"El m¨¢s dif¨ªcil y el m¨¢s hermoso"
Armstrong relata el complicado recorrido hacia su quinto triunfo, en el que debi¨® superar fallos f¨ªsicos y t¨¢cticos
A pesar de los pesares, Lance Armstrong ha sido Lance Armstrong hasta el ¨²ltimo d¨ªa. Ning¨²n presagio, ning¨²n p¨¢jaro de mal ag¨¹ero, ning¨²n hecho paranormal que haya podido presidir la sucesi¨®n de sobresaltos en que se convirti¨® desde el primer d¨ªa la conquista de su quinto Tour, pudieron evitar que llegada la ma?ana de la contrarreloj decisiva el norteamericano cumpliera escrupulosamente lo anotado en su agenda de compromisos desde semanas antes.
As¨ª, aunque llov¨ªa, aunque el viento agitaba peligrosamente los ¨¢rboles, a las 7.30 de la ma?ana Lance Armstrong subi¨® al coche del equipo que transportaba su cabra en la baca y viaj¨® desde Nantes hasta Pornic, en la costa atl¨¢ntica, de donde partir¨ªa la etapa.
"He ganado este Tour por experiencia, cabeza y sentido estrat¨¦gico m¨¢s que por fuerza, porque nunca me sent¨ª al 100%"
"Mi mayor preocupaci¨®n fue saber si me recuperar¨ªa para las tres etapas de los Pirineos"
Aunque hac¨ªa varios meses que hab¨ªa reconocido el recorrido, necesitaba recorrerlo una vez m¨¢s, exactamente en las mismas condiciones meteorol¨®gicas en que se disputar¨ªa la etapa. Necesitaba ver las curvas, medir las rotondas, calcular los ¨¢ngulos, estudiar todos los detalles. Mientras Armstrong se empapaba, trabajaba y llegaba a la conclusi¨®n de que con ese viento de espaldas habr¨ªa menos diferencias y de que Jan Ullrich deber¨ªa alcanzar una media cercana a los 58 kil¨®metros por hora, una media imposible, para recuperarle los 65 segundos de desventaja, el antagonista alem¨¢n segu¨ªa en la cama. Su director, Rudy Pevenage, hab¨ªa vuelto a tomarse la molestia de trabajar por ¨¦l y hab¨ªa grabado en v¨ªdeo desde el coche el recorrido de la contrarreloj para que su pupilo pudiera estudiarlo tranquilamente, y a c¨¢mara lenta, desde el sof¨¢.
"Volv¨ª al hotel confiado", explic¨® Armstrong en la conferencia de prensa de ganador del Tour, en la que aliviado hasta decir basta fue capaz de hacer un peque?o recorrido por todos los percances que han marcado su quinto Tour. "Pero aun as¨ª estuve nervioso toda la ma?ana. Almorc¨¦ un poco e intent¨¦ echarme la siesta despu¨¦s, pero no pude dormir. Sab¨ªa que si todo iba normal no tendr¨ªa problemas, pero despu¨¦s del Tour que llevo..."
El Tour del sobresalto empez¨® para Armstrong semanas antes de llegar a Par¨ªs para disputar el pr¨®logo. Una ca¨ªda en la Dauphin¨¦ Lib¨¦r¨¦, a primeros de junio, le oblig¨® a medicarse -antibi¨®ticos y antiinflamatorios- durante varios d¨ªas despu¨¦s, lo que supuso una agresi¨®n para su cuerpo, ya fino y en forma, bajo de defensas, preparado para el Tour.
El organismo respondi¨® a la agresi¨®n con problemas de est¨®mago e intestinales que se desencadenaron pocos d¨ªas antes del comienzo del Tour. "Por eso llegu¨¦ con retraso a Par¨ªs, iba con diarrea", dijo Armstrong, que arrib¨® al aeropuerto de Roissy el mi¨¦rcoles 2 de julio de la tarde en su avi¨®n privado. Y a?adi¨®: "Adem¨¢s, sufr¨ªa una tendinitis en la rodilla porque hab¨ªa cambiado de zapatillas. Y para completar el negro panorama, la v¨ªspera del pr¨®logo, a la puerta del autob¨²s donde hab¨ªa convocado al equipo para una reuni¨®n, un p¨¢jaro dej¨® caer su carga cuando volaba en mi vertical y me manch¨® el traje. Y Pavel Padrnos me dijo que mala suerte, que eso era signo de mal ag¨¹ero".
As¨ª que Armstrong, ligero y manchado, comenz¨® el Tour condenado. Le sali¨® el peor pr¨®logo de sus Tours victoriosos y le superaron Zubeldia, Ullrich y hasta su compa?ero Pe?a. La maldici¨®n pareci¨® perseguirle al d¨ªa siguiente, cuando se vio envuelto en la ca¨ªda masiva del sprint de Meaux y termin¨® la etapa en la bicicleta de Rubiera. Pero la termin¨® entero, a diferencia de Leipheimer, que se retir¨®, y de Hamilton, que se rompi¨® la clav¨ªcula. "Fue un desastre", dijo Armstrong, "pero menos mal que los compa?eros de equipo lo hicieron muy bien y fueron capaces de superarse en la contrarreloj por equipos, donde obtuvimos una ventaja de 43 segundos sobre el Bianchi de Ullrich, un colch¨®n de tiempo que ha sido fundamental para el desarrollo del Tour. Porque en el Tour he sufrido problemas inesperados, problemas f¨ªsicos, pero tambi¨¦n he cometido errores t¨¢cticos".
El domingo 13 de julio Lance Armstrong empez¨® a preocuparse cuando not¨® que le costaba seguir el ritmo c¨®modo que marcaba su compa?ero Hincapie en la ascensi¨®n del T¨¦l¨¦graphe y del Galibier. "Me sent¨ªa bien, pero me costaba mover la rueda", dijo. "Y as¨ª recorr¨ª 180 kil¨®metros. Y cuando comenz¨® el descenso y nos acerc¨¢bamos a Alpe d'Huez, s¨®lo entonces, me di cuenta de que alguien hab¨ªa manipulado el freno trasero y de que me rozaba en la llanta y me frenaba. Estoy seguro de que no fue un error de los mec¨¢nicos, alguien lo manipul¨® conscientemente".
Pero una vez solucionado el problema t¨¦cnico no se le acab¨® la desgracia. Poco antes de comenzar a ascender Alpe d'Huez, cuando rodaba el grupo tranquilo, hubo un despiste en el juego de relevos del US Postal, que tiraba del pelot¨®n, y Heras se fue al suelo, arrastrando a Armstrong en un fino afilador. Fue otro signo negativo, porque en Alpe d'Huez Armstrong cometi¨® su gran error t¨¢ctico.
"Debimos haber sacado tres o cuatro minutos a Ullrich", dice, "porque encima estaba enfermo ese d¨ªa, pero nos equivocamos, tiramos muy fuerte desde el comienzo y me qued¨¦ sin equipo. As¨ª que subimos a tren Alpe d'Huez y Ullrich no perdi¨® m¨¢s de minuto y medio. Y se convirti¨® en el rival m¨¢s peligroso, en el ¨²nico que me motiv¨® para ir al fondo de mis reservas".
Antes de eso, Armstrong perdi¨® a otro rival, al desafortunado Beloki, que se cay¨® descendiendo, en persecuci¨®n de Vinokurov, un puerto de tercera, la cuesta de La Rochette, y acab¨® con la cadera y el codo rotos en el hospital de Gap. Fuera de combate para toda la temporada.
Mientras, Armstrong se iba poco a poco deshaciendo en el Tour m¨¢s caluroso de los ¨²ltimos a?os. "Y llegaron mis dos peores d¨ªas, los d¨ªas en que me sent¨ª viejo, los d¨ªas en que pens¨¦ que ganar el Tour ser¨ªa imposible. Esos d¨ªas fueron el de la contrarreloj de Gaillac, en que me deshidrat¨¦ y perd¨ª minuto y medio con Ullrich. Mi mayor preocupaci¨®n era saber si me recuperar¨ªa para las tres etapas de los Pirineos que segu¨ªan sin interrupci¨®n, pero el d¨ªa de Ax estuve fatal". Aquel d¨ªa, el de la victoria de Sastre, le atacaron por todas partes. Vinokurov, Zubeldia, Mayo, Ullrich... Resisti¨® como pudo. Cedi¨® 19 segundos al alem¨¢n. Pero resisti¨®. "Resist¨ª, porque ha sido un Tour en el que he luchado por sobrevivir todos los d¨ªas, y al d¨ªa siguiente comenc¨¦ a recuperarme. Este Tour lo he ganado por experiencia, cabeza y sentido estrat¨¦gico m¨¢s que por fuerzas, porque nunca me he sentido al 100%. Y lo empec¨¦ a ganar en el Peyresourde, cuando atac¨® Vinokurov y yo me puse a rueda de Ullrich y le dije que a m¨ª Vinokurov no me preocupaba y que si quer¨ªa ten¨ªa que ir ¨¦l a por ¨¦l. Ullrich me llev¨® sin rechistar. Y luego, al d¨ªa siguiente, ya supe que ganar¨ªa el Tour". Fue el d¨ªa en que empez¨® a refrescar el tiempo, el de la niebla en la Mongie. "El de mi acierto t¨¢ctico en el Tourmalet, cuando Ullrich atac¨® y le dej¨¦ irse cinco, diez segundos. ?l perdi¨® unas fuerzas preciosas y luego, cuando le ataqu¨¦ en Luz Ardiden, despu¨¦s de que me esperara tras mi ca¨ªda y mi fallo de pedal, las ech¨® de menos. Y as¨ª gan¨¦ el Tour, con sentido estrat¨¦gico y porque fui a buscarlo, porque ataqu¨¦ en Luz Ardiden. Llegu¨¦ a meta y sab¨ªa que el minuto que le sacaba a Ullrich era suficiente. As¨ª ha terminado mi Tour m¨¢s dif¨ªcil, mi Tour m¨¢s hermoso".
Un Tour ganado luchando contra todos los designios y se?ales.
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