La Casa Blanca defiende un "d¨®lar fuerte"
La Casa Blanca salt¨® ayer a la arena para defender verbalmente a un d¨®lar en ca¨ªda semilibre, despu¨¦s de que, durante el fin de semana, el secretario del Tesoro, John Snow, manifestara que la progresiva p¨¦rdida de valor del billete verde frente a otras divisas es apenas un modesto reajuste.
La declaraci¨®n de la Casa Blanca, tibia y proforma, a favor de un d¨®lar fuerte estuvo lejos de disipar dudas sobre la moneda y confirm¨® ante los mercados que la Administraci¨®n se siente c¨®moda con el d¨®lar d¨¦bil, por su te¨®rica capacidad de estimular la econom¨ªa. Est¨¢ claro que Washington ha dejado de valorar el d¨®lar por su fortaleza ante otras monedas y los analistas vaticinan en cuesti¨®n de semanas una ca¨ªda hasta 1,20 por euro, que podr¨ªa llegar a 1,40 a finales de a?o.
"La pol¨ªtica sobre el d¨®lar no ha cambiado. El Gobierno es partidario de un d¨®lar fuerte", indic¨® ayer el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, cuando se le inquiri¨® sobre las manifestaciones del s¨¢bado de Snow, que marcaban un cambio en la definici¨®n de fortaleza de la moneda. "No hay cambio. Ni m¨¢s, ni menos". El d¨®lar, seg¨²n Snow, debe ajustarse a las condiciones que le impongan los mercados y su desplome del ¨²ltimo a?o "es realmente un modesto reajuste de divisas".
"Es la primera vez en muchos a?os que las autoridades norteamericanas dan a entender que est¨¢n tranquilas con la progresiva ca¨ªda del d¨®lar", declar¨® a la agencia Bloomebrg Robert McHenry, que gestiona 2.500 millones de un fondo de inversiones en el exterior. Pero la velocidad de la ca¨ªda ha roto todas las expectativas de los expertos, que a principios de 2003 apenas estimaban un deslizamiento a lo largo del a?o hasta 1,10.
Econom¨ªas solventes
Los economistas subrayan que un d¨®lar barato ayudar¨¢ a las exportaciones y activar¨¢ la vertiente exterior de la inestable econom¨ªa de Estados Unidos. De hecho, algunas de las grandes corporaciones atribuyeron parte de sus buenos resultados del primer trimestre a la favorable relaci¨®n de cambio del d¨®lar en otros mercados. Al tiempo, un d¨®lar d¨¦bil encarece las importaciones y favorece la actividad econ¨®mica interna, alejando el espectro de la deflaci¨®n. Justo lo que necesita un presidente como Bush, que el a?o que viene buscar¨¢ la reelecci¨®n.
La contrapartida es que para que el d¨®lar d¨¦bil sea efectivo como catalizador de la exportaci¨®n necesita econom¨ªas solventes fuera. La mayor de ellas, la europea, est¨¢ a¨²n en peor situaci¨®n que la de Estados Unidos y cargada con un euro cuya fortaleza frente al d¨®lar es demasiado gravosa.
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