La banca que llega del Este
Las entidades entrar¨¢n en la UE sin experiencia en el mercado libre
Son bancos poco desarrollados tecnol¨®gicamente, con muy escaso peso relativo en el conjunto de la econom¨ªa de sus pa¨ªses; apenas si tienen experiencia de mercado libre, y a partir del a?o que viene formar¨¢n parte del segundo ¨¢rea econ¨®mica y financiera m¨¢s importante del mundo: la Uni¨®n Europea. Son los bancos que vienen del Este.
Los mercados de capitales y de seguros est¨¢n menos desarrollados en los pa¨ªses candidatos y hay menos competencia
Aunque las diferencias econ¨®micas entre los 10 pa¨ªses (Chipre, Rep¨²blica Checa, Estonia, Hungr¨ªa, Lituania, Letonia, Malta, Polonia, Eslovenia y Eslovaquia) que se incorporar¨¢n en mayo de 2004 son en muy pocos casos significativas, el denominador com¨²n es su escaso nivel de desarrollo. Con la excepci¨®n de Chipre y Malta, pa¨ªses de econom¨ªa de libre mercado, el resto del grupo se ha transformado al capitalismo en los ¨²ltimos 14 a?os. Desde un modelo intervencionista y estatalista, donde los bancos estaban nacionalizados y su funci¨®n en la econom¨ªa se dirig¨ªa desde el poder pol¨ªtico, han pasado a un modelo dominado por la rentabilidad, la tecnolog¨ªa y la competencia.
En mayo de 2004, las nuevas instituciones financieras de los ocho pa¨ªses procedentes del cintur¨®n sovi¨¦tico, m¨¢s Chipre y Malta, entrar¨¢n a formar parte de un mercado ¨²nico de bienes y servicios, de un sector bancario que sue?a con las concentraciones transfronterizas y que est¨¢ esperando a la "recomposici¨®n" de los mercados y al levantamiento de los obst¨¢culos legales para intentar redise?ar el mapa europeo.
En una reciente intervenci¨®n del miembro del consejo ejecutivo del BCE, la finlandesa Sirkka H?m?l?inen, se enumeraron algunas de las principales deficiencias del sistema bancario de los pa¨ªses candidatos. Esas deficiencias se resumen en la escasa bancarizaci¨®n de sus econom¨ªas, en el amplio recorrido que tienen por delante para equiparar sus sistemas de pagos con los vigentes en el ¨¢rea, para lo cual el BCE ha garantizado su ayuda con el fin de evitar un posible riesgo sist¨¦mico, y los desaf¨ªos a los que deber¨¢n enfrentarse para adaptarse a los modelos de competencia y de supervisi¨®n bancaria, como el futuro marco regulatorio sobre solvencia (Basilea II), que empezar¨¢ a aplicarse en 2006 y que otorga a las entidades financieras mayor flexibilidad en el consumo de sus recursos propios si adoptan sofisticados sistemas de gesti¨®n de riesgos.
"Durante la pasada d¨¦cada, los pa¨ªses candidatos estuvieron inmersos en una exitosa transformaci¨®n hacia la econom¨ªa de mercado, con privatizaciones de bancos enfocados hacia los sistemas financieros. Hoy, esos bancos se enfrentan a una creciente competencia, a altas necesidades de inversi¨®n y a las cambiantes necesidades de los clientes. Las respuestas de estos bancos son muy similares a los de la UE: fusiones y compras, cambios de estrategia y la innovaci¨®n de productos".
Grandes disparidades
Los 10 pa¨ªses presentan enormes disparidades. Los hay, como Chipre, con un sector financiero que representa casi el 8% de su valor a?adido bruto (VAB) (en Espa?a es del 5%), o Polonia y Lituania, donde apenas supera el 2%, mientras que en el resto es inferior al 5%, seg¨²n datos de Eurostat del periodo 1995-2000. La contribuci¨®n del sector a la econom¨ªa fue de casi un punto porcentual (en Espa?a, de cinco puntos durante el mismo periodo), muy por debajo de los casi cinco puntos del predominante sector manufacturero, que acapara en torno al 20% de la producci¨®n total, excepto en Chipre y Letonia, m¨¢s volcados en el sector inmobiliario y el comercio, respectivamente.
Sin embargo, el grupo de candidatos ofrece unas diferencias salariales sin apenas competencia con la UE. S¨®lo Eslovenia y Malta, con 451 y 535 euros mensuales, respectivamente, puede decirse que pagan salarios casi al mismo nivel que los m¨¢s bajos de la UE, que corresponden a Portugal (416 euros) y Espa?a (526). El rango de los restantes (sin incluir Chipre) se mueve entre los 56 euros de Bulgaria y los 212 de Hungr¨ªa.
Seg¨²n el BCE, mientras la media de cuentas bancarias en la UE es de 1,5 por habitante, en el grupo de candidatos s¨®lo una peque?a porci¨®n de ciudadanos puede efectuar pagos desde una cuenta corriente. Las tarjetas de pago son de uso frecuente, pero b¨¢sicamente se emplean para la retirada de dinero de los cajeros, cuyo n¨²mero es limitado, y las de d¨¦bito apenas si est¨¢n desarrolladas. Las operaciones de pago m¨¢s habituales: salarios, pensiones, servicios p¨²blicos (gas, electricidad, agua) se hacen en met¨¢lico y los cheques juegan todav¨ªa un papel marginal.
"Los bancos de los pa¨ªses candidatos contin¨²an operando en un entorno diferente. Los mercados de capitales y el sector asegurador est¨¢n menos desarrollados y la competencia en esos sectores es mucho menos intensa. La tendencia hacia la titulizaci¨®n de la UE no se ha extendido a¨²n a esos pa¨ªses. En esas ¨¢reas habr¨¢ cambios tras el ingreso, cuando las grandes empresas puedan acceder a los mercados de capitales de la Uni¨®n", a?ade H?m?l?inen.
Pero, en su opini¨®n, el punto de partida no tiene por qu¨¦ ser necesariamente adverso para estos pa¨ªses. La integraci¨®n favorecer¨¢ el acceso y la calidad de los servicios financieros y estimular¨¢ el potencial de crecimiento de sus econom¨ªas y del sector bancario. "Debido a que todav¨ªa la intermediaci¨®n financiera permanece en t¨¦rminos relativamente bajos, los bancos de esos pa¨ªses contin¨²an teniendo un potencial de crecimiento mayor que el de sus hom¨®logos de la UE", agrega la ex gobernadora del Banco de Finlandia.
Grupos bancarios de Italia, Alemania y Holanda ya han tomado posiciones en algunas entidades del Este. Para los espa?oles, cuya presencia es casi testimonial, se trata de una zona culturalmente lejana que requiere un largo periodo de maduraci¨®n para recuperar las inversiones, y con la crisis de Latinoam¨¦rica ya tienen bastante.
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