Tragedia en el Ulla

"?Mira c¨®mo viene la corriente!, ?no te metas!", le insist¨ªan su compa?ero y los dos miembros de Protecci¨®n Civil que los ayudaban. Pero el guardia civil Jos¨¦ Alberto Ferreira Ant¨®n, de 30 a?os, ya se estaba quitando la ropa para tirarse al agua y socorrer al pescador atrapado en un islote a unos 30 metros de la orilla. "?No te metas!", le advert¨ªan. Pero Jos¨¦ Alberto se desnud¨®, se at¨® el arn¨¦s y les pidi¨® a los otros que aguantasen de la cuerda. Hab¨ªa hecho cursos de nataci¨®n y, seg¨²n sus compa?eros, era un "tipo muy activo". S¨®lo aguant¨® unas pocas brazadas. La corriente del r¨ªo Ulla, muy cerca de Santiago, se hab¨ªa desatado tras una repentina subida del nivel del agua por la apertura de las compuertas de un embalse de la zona. Y la fuerza del r¨ªo engull¨® a Jos¨¦ Alberto en un suspiro, ante la mirada de desesperaci¨®n del pescador por el que dio la vida, al que poco despu¨¦s rescatar¨ªa un helic¨®ptero.

"Estoy deshecho", comentaba ayer el pescador que fue rescatado por un helic¨®ptero

"La corriente subi¨® por lo menos dos metros en diez minutos. Pero no me preguntes m¨¢s. Estoy deshecho, t¨ªo". Poco m¨¢s pudo decir el pescador, vecino del municipio de Vedra (A Coru?a), donde ocurrieron los hechos, cuando ayer al mediod¨ªa abandonaba el cuartel de la Guardia Civil de Lestedo. Ante los compa?eros del fallecido, cont¨® su versi¨®n de los sucesos de la tarde anterior. La s¨²bita elevaci¨®n de las aguas del Ulla, tras la apertura de las esclusas del embalse de Portodemouros, a casi 40 kil¨®metros r¨ªo arriba del lugar donde ¨¦l se encontraba, le dej¨® aislado, sobre un fr¨¢gil islote de ramas y tablas, a merced de la corriente. "Estoy deshecho", repet¨ªa con voz temblorosa el hombre, de unos treinta y tantos a?os, aferr¨¢ndose a un hijo de meses y a su esposa, tras declarar en el cuartel. Con un hilo de voz, s¨®lo acert¨® a confirmar que hab¨ªa ido a pescar en otras ocasiones al mismo sitio y nunca supo que el caudal del r¨ªo se pod¨ªa dilatar furiosamente sin aviso previo.

"El pescador fue el ¨²nico que vio c¨®mo se sumerg¨ªa el guardia civil". Manuel Canicoba era uno de los dos miembros del servicio de Protecci¨®n Civil de Vedra que se unieron a la pareja de guardias en el intento de rescate. Ellos, desde la orilla, no vieron apenas nada. "S¨®lo c¨®mo se iba escapando con la corriente", relat¨® Canicoba. "Poco despu¨¦s nos lo tap¨® la maleza. Pero al pescador le toc¨® de frente". Protecci¨®n Civil de Vedra hab¨ªa recibido una llamada sobre las 8.30 de la tarde del mi¨¦rcoles. Los vecinos del lugar de Ribeira hab¨ªan o¨ªdo a un hombre que ped¨ªa auxilio asediado por la corriente. El tel¨¦fono tambi¨¦n son¨® en el cuartel de Lestedo, donde el agente Jos¨¦ Alberto Ferreira, soltero y con novia, estaba de guardia y acreditaba una formaci¨®n de experto nadador. "Muy profesional", seg¨²n uno de sus compa?eros. Con una d¨¦cada en la Guardia Civil, hab¨ªa pasado ya por el Pa¨ªs Vasco y llevaba cinco a?os en Lestedo, muy cerca de su localidad natal, Cacheiras, donde viven sus padres.

"Le insistimos en que no se metiera", recuerda Canicoba. "La corriente era muy fuerte. Pero ¨¦l parec¨ªa muy seguro". Aunque las cuerdas que lo aferraban a la orilla no se rompieron, la fuerza del agua le impidi¨® mantenerse a flote. Cuando lo pudieron arrastrar de vuelta, su cuerpo apareci¨® sumergido. Hab¨ªa tragado mucha agua y apenas ten¨ªa aliento vital. El helic¨®ptero que rescat¨® al pescador se lo llev¨® al hospital Cl¨ªnico de Santiago, donde ingres¨® cad¨¢ver.

?Por qu¨¦ el pescador no estaba alertado del peligro que corr¨ªa en esa zona del r¨ªo? "Porque ah¨ª no hay se?ales", asegur¨® Miguel Anxo Otero, primer teniente de alcalde de Vedra. "No es la primera vez que les ocurre esto a otros pescadores o ba?istas. Hemos reclamado otras veces, pero te encuentras un marem¨¢gnum burocr¨¢tico entre Fenosa, la conseller¨ªa de Medio Ambiente, el ministerio...". Un portavoz de la empresa se?al¨® que los sistemas de avisos, sonoros y luminosos, s¨®lo est¨¢n instalados en los alrededores del embalse, como exige la ley. Seg¨²n Uni¨®n Fenosa, la apertura de esclusas es casi diaria y se realiza siempre con la cadencia que fijan las normas.

En el cuartel de la Guardia Civil de Lestedo, que hasta el mi¨¦rcoles ten¨ªa ocho agentes, los compa?eros del fallecido mascaban la tragedia con serenidad. "Estamos jodidos, con la moral muy baja. Pero tambi¨¦n orgullosos. Sobre todo, escriba eso: que nos enorgullecemos".