Verde amargo
Despu¨¦s de 20 a?os de que el movimiento verde irrumpiera en Francia y Alemania, como una fuerza pol¨ªtica con representaci¨®n en parlamentos y ayuntamientos y, pese a que a lo largo de estas dos d¨¦cadas Los Verdes han formado parte del gobierno en buena parte de los pa¨ªses europeos y gobernado en numerosas ciudades europeas, en Espa?a y Catalu?a contin¨²an siendo un movimiento dividido con un largo historial de rencillas y escisiones. Movimiento pol¨ªticamente extraparlamentario que, salvo la excepci¨®n de Baleares, s¨®lo ha obtenido solitarios concejales o diputados auton¨®micos cuando han concurrido en coalici¨®n con Izquierda Unida, Iniciativa per Catalunya o Esquerra Republicana de Catalunya. As¨ª, centr¨¢ndonos en la ciudad de Barcelona, en las elecciones municipales de 1995, Iniciativa per Catalunya, que a?adir¨ªa a su nombre la palabra Verds, present¨® en su lista al fundador de Alternativa Verda, Pep Puig, que ser¨ªa elegido concejal y, cuatro a?os m¨¢s tarde, divididos los ecologistas que apoyaron esta entrada en Iniciativa, un sector de Els Verds se ali¨® con ERC, que present¨® como n¨²mero tres de su lista a Roser Veciana, que ser¨ªa concejal de Derechos Civiles.
Iniciativa, que intenta hacer pol¨ªtica ecologista, no consigue el apoyo de los grupos hist¨®ricos del ecologismo catal¨¢n
A las pasadas elecciones municipales del 25 de mayo Iniciativa per Catalunya-Verds, en coalici¨®n con Esquerra Unida i Alternativa -los mal llamados anguitistas catalanes- se present¨® como la ¨²nica candidatura verdaderamente ecologista, mientras ERC prescind¨ªa del apoyo de Els Verds de Roser Veciana que se hab¨ªan dividido entre s¨ª una vez m¨¢s. Pep Puig encabez¨® la candidatura de Alternativa Verda-Els Verds, Roser Veciana la de Els Verds i M¨¦s, mientras concurr¨ªa una tercera candidatura de Els Verds-Ecologistes de Catalunya. En total obtuvieron 13.000 votos, lo que significa el 1,1% de los sufragios. A diferencia de lo que hab¨ªa ocurrido hace 12 o 15 a?os, cuando concurrieron con etiquetas verdes listas ajenas al movimiento ecologista, los impulsores de las tres formaciones que se presentaron en Barcelona y otros municipios catalanes hab¨ªan concurrido unidos en las elecciones municipales de 1991. As¨ª mismo participaron en 1993 en el congreso de unificaci¨®n del ecologismo pol¨ªtico catal¨¢n, lo que se hizo casi simult¨¢neamente al que se realizaba a nivel de toda Espa?a. Pero esta unificaci¨®n tuvo resultados centr¨ªfugos, se inici¨® un proceso de exclusiones, escisiones, expulsiones y querellas as¨ª como "eutanasias preventivas" de las candidaturas, cuando los cabezas de lista no eran del agrado de uno u otro sector que ve¨ªa una amenaza que fuera elegido un concejal o diputado de la tendencia opuesta. Muchos de quienes apoyamos en 1991 y 1993 este proceso de dar la mayor¨ªa de edad al ecopacifismo pol¨ªtico -y aqu¨ª me incluyo yo- salimos asustados no s¨®lo de los m¨²ltiples odios at¨¢vicos, sino tambi¨¦n de las incoherencias personales de algunos en cuestiones como limitar la velocidad en carretera a 70 kil¨®metros por hora y a 30 en ciudad, cuando luego, como buenos insumisos, sobrepasaban con creces las limitaciones del C¨®digo de Circulaci¨®n.
Fracasado el proceso de unidad y la posibilidad de acceder a parlamentos e instituciones por s¨ª solos, Iniciativa per Catalunya pactar¨ªa en 1995 con el sector encabezado por Pep Puig y Joan Oms, que ser¨ªan concejales de Barcelona y L'Hospitalet. M¨¢s tarde, ERC pactar¨ªa con otro sector encabezado por Veciana, mientras otros, que temporalmente pose¨ªan la representaci¨®n legal para formar candidaturas, negociar¨ªan con Ciutadans pel Canvi de Maragall, sin llegar a acuerdos, al parecer, por considerar demasiado bajo el lugar ofrecido en su lista.
Todas estas trifulcas desesperaban a los Verdes Europeos, hartos de intentar poner paz entre enemigos irreconciliables. Muchos eurodiputados verdes sintieron una evidente sinton¨ªa de acci¨®n con Iniciativa per Catalunya, formaci¨®n que deseaba tener referentes europeos, tras su ruptura con Izquierda Unida. Pero el ingreso de Iniciativa en los Verdes Europeos no era suficiente para romper la maldici¨®n que castigaba a la calidad de eternos extraparlamentarios a los grupos verdes catalanes y espa?oles. Y aqu¨ª entra en juego la afinidad que se daba entre el Grupo Verde y el eurodiputado independiente -elegido en la lista del PSOE- Jos¨¦ Mar¨ªa Mendiluce.
Iniciativa y Los Verdes Europeos convencen a Mendiluce -que viv¨ªa a caballo entre Bruselas y Barcelona- a ser candidato por Madrid el 25 de mayo, con la idea de que una vez Los Verdes comenzasen a entrar en las instituciones se romper¨ªa el c¨ªrculo de marginaci¨®n y sectarismo. Pero la candidatura de Mendiluce, sin el apoyo de buena parte de los grupos ecopacifistas madrile?os y tras los reproches de Izquierda Unida y el PSOE acus¨¢ndole de quitar unos votos que se perder¨¢n e impedir¨¢n el triunfo de la izquierda, fracasa en las urnas al conseguir 26.448 votos, lo que significa el 1,55% de los sufragios.
As¨ª las cosas, pese a los deseos de Los Verdes Europeos de seguir apostando en los pr¨®ximos comicios por Iniciativa y por Mendiluce, la maldici¨®n contin¨²a sin romperse. Los grupos verdes contin¨²an divididos, e Iniciativa, que intenta hacer una pol¨ªtica ecologista, no consigue el apoyo de los grupos hist¨®ricos del ecologismo catal¨¢n que con sus peleas han desorientado a esa base social electoral, que les hubiera dado el voto y representaci¨®n pol¨ªtica como en el resto de Europa.
Xavier Rius-Sant es periodista.
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