Los ritmos de Zapatero
PRIMERO FUE el golpe psicol¨®gico de una victoria por debajo de sus expectativas; despu¨¦s vino la fuga, el golpe de los traidores que, con un solo gesto, se llevan el trofeo principal (la Comunidad de Madrid) y agrietan el edificio de la renovaci¨®n zapaterista antes de ser coronado. En el PSOE, la moral est¨¢ deca¨ªda. Y, a decir verdad, se lo han ganado a pulso. A medida que van apareciendo informaciones sobre los dos tr¨¢nsfugas -Tamayo y Sa¨¦z- y su l¨ªder -Balb¨¢s-, resulta m¨¢s incomprensible que Zapatero, pegado a la bandera de la renovaci¨®n democr¨¢tica, permitiera que tuvieran sitio en las listas de Madrid. No se puede alegar ignorancia. Incluso se par¨® un procedimiento del Comit¨¦ de ?tica para no perturbar las elecciones. Lo menos que se puede decir es que la operaci¨®n limpieza de esta charca que ha sido tradicionalmente la Federaci¨®n Socialista Madrile?a sigue pendiente y que las dudas sobre la eficiencia de la secretar¨ªa de organizaci¨®n crecen. La entrevista de Blanco con Tamayo el d¨ªa antes del golpe es comprometedora.
Zapatero ha dado demasiadas facilidades al adversario en los ¨²ltimos meses. Su apuesta por Madrid le ha estallado en las manos. Arriesg¨® con Trinidad Jim¨¦nez, frente a las sugerencias de la vieja guardia, y ha tenido que cargar con el peso de su fracaso. La Comunidad de Madrid, que parec¨ªa compensar el mal trago, se ha convertido en una trampa. Desde diversos sectores del PSOE se asegura que no hay ning¨²n peligro de ruptura de la unidad en torno a Zapatero. Al contrario, esta crisis, dicen, provocar¨¢ el cierre de filas. Los ruidos de suegras (as¨ª llaman a los barones m¨¢s reticentes con la renovaci¨®n zapaterista) no ir¨¢n m¨¢s all¨¢ de alguna expresi¨®n de malhumor o resentimiento.
Zapatero goz¨® de un beneficio inesperado: el viento empez¨® a soplar a su favor antes de lo previsto. Zapatero es un hombre met¨®dico que dice tener muy buen sentido de los tiempos pol¨ªticos. ?l hab¨ªa establecido un ritmo de consolidaci¨®n del partido, de afirmaci¨®n de una imagen, de desgaste del adversario y de lanzamiento de los programas y de los equipos, que de pronto se vio perturbado porque el PP entr¨® en problemas mucho m¨¢s graves de lo esperado. Precisamente cuando se ha complicado la situaci¨®n del PP se ha notado a Zapatero con problemas para dar el salto. Conforme a su agenda, los desastres del PP hab¨ªan llegado demasiado pronto.
En el momento en que las dudas se acumulaban, por una victoria que en el PSOE fue vivida con des¨¢nimo, se dispara el ob¨²s de la fuga de Madrid. El aparente control de Zapatero sobre el partido -primera etapa de su agenda- queda en entredicho. El PP tiene v¨ªa libre para explotar sus argumentos favoritos: la fragilidad del proyecto de Zapatero y la precaria unidad del PSOE.
El PP ha unificado a la derecha. Mientras tenga el poder habr¨¢ escasas fugas en su seno. Ha entendido perfectamente que el gobierno se conserva cohesionando a los suyos contra un enemigo debidamente demonizado -la coalici¨®n social-comunista- y juega a fondo esta elemental estrategia. Desde la oposici¨®n, en su camino hacia el poder, el PSOE est¨¢ obligado a sumar. La izquierda es m¨¢s resistente a la unidad que la derecha, en la que el reparto de intereses funciona de modo muy efectivo. La pluralidad es un valor que el PSOE debe defender. La democracia no debe guiarse por el principio de servidumbre. La pluralidad se traduce en una pol¨ªtica de alianzas (que a veces se ha llevado demasiado lejos, como en Cantabria), pero sobre todo con una diversidad de opiniones dentro del propio partido. Zapatero ha intentado convertir en valor que en el seno del PSOE haya posiciones tan dispares como las de Rodr¨ªguez Ibarra, Bono, Maragall o Iglesias. Cuando aparece la deslealtad, los enemigos de la pluralidad est¨¢n de fiesta. Dos miserables personajes de la federaci¨®n de Madrid no deber¨ªan enturbiar el proyecto zapaterista de un PSOE plural y abierto. Y sin embargo siembran las dudas y dan v¨ªa libre a los argumentos del adversario y al runr¨²n de los resabiados de la familia.
El camino hacia marzo de 2004 se le ha puesto cuesta arriba a Zapatero. Tendr¨¢ que demostrar ahora la determinaci¨®n que no tuvo antes para limpiar la federaci¨®n de Madrid y tendr¨¢ que salir del grupo de fieles que le rodea y demostrar mayor capacidad de integraci¨®n y de utilizaci¨®n de los activos del partido. A partir de ah¨ª, los socialistas necesitar¨¢n un acto de fe en el sentido de los ritmos pol¨ªticos del secretario general. La fe mueve monta?as.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.