Blair ofrece una investigaci¨®n secreta sobre las armas de Irak
72 diputados piden que se hagan p¨²blicos los documentos que justificaron el ataque
Tony Blair tante¨® ayer, a trav¨¦s de su portavoz, la posibilidad de que sea un comit¨¦ secreto del Parlamento el que investigue los informes que manej¨® el Gobierno para apoyar la invasi¨®n de Irak por el peligro de armas de destrucci¨®n masiva. La oferta de Blair, que lanzar¨¢ hoy en los Comunes, fue mal recibida por sus cr¨ªticos, que piden una investigaci¨®n independiente. Ese comit¨¦ trabaja en secreto y rinde cuentas al primer ministro, no al Parlamento.
El primer ministro parece no darse cuenta de que son su Gobierno y ¨¦l quienes est¨¢n en el ojo del hurac¨¢n, no los servicios secretos. Blair ha apelado tantas veces a su buena fe al defender la necesidad de atacar Irak que s¨®lo sus m¨¢s firmes partidarios podr¨ªan darse por satisfechos si es un comit¨¦ secreto el que investiga la actuaci¨®n del Gobierno en las semanas previas a la guerra. Lo que est¨¢ en juego es algo a lo que los sajones otorgan en pol¨ªtica la m¨¢xima importancia: la mentira. Bill Clinton no estuvo a punto de perder la presidencia de Estados Unidos por practicar sexo con una becaria en el despacho oval, sino por decir que eso era mentira cuando en realidad era cierto.
Ahora, lo que busca la izquierda brit¨¢nica no es esclarecer si hay armas de destrucci¨®n masiva en Irak, sino aclarar si el Gobierno exager¨® ese peligro, si minti¨® para legitimar una acci¨®n militar a la que se opon¨ªa la mayor parte de la poblaci¨®n. Quieren saber si era verdad que Sadam pod¨ªa lanzar un ataque brutal en 45 minutos o eso era s¨®lo una conjetura que el Gobierno convirti¨® en certeza para amedrentar.
Un total de 72 diputados han firmado hasta ahora una moci¨®n presentada el 30 de abril en los Comunes en la que, a la vista de que no se han encontrado armas de destrucci¨®n masiva en Irak, piden que el Gobierno haga p¨²blicos todos los documentos en que se bas¨® para apoyar la invasi¨®n porque ten¨ªa la absoluta certeza de que esas armas existen. Entre los firmantes hay 53 laboristas, 12 liberales y dos conservadores.
La oferta que hoy plantear¨¢ Blair en los Comunes no contentar¨¢ ni a esos cr¨ªticos radicales ni a otros m¨¢s moderados. El diario The Guardian, casi siempre fiel al laborismo pero a menudo cr¨ªtico con el Gobierno, se sumaba ayer en un editorial a quienes piden una investigaci¨®n independiente. "La cuesti¨®n no es si tiene que haber una investigaci¨®n o no. La cuesti¨®n es qu¨¦ tipo de investigaci¨®n", escribe el diario. "Esa elecci¨®n debe contemplar cuatro principios: la investigaci¨®n debe tener un marco de referencia amplio, debe tener poder de acceso a todos los documentos y testigos que desee, debe ser lo m¨¢s independiente posible del Gobierno y debe hacerse p¨²blica sin interferencias".
Es decir, todo lo contrario de lo que ofrecer¨¢ hoy el primer ministro: una investigaci¨®n conducida por el Comit¨¦ de Inteligencia y Seguridad, un comit¨¦ parlamentario que, aunque tiene acceso al material de espionaje, reporta directamente al primer ministro y no a la C¨¢mara de los Comunes, se re¨²ne e interpela a los testigos a puerta cerrada y somete sus informes a censura antes de hacerlos p¨²blicos.
Los apuros del Gobierno crecen, y en un gesto fuera de lo com¨²n, el jefe supremo del espionaje tuvo que salir ayer en defensa de Blair a trav¨¦s de la prensa. John Scarlet, jefe del Comit¨¦ Conjunto de Inteligencia, sali¨® de sus habituales tinieblas para aclarar que "no hay diversidad ni animosidad" entre el Gobierno y sus esp¨ªas. El comit¨¦ que preside Scarlet firmaba los informes hechos p¨²blicos luego por Blair. En ¨¦l se integran los jefes del espionaje exterior (MI6), del espionaje interior (MI5), el jefe del Cuartel General de Comunicaciones de Su Majestad y el jefe del espionaje militar.
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