"La ruptura de la burbuja inmobiliaria es m¨¢s lenta que la burs¨¢til"
De la euforia sin l¨ªmites al batacazo de la recesi¨®n. La ¨²ltima d¨¦cada, la del proclamado advenimiento de una nueva econom¨ªa sin ciclos que iba a cabalgar c¨®modamente sobre la mundializaci¨®n, se desmenuza ahora bajo la provocadora mirada de Joseph E. Stiglitz. El Premio Nobel de Econom¨ªa de 2001, que incidi¨® en los devastadores efectos de una globalizaci¨®n mal gestionada para los pa¨ªses menos desarrollados desde su propia experiencia como ex economista jefe del Banco Mundial, tendr¨¢ listo para oto?o Los felices noventa (editorial Taurus).
De paso por Madrid, el ex asesor econ¨®mico de la Administraci¨®n Clinton reflexiona sobre los primeros, y mucho menos felices, a?os del milenio, en los que el FMI que tanto ha criticado ha empezado a cambiar -"s¨ª en el lenguaje, no tanto en las pol¨ªticas"-, y en los que Stiglitz se muestra "esperanzado" de cara a la nueva ronda de liberalizaci¨®n del comercio. Al menos, en cuestiones como el proteccionismo agr¨ªcola o la propiedad intelectual, aunque se hace eco del temor de los pa¨ªses m¨¢s pobres a la introducci¨®n de posibles nuevas trabas que frenen su desarrollo.
"Debe reformarse el sistema p¨²blico de pensiones, pero tambi¨¦n el privado"
"No se han destapado del todo los esc¨¢ndalos del pasado. Veremos m¨¢s"
Pregunta. ?Es muy pesimista sobre la recuperaci¨®n?
Respuesta. La situaci¨®n, global y en Estados Unidos, es bastante pesimista. El reciente recorte de impuestos se dise?¨® con mezquindad. Derivar¨¢ en d¨¦ficit todav¨ªa m¨¢s elevados que perjudicar¨¢n a la econom¨ªa americana a largo plazo. Beneficia sobre todo a los m¨¢s ricos. Es uno de los recortes fiscales m¨¢s desiguales e injustos. Aun as¨ª, supondr¨¢ un peque?o est¨ªmulo que ayudar¨¢, pero insuficiente para impulsar una recuperaci¨®n robusta. No habr¨¢ recesi¨®n, pero tampoco una recuperaci¨®n vigorosa. La Reserva Federal ha jugado un juego muy arriesgado: la fortaleza de la econom¨ªa no se ha basado en la inversi¨®n, sino en una burbuja inmobiliaria y en mantener el consumo. Pero las familias americanas se han endeudado m¨¢s.
P. Alan Greenspan sostiene que no existe una burbuja inmobiliaria generalizada en Am¨¦rica.
R. Es muy dif¨ªcil decir si hay una burbuja... hasta que estalla. Greenspan dijo lo mismo sobre la burbuja burs¨¢til y mantuvo una posici¨®n algo inconsecuente. En el caso de la vivienda, la cosa es m¨¢s dif¨ªcil. La ruptura de la burbuja siempre va m¨¢s despacio, no parece tan dram¨¢tica. Los precios no caen mucho de golpe, pero las viviendas no se venden. Ahora bien, el efecto puede ser el mismo. El problema no radica tanto en si hay o no hay burbuja inmobiliaria, sino en que si la econom¨ªa empieza a recuperarse y los tipos de inter¨¦s suben, la combinaci¨®n de la deuda que cargan las familias y el impacto en el sector inmobiliario casi seguro que truncar¨¢n la recuperaci¨®n. El riesgo es muy importante.
P. ?Puede ocurrir en Europa?
R. El problema no es tan distinto. De hecho, Europa est¨¢ peor que EE UU, por dos razones. El Banco Central Europeo (BCE) se sigue centrando m¨¢s en vigilar la inflaci¨®n que el paro. La Reserva Federal se supone que, adem¨¢s de velar por la inflaci¨®n, tambi¨¦n tiene en cuenta el crecimiento y el empleo. Por otro lado, en Europa existe el Pacto de Estabilidad y no se pueden tener grandes d¨¦ficit. Funciona distinto en EE UU. Bush ha probado que se puede gastar dinero sin estimular la econom¨ªa. No quiero que nadie le imite, pero si no puedes gastar dinero, es dif¨ªcil estimularla.
P. ?Se lograr¨¢ algo con el ¨²ltimo y limitado recorte de tipos?
R. El recorte no tendr¨¢ casi efecto sobre la inversi¨®n. La bajada de tipos, una y otra vez, no ha tenido mucho efecto sobre la inversi¨®n. La pol¨ªtica monetaria no ha funcionado. En el ¨²nico modo en que los tipos de inter¨¦s han ayudado ha sido en la refinanciaci¨®n de las hipotecas, en un boom inmobiliario. La bajada de tipos impact¨® la vivienda, no al resto de la econom¨ªa. Pero es una base arriesgada para el crecimiento. Cuando los tipos vuelvan a niveles normales, mucha gente no se podr¨¢ permitir las hipotecas. Ello presionar¨¢ los precios a la baja.
P. ?Ve riesgo de deflaci¨®n?
R. Creo que hay un cierto riesgo, pero no importante, en precios en general. Al principio, en Jap¨®n, no la hab¨ªa. Pero los precios de la vivienda bajaban.
P. Tras el pinchazo burs¨¢til, las familias se volvieron reticentes a la Bolsa y apostaron por invertir en bienes inmuebles. Ahora, despunta una burburja inmobiliaria. ?Qu¨¦ aconseja?
R. En EE UU tal vez empieza a volver a haber un poquito m¨¢s de confianza en el mercado burs¨¢til. Dir¨ªa que precaria. La gente va a la Bolsa con otra mentalidad, distinta a la de los noventa. Yo les dir¨ªa que diversificaran, porque no se puede saber en qu¨¦ compa?¨ªa se destapar¨¢ el siguiente esc¨¢ndalo. Empresas que parecen muy respetables pueden tener uno, e incurrir en trucos que, incluso siendo legales, son decepcionantes
. Si hay nuevos esc¨¢ndalos corporativos, habr¨¢ otro repliegue de los inversores.
P. ?Cree que asistiremos a m¨¢s esc¨¢ndalos, pese al nuevo ¨¦nfasis en el buen gobierno y la ¨¦tica?
R. No se han destapado del todo los esc¨¢ndalos del pasado. Veremos m¨¢s. Muchas empresas han cambiado de auditor. El nuevo mira lo que hizo el anterior. No quiere que se le eche la culpa.
P. ?Qu¨¦ lecci¨®n no se aprendi¨® del pinchazo de la burbuja?
R. Varias. La mala informaci¨®n sobre las empresas conduce a decisiones de inversi¨®n err¨®neas.Y la calidad de la informaci¨®n fue el resultado de unos incentivos equivocados para los ejecutivos de las compa?¨ªas. Adem¨¢s, el Gobierno tiene que desempe?ar un papel importante, proporcionando un marco regulatorio. Solo, el mercado no resuelve los problemas. Y la desregulaci¨®n fue demasiado lejos y r¨¢pido en telecomunicaciones, finanzas o energ¨ªa. La gesti¨®n macroecon¨®mica requiere no s¨®lo una pol¨ªtica monetaria, sino una buena pol¨ªtica fiscal y otros instrumentos.
P. Los gobiernos europeos plantean reformas en el sistema p¨²blico de pensiones. Y los sistemas privados han hecho perder mucho dinero. ?Qu¨¦ hacer?
R. En EE UU, el sistema de pensiones privado es el que tiene problemas. Tiene m¨¢s problemas que el sector p¨²blico. Se proyectaba que la inversi¨®n tendr¨ªa un retorno del 9%, y si proyectabas este retorno en 20 a?os no ten¨ªas que ahorrar mucho. Pero el 9% se ha convertido en -5% o menos. El sistema privado no protege ni de las oscilaciones de la Bolsa ni de la inflaci¨®n. El p¨²blico, s¨ª. ?ste necesita sanearse y reformarse. Pero el privado, tambi¨¦n. Deber¨ªan combinarse los dos.
P. ?Y en Europa?
R. Se ha planteado mal la cuesti¨®n. Se ha dicho: hay que recortar lo p¨²blico, cuando hab¨ªa que plantear reestructurar lo p¨²blico. Hab¨ªa que pensar qu¨¦ hacer para proporcionar la protecci¨®n social que espera la gente y reducir costes. Eso significa que algunas personas sanas pueden trabajar m¨¢s a?os, hasta m¨¢s de 70. ?Pero hay muchas personas con trabajos f¨ªsicos que no pueden m¨¢s que 60! Hay que reconocer las diferentes situaciones.
P. La evoluci¨®n del d¨®lar, ?s¨®lo tiene que ver con el mercado?
R. Los pol¨ªticos creen que son m¨¢s influyentes sobre los tipos de cambio de lo que son. Su influencia puede durar horas o d¨ªas, pero son las fuerzas econ¨®micas las que los determinan. Ahora ¨¦stas tienen falta de confianza en la econom¨ªa americana. Pero el enorme d¨¦ficit de EE UU, que deber¨¢ tomar prestado mucho dinero fuera, empuja el d¨®lar al alza.
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