La promesa del agua
El Plan Hidrol¨®gico Nacional marca la batalla por el voto en las comunidades del arco mediterr¨¢neo espa?ol
El arco mediterr¨¢neo espa?ol est¨¢ en guerra a causa del agua. El Plan Hidrol¨®gico Nacional (PHN) enfrenta a partidos pol¨ªticos y a comunidades aut¨®nomas afectadas por el trasvase del r¨ªo Ebro, infraestructura b¨¢sica del plan. Dos a?os despu¨¦s de su aprobaci¨®n -el PP y CiU lo validaron en 2001-, Arag¨®n y el Delta del Ebro, en Tarragona, se oponen al trasvase. En el sureste espa?ol, en bancarrota h¨ªdrica, no entienden que cientos de metros c¨²bicos de agua se viertan al mar.
Sucesivamente, diferentes planes hidr¨¢ulicos han prometido al sureste, la regi¨®n m¨¢s seca de Espa?a, agua de la cuenca del Segura, que luego no se han satisfecho (el plan Gasset, el de Lorenzo Pardo, el trasvase Tajo-Segura, el anteproyecto del Plan Borrell de 1993 y ahora el trasvase del Ebro). "Siempre es igual. Con la expectativa de un trasvase se hacen c¨¢lculos sobredimensionados de los recursos h¨ªdricos y, antes de que funcione, se ponen en regad¨ªo nuevas tierras y se abren nuevos pozos", observa el consultor y portavoz de la Fundaci¨®n Nueva Cultura del Agua (FNCA) -contraria al trasvase-, Antonio Estevan. Ocurri¨® con el Tajo-Segura hace 15 a?os, que de los 1.000 hect¨®metros c¨²bicos que se barajaron inicialmente, luego se rebajaron a 600 y la media anual ha sido de 325. Pero entonces, ?qu¨¦ hacer? Juan B. Segura, catedr¨¢tico de Ingenier¨ªa Hidr¨¢ulica de la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia, subraya que el d¨¦ficit h¨ªdrico de Alicante, Murcia y Almer¨ªa es insostenible. "Hace 15 a?os se hubiera podido evitar el trasvase del Ebro si el Tajo-Segura llevara los 1.000 hect¨®metros previstos en un principio".
"La desalaci¨®n no es gratis para el entorno y tampoco mejor que el trasvase", dice Marco
Nueva Cultura del Agua dice que el trasvase "no da garant¨ªa, ni calidad ni coste"
Los autores del PHN recibieron el encargo de redactarlo con total libertad; la ¨²nica condici¨®n era que no se pod¨ªa descalificar ni una sola hect¨¢rea de regad¨ªo en la cuenca del Segura. Con esta condici¨®n de partida, los t¨¦cnicos s¨®lo encontraron el Ebro, el ¨²nico r¨ªo ¨ªntegramente espa?ol y con suficiente caudal -la operaci¨®n con dos r¨ªos internacionales como el Tajo o el Duero era m¨¢s compleja y costosa- para acometer el plan. El plazo de ejecuci¨®n del trasvase del Ebro, un largo canal de 912 kil¨®metros era de 8 a?os y su presupuesto, de 4.207 millones de euros. Esta larga tuber¨ªa, preparada para trasvasar 1.050 hect¨®metros c¨²bicos del Ebro a la Comunidad Valenciana, Murcia y Andaluc¨ªa se completaba con la construcci¨®n de 112 nuevos embalses y 36 estaciones desaladoras.
El argumento estrella de los trasvasistas era y sigue siendo que un pa¨ªs con d¨¦ficit h¨ªdrico como Espa?a no puede permitirse el lujo de que un r¨ªo como el Ebro desag¨¹e 1.000 hect¨®metros c¨²bicos de su caudal en el mar. Seg¨²n el Gobierno, estas reservas deben ir a las provincias del sur, con un 10% del suelo y el 26% de la poblaci¨®n.
Un argumento que rechazan de plano en Arag¨®n -300 de los 900 kil¨®metros del Ebro atraviesan esta regi¨®n- y el Delta del Ebro. Los antitrasvase afirman que el proyecto no cumple ninguna de las tres condiciones de un plan hidr¨¢ulico estructural. "No da garant¨ªa, no da calidad y no da coste", enumera Estevan. El Ebro no ofrece garant¨ªa de reservas h¨ªdricas porque es un r¨ªo irregular. A puertas de las elecciones, CiU ha renegado del PHN, exigiendo un aumento del caudal ecol¨®gico para preservar el Delta del r¨ªo. De 100 a 135 hect¨®metros c¨²bicos por segundo, un cambio que, a juicio de la Fundaci¨®n, reduce el excedente del Ebro a unos 500 hect¨®metros c¨²bicos anuales, invalidando el trasvase. Juan B. Marco insiste en que no existen estudios que avalen las demandas de m¨¢s caudal de CiU.
La calidad del Ebro es baja -supera los 1.000 microsieverts por cent¨ªmetro c¨²bico-, una conductividad (alta concentraci¨®n de sales) que la UE recomienda como l¨ªmite m¨¢ximo en aguas prepotables. La FNCA advierte que "las previsiones de evoluci¨®n de calidad prev¨¦n un empeoramiento, en la medida en que se espera una ampliaci¨®n de regad¨ªos en la cuenca del Ebro". Concretamente, en La Rioja, el Canal de Navarra, el Segarra-Garrigues, en Lleida, o el pacto del Agua en Arag¨®n,
El plan del Gobierno no asegura el coste definitivo del agua. Los 31 c¨¦ntimos de euro estimados por los autores "no son ciertos", agrega Estevan, porque aplican la misma tarifa a todo el canal, cuando el caudal que llegue Murcia ser¨¢ m¨¢s caro. Adem¨¢s es un precio estimado sin p¨¦rdidas, con el 100% del trasvase, es decir, los 1.050 hect¨®metros, y sin depuraci¨®n. La Fundaci¨®n apunta a los 48 o los 55 c¨¦ntimos de euro, precios inasumibles para una agricultura tradicional y que s¨®lo soportar¨ªan los cultivos de invernadero y el negocio tur¨ªstico del litoral mediterr¨¢neo.
El trasvase del Ebro es hoy un problema europeo. Las quejas al plan espa?ol han llegado a la comisaria de Medio Ambiente, Margot Wallstr?m. ?sta ha convocado el pr¨®ximo junio una conferencia internacional en Ispra (Italia), donde oir¨¢ la opini¨®n de expertos sobre la sostenibilidad del plan.
Murcia, una de las regiones m¨¢s necesitadas del agua del Ebro, encarg¨®, con ¨¢nimo de enfriar este agrio debate, un estudio a la Universidad de Berkeley (Estados Unidos). Las conclusiones son que el problema del agua es m¨¢s de calidad que de cantidad, que el trasvase es viable si se realizan mejoras medioambientales, pero sostiene grandes reservas sobre su viabilidad econ¨®mica y el precio oficial.
En este proceso de deriva, la Fundaci¨®n Nueva Cultura del Agua postula la desalaci¨®n como una alternativa seria al trasvase. Cuando surge el PHN, la mayor desaladora de Espa?a, situada en Canarias, produc¨ªa agua a 62 c¨¦ntimos de euro el metro c¨²bico. Desde entonces, el proceso ha dado un salto tecnol¨®gico. Estevan cuenta hasta una docena de plantas desaladoras funcionando o en proyecto en la costa mediterr¨¢nea. En dos a?os estas estaciones producir¨¢n unos 180 hect¨®metros c¨²bicos de agua en la regi¨®n m¨¢s seca de Espa?a. Y ah¨ª es donde la Fundaci¨®n Nueva Cultura del Agua formula su alternativa: "Est¨¢ el trasvase Tajo-Segura, que cuesta menos dinero al usuario por los a?os de amortizaci¨®n; por tanto, lo que se puede hacer es alimentar el trasvase en cola, abasteciendo a los usuarios de la costa con agua desalada del mar, mientras los usuarios de la cabecera se surten del caudal del r¨ªo. L¨®gicamente, el precio debe ser una media de ambos", argumenta Estevan.
El catedr¨¢tico Juan B. Marco observa, sin embargo, dos grandes problemas a la desalaci¨®n: el vertido y disoluci¨®n del concentrado de salmuera que generan estas factor¨ªas y el elevado coste energ¨¦tico. "No es gratis desde un punto de vista medioambiental y, desde luego, no es mejor que el trasvase del PHN", observa el catedr¨¢tico que defiende que el coste de la desalaci¨®n es directamente proporcional al precio del barril de petr¨®leo". "Pero si la sociedad quiere eso, adelante", concluye.
Un tortuoso debate pol¨ªtico
El PHN ha provocado un verdadero se¨ªsmo pol¨ªtico. La ¨²nica coincidencia entre el PP y PSOE es que el sureste necesita agua, pero a partir de ah¨ª todo son diferencias. El PP ha cerrado filas en defensa del proyecto, a pesar del coste pol¨ªtico que le ha supuesto en Arag¨®n y en Tarragona, donde existe una mayor¨ªa social contraria al trasvase. En el PSOE tambi¨¦n han aflorado las contradicciones. En la calle Ferraz, sede socialista, los dirigentes federales reconocieron la existencia de diferentes voces ante el problema, aunque el acento se puso en una alternativa. Una opci¨®n que apuesta por la modernizaci¨®n del regad¨ªo para evitar las p¨¦rdidas en las canalizaciones (m¨¢s del 30%), la reutilizaci¨®n de aguas depuradas y la desalaci¨®n para proporcionar "m¨¢s cantidad de agua, en menos tiempo y m¨¢s barata".
En el Consejo Nacional del Agua, los socialistas pasaron la prueba de fuego cuando dos de las comunidades que gobiernan, Castilla-La Mancha y Extremadura, apoyaron el PHN en contra de la opini¨®n de la direcci¨®n federal del partido.
En el caso extreme?o, el Ejecutivo de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar prometi¨® inversiones de 200.000 millones de pesetas en obras hidr¨¢ulicas. En el caso castellano, el acuerdo suscrito en 1997 por el presidente, el socialista Jos¨¦ Bono, el presidente valenciano Eduardo Zaplana (PP), y el Ministerio de Medio Ambiente, del que sali¨® el Plan del J¨²car y el trasvase al Vinalop¨®, justifican el apoyo al plan. Bono se asegur¨® con este pacto la cuarta parte del agua del J¨²car para La Mancha, donde acababan de legalizarse miles de hect¨¢reas de regad¨ªo en Albacete, con cultivos subvencionados por la UE. Seg¨²n los socialistas valencianos, el pacto entre Bono y Zaplana reparti¨® m¨¢s agua de la existente y, a su juicio, los regantes valencianos fueron los grandes perdedores.
El PP ha aprovechado estas grietas para erosionar al PSOE. En esta carrera, de claro r¨¦dito electoral, el PP ha auspiciado iniciativas parlamentarias de apoyo a una ley con dos a?os de vida. Incluso se celebr¨® en Valencia una manifestaci¨®n a favor del trasvase, subvencionada con 1,6 millones de euros aprobados por las administraciones p¨²blicas gobernadas por el PP, que bajo el lema Agua para todos reparti¨® cientos de miles de raciones de paella gratis. "Que hagan su trabajo, porque hasta la fecha se han demostrado incapaces", objetan los socialistas, mientras subrayan la incapacidad del PP a la hora de sacar adelante la obra en la Comisi¨®n Europea.
En Catalu?a, el Gobierno de CiU refrend¨® el trasvase a condici¨®n de que se redactase un plan de inversiones para el Delta del Ebro.
En Arag¨®n, comunidad gobernada en coalici¨®n por socialistas y regionalistas del PAR, el trasvase se recibi¨® como una mutilaci¨®n a su desarrollo econ¨®mico, sobre todo cuando est¨¢ pendiente el pacto del agua de Arag¨®n, que prev¨¦ la transformaci¨®n de cientos de hect¨¢reas de secano a regad¨ªo. Los gobiernos valenciano y murciano esperan el agua.
La gran premisa del Plan Hidrol¨®gico Nacional que asegura que sin excedentes del Ebro no habr¨¢ transferencias de agua no parece una garant¨ªa para los opositores al PHN.
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