Plenitud del g¨¦nero en Espa?a

El g¨¦nero fant¨¢stico vive un momento de plenitud, en paralelo al inter¨¦s de la industria cinematogr¨¢fica por el mismo. En el apartado editorial, pocas veces como ahora se ha visto una avalancha de t¨ªtulos y una diversidad tan grande de temas y subg¨¦neros. Es cierto que la ciencia-ficci¨®n, especialmente la m¨¢s rigurosa y especulativa, parece haber cedido algo la primac¨ªa ante el empuje de la fantas¨ªa pura (aunque no obstante ah¨ª est¨¢n para matizar esta impresi¨®n los magn¨ªficos t¨ªtulos que publica habitualmente la colecci¨®n Nova, de Ediciones B), pero a lo que asistimos es a una gran hibridaci¨®n, a una libertad que podr¨ªa calificarse de revolucionaria. Adem¨¢s, el elemento fant¨¢stico permea cada vez m¨¢s la narrativa convencional. Parece haberse roto un dique y las aguas bajan apasionadamente revueltas. Ya hace a?os, el gran J. G. Ballard advirti¨® que el escritor de fantas¨ªa no hace m¨¢s que utilizar im¨¢genes e ideas que reflejan directamente sus paisajes internos.

En Espa?a, la reedici¨®n de su fondo, que est¨¢ haciendo en su nueva etapa Minotauro (am¨¦n de la publicaci¨®n de nuevos t¨ªtulos y la creaci¨®n de una nueva colecci¨®n -Utop¨ªas- y un premio internacional), inunda el mercado con grandes e insoslayables t¨ªtulos cl¨¢sicos, como lo hace tambi¨¦n Edhasa con la revisi¨®n y potenciaci¨®n de su imprescindible sello Nebulae. El panorama lo marcan asimismo con su labor entusiasta y conocedora editoriales como Valdemar, La Factor¨ªa de Ideas, Bibli¨®polis, Gigamesh o Transversal, que ponen al alcance del lector un sinn¨²mero de excelentes t¨ªtulos. La aparici¨®n de un monumental estudio sobre la historia de la ciencia-ficci¨®n espa?ola (Ediciones Robel) y una antolog¨ªa ¨²ltima (1982- 2002) de la misma, a cargo de Juli¨¢n D¨ªez (Minotauro), son hitos a se?alar.