Un compatriota llamado Mohamed
Juan Goytisolo recoge en un libro sus art¨ªculos de cuatro d¨¦cadas sobre los movimientos migratorios. En esta antolog¨ªa, marcada por la experiencia de haber vivido en Par¨ªs cuando Espa?a exportaba trabajadores y vivir en Marraquech ahora que Espa?a los recibe, el escritor muestra una vez m¨¢s su tenaz y l¨²cida coherencia.
En 1978, cuando en Espa?a no hab¨ªa una presencia significativa de inmigrantes, Juan Goytisolo denunci¨® el mito de que ¨¦ste no es un pa¨ªs racista. "Si no somos racistas se debe ante todo al hecho de que Espa?a fue el primer pa¨ªs moderno que resolvi¨® de modo tajante el problema de las razas, acosando, persiguiendo, robando y expulsando por fin masivamente a moros y jud¨ªos", escribi¨® en un art¨ªculo titulado Jud¨ªos, moros, negros, gitanos y dem¨¢s gentes de mal vivir. Y advirti¨® que en Espa?a no se registraban pogromos tan s¨®lo por "la falta de objeto id¨®neo sobre el que volcar nuestra sa?a".
Goytisolo se tem¨ªa, pues, lo que pas¨® en El Ejido en 2000, aunque le doli¨® mucho que aquella masiva "caza al moro" tuviera lugar en Almer¨ªa, una tierra que hab¨ªa llegado a considerar como su "patria chica" de adopci¨®n. Una Almer¨ªa, adem¨¢s, que hab¨ªa sido en los a?os cincuenta y sesenta tierra productora de emigrantes. En esas d¨¦cadas, Goytisolo viv¨ªa en Par¨ªs y ve¨ªa venir, con la maleta de cart¨®n y los ojos cargados de sue?o, desconcierto y miedo, a los trabajadores andaluces, extreme?os y murcianos. Y sobre ellos, y a favor de ellos, escrib¨ªa in extenso.
ESPA?A Y SUS EJIDOS
Juan Goytisolo
Hijos de Muley-Rubio
Madrid, 2003
235 p¨¢ginas. 35 euros
Su vida -residi¨® en Par¨ªs cuando Espa?a exportaba trabajadores y ahora vive en Marraquech cuando Espa?a los recibe- ha permitido a Goytisolo tener una completa visi¨®n del fen¨®meno migratorio. Es la recogida en Espa?a y sus ejidos, una antolog¨ªa de art¨ªculos sobre este tema publicados a lo largo de cuatro d¨¦cadas. Como en otros aspectos de su vida y su obra, el escritor exhibe en esta antolog¨ªa una tenaz y l¨²cida coherencia. Tanto ayer como hoy el Norte es un poderoso im¨¢n "para los hombres y mujeres del subdesarrollo, deseosos de mejorar su nivel de vida y a partir de cero en unas sociedades que requieren sangre moza, brazos y empe?o". Y tanto ayer como hoy Goytisolo propone darles la bienvenida, tanto por solidaridad como por inter¨¦s.
Goytisolo recuerda que en Par¨ªs y Nueva York tuvo la oportunidad de vivir "dos experiencias ricas y estimulantes de esa sociedad urbana multi¨¦tnica que ser¨¢ inevitablemente la sociedad del futuro". Siempre que se desarrolle en el marco del respeto a unos comunes valores ilustrados y democr¨¢ticos, la pluralidad le parece el motor de la civilizaci¨®n. Los pa¨ªses y culturas que prosperan son los que se nutren de la apertura y la diversidad. As¨ª se ha hecho fuerte Estados Unidos -al menos hasta el 11-S y la reacci¨®n ultraderechista de George W. Bush- y as¨ª fue en el Al Andalus medieval.
La inmigraci¨®n, piensa Goytisolo, es una buena oportunidad para recuperar la variedad ¨¦tnica y religiosa que tuvo Espa?a. Pero todav¨ªa domina una visi¨®n de este pa¨ªs que rechaza el considerar que el catal¨¢n y el vasco son lenguas tan espa?olas como el castellano y que los jud¨ªos y musulmanes expulsados entre los siglos XV y XVII eran tan espa?oles como los c¨¢ntabros. Am¨¦rico Castro dijo una vez que "los espa?oles no saben qui¨¦nes son, pues ignoran qui¨¦nes fueron". Va siendo hora de que sepamos qui¨¦nes fuimos, qui¨¦nes somos y qui¨¦nes queremos ser. Sobre esto ¨²ltimo, la propuesta de Goytisolo es clara: tendr¨ªamos que ser capaces de aceptar como compatriotas a gente que se llama Jordi, Ander, Mohamed, Vlad¨ªmir, Asimwe o Salom¨®n.
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