Un dominicano muere cinco horas despu¨¦s de ser apu?alado en Centro
La lista de homicidios crece imparable en la regi¨®n. Un inmigrante dominicano, Jos¨¦ Antonio Encarnaci¨®n Montero, de 35 a?os, muri¨® en la ma?ana de ayer en el hospital Cl¨ªnico cinco horas despu¨¦s de recibir una pu?alada en el costado izquierdo en el distrito de Centro, seg¨²n inform¨® la Jefatura Superior de Polic¨ªa. Su acompa?ante y esposo de una prima suya, Francisco Alberto M., de 21 a?os, pudo salvarse de ser acuchillado tras esquivar la agresi¨®n.
El suceso se produjo a las dos de la madrugada en la confluencia de las calles de la Madera y El Escorial, cuando Encarnaci¨®n iba junto con su familiar. De repente les sali¨® un hombre por la espalda y, sin mediar palabra, le asest¨® una pu?alada en el costado izquierdo con un arma blanca de grandes dimensiones, seg¨²n la versi¨®n del superviviente. El agresor se dirigi¨® entonces hacia Francisco Alberto M., que pudo evitar la agresi¨®n gracias a que dio un paso atr¨¢s.
Francisco Alberto intent¨® agarrar a su agresor, pero ¨¦ste sali¨® corriendo calle abajo. Seg¨²n su descripci¨®n, se trataba de un hombre de tez blanca con el pelo moreno liso, que iba vestido con una camiseta de manga corta y unos pantalones negros. Jos¨¦ Antonio Encarnaci¨®n qued¨® ca¨ªdo en el suelo. Fue trasladado por una UVI m¨®vil del Samur-Protecci¨®n Civil al hospital Cl¨ªnico, donde falleci¨® a las siete de la ma?ana. La familia no se enter¨® hasta las nueve de la ma?ana, cuando les avis¨® un empleado del centro hospitalario.
Jos¨¦ Antonio Encarnaci¨®n, cuarto de seis hermanos, hab¨ªa llegado a Espa?a hac¨ªa un mes. Ten¨ªa un contrato para trabajar como mozo de almac¨¦n y estaba pendiente de que le concedieran los permisos de residencia y de trabajo, seg¨²n explic¨® su hermano Leonardo. "Mi hermano y yo ¨¦ramos los dos ¨²nicos que todav¨ªa est¨¢bamos en la Rep¨²blica Dominicana. Mi madre y el resto de hermanos llevan 13 a?os viviendo en Espa?a", explic¨® Leonardo. "No entendemos c¨®mo una persona puede morir tan f¨¢cilmente en Espa?a. No ten¨ªa enemigos en su pa¨ªs y aqu¨ª estaba reci¨¦n llegado", a?adi¨®. El fallecido viv¨ªa con su familia en la calle del Esp¨ªritu Santo, a unos cuatrocientos metros de donde se produjo la mortal agresi¨®n. "Estamos destrozados y no logramos comprender nada", concluy¨®.
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