Paquillo alcanza la primera plata
El marchador de Guadix s¨®lo se vio superado en los ¨²ltimos kil¨®metros por el ecuatoriano Jefferson P¨¦rez
Un d¨ªa, despu¨¦s de una carrera en la que Paquillo Fern¨¢ndez hab¨ªa derrotado a Jefferson P¨¦rez, el granadino se acerc¨® al ecuatoriano, ligeramente depre, le pas¨® la mano por el hombro y le consol¨® como un buen amigo. "No te preocupes", le dijo. "No se puede ganar siempre. Alg¨²n d¨ªa volver¨¢s a ser el mejor". Jefferson P¨¦rez llevaba ayer la bandera de Ecuador enganchada en el cuello como una capa y una sonrisa de oreja a oreja cuando se acerc¨® a Paquillo Fern¨¢ndez, ligeramente cabizbajo. Le pas¨® una mano por el hombro, acerc¨® su boca a la oreja del granadino y le consol¨®. "No te preocupes", le dijo el ecuatoriano. "Como t¨² me dijiste aquel d¨ªa, no se puede ganar siempre". "S¨ª", le respondi¨® Paquillo, "a¨²n tengo tiempo para ser campe¨®n del mundo, o campe¨®n ol¨ªmpico". As¨ª es la cofrad¨ªa de la marcha. As¨ª se termin¨® el sue?o de Paquillo, que madrug¨® para conquistar el oro por las calles de Saint Denis y alcanz¨® la plata, batido por un ecuatoriano que hab¨ªa sido campe¨®n ol¨ªmpico en 1996 y que hab¨ªa vuelto a la alta competici¨®n despu¨¦s de un par de a?os de descanso. Bati¨¦ndole en la prueba de 20 kil¨®metros de m¨¢s alto nivel nunca disputada, P¨¦rez arrebat¨® al granadino tambi¨¦n, y por un segundo, el r¨¦cord del mundo de la prueba.
El ecuatoriano arrebat¨® al espa?ol el r¨¦cord mundial de los 20 kil¨®metros por un segundo
Paquillo marchaba solo entre transe¨²ntes de s¨¢bado por la ma?ana que en ch¨¢ndal y bicicleta bajaban a comprar la baguette. Tambi¨¦n en una acera estaba el pertiguista Sergu¨¦i Bubka. Y tambi¨¦n bastantes espa?oles que no paraban de gritar "venga, valiente, vamos, vamos". Marchaba solo y muy deprisa. De vez en cuando echaba un vistazo al reloj y entonces aceleraba, como un viajero que teme perder el tren y se repite, neg¨¢ndose a creerlo, "llegar¨¦ tarde, llegar¨¦ tarde". Llevaba recorridos s¨®lo cinco kil¨®metros y ya hab¨ªa reventado la carrera. Marchaba a ritmo de r¨¦cord, a 3.54 minutos el kil¨®metro, y detr¨¢s de ¨¦l una veintena de supervivientes intentaban reagruparse y recuperar fuerzas. Paquillo, por delante, sigui¨® acelerando. Pas¨® por mitad de carrera en 38.38 minutos, m¨¢s r¨¢pido que nuca. Detr¨¢s, a 32 segundos, pasaban Jefferson P¨¦rez y media docena m¨¢s. "Y en aquel momento, es verdad, pens¨¦ que ganaba la prueba", dijo Paquillo. "Ve¨ªa que cumpl¨ªa las expectativas de los entrenamientos. Quise salir a poner a todos en fila y a eliminar rivales".
Parec¨ªa aquello el recital de Paquillo. Guadix era una fiesta. Honor al hijo predilecto que tan bien y tan deprisa anda. Pero Jefferson P¨¦rez no era de la misma opini¨®n. Cumplido el kil¨®metro 12, observando que Paquillo comenzaba a marchar m¨¢s torpe, que las piernas no se mov¨ªan tan ligeras, el ecuatoriano apret¨® los dientes, coloc¨® un cuchillo afilado entre las dos mand¨ªbulas, clav¨® en los ojos una mirada de determinaci¨®n, se cal¨® la gorra y se march¨® en busca del granadino. Le empujaban la clase y la decisi¨®n. Le empujaba el peso de un pueblo del que se siente h¨¦roe. "S¨®lo el deporte puede levantar el ¨¢nimo de los ecuatorianos, un pueblo pobre, que pasa hambre", dijo P¨¦rez. "Yo marcho por ellos".
Jefferson P¨¦rez es un mito en Ecuador. Es su ¨²nico campe¨®n ol¨ªmpico, el ¨²nico medallista del pa¨ªs. Cuando regres¨® despu¨¦s de ganar el oro en Atlanta, una empresa l¨¢ctea le prometi¨® yogur gratis para el resto de su vida, el Gobierno se salt¨® una tradici¨®n que s¨®lo permit¨ªa imprimir sellos de correos dedicados a personalidades muertas y lanz¨® una serie con su imagen, y ¨¦l, para agradecer a todo el pa¨ªs su amor y para cumplir una promesa a la Virgen, emprendi¨® una dura marcha de casi 500 kil¨®metros a trav¨¦s de la cordillera andina desde Quito, la capital, hasta Cuenca, su ciudad. ?l, el hijo de campesinos, de una madre ciega que le sac¨® a ¨¦l adelante y a cuatro hermanos m¨¢s, se mezcl¨® con los pobres que sal¨ªan en romer¨ªa a la carretera para recibirlo, como si su paso fuera la llegada liberadora que llevaban siglos esperando. Ese mismo Jefferson P¨¦rez es tambi¨¦n un graduado en Administraci¨®n de Empresas y un sabio de la marcha que se cartea con sus colegas de todo el mundo, con quienes comparte t¨¦cnicas y novedades. Se entrena en las alturas de Cuenca y en la playa de Guayaquil, y de vez en cuando se escapa a Estados Unidos, donde siempre es bien recibido por el equipo norteamericano, que le abre las puertas de su centro de alto rendimiento de Chula Vista (California).
Es un crack que se lanz¨® a por Paquillo. A toda velocidad. En tres kil¨®metros le aspir¨® 16 segundos. Los otros 16 segundos le costaron dos kil¨®metros m¨¢s. Era el kil¨®metro 17, y Paquillo, a quien su entrenador, para no desmoralizarlo, no le hab¨ªa querido alarmar con la progresi¨®n de P¨¦rez, decidi¨® levantar el pie, recuperar fuerzas ligeramente e intentar aguantar el tir¨®n. "Pero enseguida vi que si mor¨ªa intentando seguirle, so?ando por el oro, pod¨ªa perder la plata", dijo, juicioso, Paquillo. "Adem¨¢s, me pas¨® rapid¨ªsimo, no pude ni intentarlo. As¨ª que para m¨ª esta plata me sabe a oro. Porque he perdido ante un t¨ªo que me ha tenido que quitar el r¨¦cord para ganarme. Cuando t¨² lo das todo, juegas perfectamente tus cartas y al final pierdes, cualquier puesto te sabe a oro". Y as¨ª, Paquillo, que ya es campe¨®n de Europa, ya sabe lo que es un podio en un Mundial. "Y no vean la confianza que me da esto para los Juegos de Atenas".
El manantial de la marcha
Hace 20 a?os, en la fr¨ªa Helsinki, el marchador catal¨¢n Josep Mar¨ªn consegu¨ªa para un fam¨¦lico atletismo espa?ol la ¨²nica medalla (plata en los 50 kil¨®metros) del primer Campeonato del Mundo jam¨¢s organizado. Fue un aldabonazo de esperanza. Un bot¨ªn para empezar a perder el complejo de inferioridad. Ayer, otro marchador, el prodigioso granadino Paquillo Fern¨¢ndez logr¨® la primera medalla (plata en los 20 kil¨®metros) para un atletismo espa?ol mejor alimentado de los novenos Campeonatos del Mundo.
Es la 24? medalla del atletismo espa?ol en la historia de los Mundiales. La d¨¦cima obtenida por la marcha, que se apunta casi la mitad del total, todo un poder, una tradici¨®n que hab¨ªa comenzado en los Juegos de Mosc¨² Jordi Llompart (nunca premiado en unos Mundiales) y que continuaron tras Mar¨ªn, Valent¨¬ Massana, Jes¨²s ?ngel Garc¨ªa Bragado, Daniel Plaza, Encarna Granados y, tambi¨¦n de la generaci¨®n de Paquillo, Mar¨ªa Vasco, medallista en Sydney y aspirante hoy a un nuevo metal. Y por detr¨¢s llegan los j¨®venes M¨¢rquez, Dom¨ªnguez y Molina, medallista en M¨²nich y ausente en Par¨ªs por lesi¨®n. Y tambi¨¦n est¨¢ Mikel Odriozola, el donostiarra de los 50 kil¨®metros.
Tambi¨¦n participa hoy en la prueba femenina la barcelonesa Mari Cruz D¨ªaz, quien en 1986, cuando s¨®lo ten¨ªa 17 a?os, se proclam¨® campeona de Europa en Stuttgart. Se retir¨® a los 26 a?os, se cas¨®, fue madre, y hace un par de a?os decidi¨® regresar a la marcha. Y lo ha hecho a lo grande, siendo capaz de volver a la ¨¦lite a los 34 a?os.
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