunas ventajas en el esp¨ªritu de trabajo del voluntario. Hace lo que quiere hacer, pero en una empresa, los empleados trabajan con un objetivo. La innovaci¨®n coordinada es uno de nuestros mayores activos frente a este fen¨®meno.
P. ?Qu¨¦ es lo que ha cambiado en Microsoft despu¨¦s de diez a?os del caso antimonopolio?
R. Hemos firmado un acuerdo con el Departamento de Justicia, en el que se establecen las normas que tenemos que cumplir como una empresa que ocupa una posici¨®n, dir¨ªa, de superliderazgo. Eso, desde luego, es un cambio. Lo segundo que es distinto es que tenemos una mayor necesidad de ser un l¨ªder responsable.
P. Si pudiera volver al momento en que todo comenz¨®, ?cambiar¨ªa algo en la forma de hacer negocios de Microsoft?
R. No, no creo, la verdad es que no lo creo. No quiero parecer arrogante, pero uno de los responsables del gobierno en este caso me dijo: "En ning¨²n momento pensamos que ustedes eran malas personas. Puede que no se hayan dado cuenta que ocupaban una posici¨®n diferente en el mercado". Y es que no hay un libro que diga: "Vale, tienes una posici¨®n de liderazgo, as¨ª deben funcionar las cosas". Yo no vuelvo la vista atr¨¢s y digo, "claro, fue eso, y me arrepiento de esa conducta". Sabiendo lo que s¨¦ ahora, habr¨ªa hecho algunas cosas de otra manera, pero no me arrepiento de ninguna de nuestras conductas.
P. ?Va a pensar dos veces antes de entrar en nuevos mercados?
R. No dudaremos en hacer lo que creamos que beneficie los intereses de nuestros clientes, cumpliendo las normas como l¨ªder del sector y nuestro contrato con el Departamento de Justicia. Si eso nos lleva a nuevos mercados, as¨ª ser¨¢.
P. ?Cu¨¢l ha sido el impacto en la imagen de Microsoft? ?Han tomado alguna medida para tratar de cambiar esa idea de "compa?¨ªa monopolista"?
P. Sinceramente, esa no es la imagen que tiene la gente de Microsoft. Si hici¨¦ramos una encuesta descubrir¨ªamos que la imagen es la de Windows en la oficina. Es verdad que, cuando el gobierno dice que tienes esta posici¨®n incre¨ªble, la gente puede pensar que s¨®lo nos interesa el ¨¦xito comercial. Pero lo ¨²nico que queremos es que nuestras innovaciones se acepten lo m¨¢s ampliamente posible. Hemos lanzado una campa?a publicitaria en Estados Unidos. Es muy bonita; algunos empleados empiezan a llorar cuando la ven. El lema es su potencial es nuestra pasi¨®n. "Usted, se?or o se?ora consumidor, intentamos darle herramientas para ayudarle a hacer lo que siempre ha so?ado".
P. ?Quieren cambiar su imagen agresiva, y ser admirados por el resto de compa?¨ªas?
R. Lo que queremos es que nuestros clientes nos quieran, la sociedad nos quiera, nuestros socios en el sector nos quieran, y nuestros competidores nos respeten. Que nos quieran ya ser¨ªa demasiado... (se r¨ªe). Queremos es que la competencia diga: "Puede que esos tipos no nos gusten, pero son abiertos y honestos".
P. ?Cree que Microsoft volver¨¢ a ser la empresa m¨¢s valiosa en Bolsa alguna vez?
R. No lo s¨¦.
P. ?Le preocupa?
R. No. Lo ¨²nico que me preocupa es hacer un buen trabajo para nuestros clientes, y que la gente nos vea como un l¨ªder responsable.
P. Una ¨²ltima pregunta. Cuando uno dice que va a entrevistar al presidente de Microsoft, la gente comenta: "?ah, vas a ver a Bill Gates?". ?Le molesta?
R. No. Bill y yo nos conocemos desde hace 29 a?os. Somos amigos, y siempre hemos sido compa?eros dirigiendo la compa?¨ªa. Estoy agradecido a Bill porque es mucho m¨¢s sencillo ser una persona privada, que p¨²blica, como ¨¦l. Agradezco que sea a ¨¦l al que prestan tanta atenci¨®n. Me parece bien. No tengo ning¨²n deseo de estar ah¨ª fuera. As¨ª que no, no me preocupa en absoluto.
P. ?Es verdad que usted era mejor que Bill Gates en matem¨¢ticas, en la universidad?
R. ?D¨®nde ha o¨ªdo eso? (riendo a carcajadas)
P. Lo he le¨ªdo.
R: Bill y yo solo fuimos a clase juntos un a?o. Y no fue una clase de matem¨¢ticas, era de econom¨ªa. Bill era mejor. Pero hab¨ªa una competici¨®n de matem¨¢ticas cada a?o para todos los universitarios de Estados Unidos y Canad¨¢. Y yo consegu¨ª una nota superior a la de Bill ese a?o (se r¨ªe). En la clase a la que asistimos juntos, ¨¦l sac¨® mejor nota, pero en matem¨¢ticas, s¨ª, yo era mejor.
"Estamos aprendiendo a asumir nuestra responsabilidad"
En estos 28 a?os de vida, Microsoft ha pasado de tener tres empleados a m¨¢s de 50.000, y de facturar un mill¨®n de d¨®lares a vender productos por m¨¢s de 28.000 millones. "
Es gracioso", reflexiona Ballmer, "he estado aqu¨ª casi todo el tiempo pero a¨²n as¨ª no puedo contarle c¨®mo lo hemos hecho".
P. ?C¨®mo ha cambiado la compa?¨ªa?
R. Parece que ha pasado una eternidad en cuanto a la complejidad de negocio. Ahora necesitamos un enfoque de gesti¨®n diferente del que ten¨ªamos entonces. En la actualidad, somos una compa?¨ªa con experiencia, de la que los clientes esperan muchas cosas, que tiene que ser una empresa l¨ªder y responsable. Nunca fuimos irresponsables, pero el nivel de expectativas nosotros era muy distinto cuando empezamos. Estamos aprendiendo a asumir nuestras responsabilidades con la sociedad, el sector y nuestros clientes.
P. Parece que se han obsesionado con cuidar a sus clientes. ?Por qu¨¦ ahora y no antes?
R. Se lo explicar¨¦. Nosotros estamos en un negocio distinto al de otros. En el nuestro, no s¨®lo tenemos que escuchar a nuestros clientes; todas las empresas deben hacerlo. Tambi¨¦n tenemos que dirigir los pasos de los clientes, ya que esperan que les ense?emos cosas nuevas, que les desafiemos con ideas que en principio no ve¨ªan, pero que querr¨¢n si las ven. Y durante muchos a?os, eso es lo que hemos hecho, fundamentalmente. No siempre hemos estado abiertos a escuchar en lo que nos equivoc¨¢bamos cuando propon¨ªamos nuevas ideas. No podemos dejar de innovar, pero eso no es una excusa para no escuchar mucho m¨¢s. Hay un libro de Jim Collins, un escritor sobre temas empresariales en Estados Unidos, que tiene un cap¨ªtulo muy peque?o que llama La tiran¨ªa de Or. Dice que las grandes empresas son las que superan la idea de que s¨®lo existe la opci¨®n A o B. Nuestra gente pregunta: "?Vamos a innovar o vamos a escuchar a nuestros clientes?". Debemos hacer las dos cosas.
P. Hablando de su gente, hay cierta preocupaci¨®n con lo que va a pasar cuando Bill Gates y usted se retiren...
R. No hemos hecho planes al respecto. Yo tengo 47 a?os y Bill tambi¨¦n tiene 47. Seguiremos trabajando por lo menos diez a?os m¨¢s. Por otra parte, diez a?os parece mucho tiempo, pero tampoco es tanto. Estamos intentando preparar una generaci¨®n de l¨ªderes para cuando llegue el momento en que Bill y yo nos retiremos.
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