El nuevo Racing no da opci¨®n al Mallorca

Alcaraz enga?¨® a Pacheco. Durante casi todo el partido le cedi¨® metros y el portugu¨¦s cay¨® en la trampa. No se trataba de dominar aparentemente, sino de ganar el partido. Y el Racing lo consigui¨®. Mereci¨®, y de largo, una goleada sobre un Mallorca que acus¨® en exceso las bajas de Novo, Riera e Ibagaza. El Racing, por contra, cambi¨® para bien. Alcaraz convirti¨® al c¨¢ntabro en un bloque presionante y abierto, pendiente de trabar al rival y evitar su iniciativa.

De salida, los mallorquines no acertaron a encajar el agobio racinguista, que se tradujo en un gol de Benayoun. El tanto aviv¨® el ritmo de juego del Mallorca. Pero el mando balear no se tradujo en goles por la falta de tino en los env¨ªos y por el mando que impuso Ricardo, que al fin y al cabo viene del Manchester. Acababa la primera parte cuando el Mallorca parec¨ªa entregarse a la presi¨®n santanderina y el Racing aprovech¨® para seguir buscando la espalda de los zagueros. Benayoun, Guerrero y, sobre todo, Regueiro, gozaron de ocasiones claras de gol antes de ir al descanso.

El Racing demostr¨® que su acierto no est¨¢ en los fichajes -al margen del tino para contratar a Ricardo- sino en conservar a sus mejores elementos. En la segunda fase se evidenci¨® este acierto. Los mallorquines mandaban, pero s¨®lo en apariencia. Amagaban sin remachar. En contrapartida, el Racing volvi¨® a descubrir al organizador y cortador que demanda la afici¨®n, el santanderino Matabuena, y exhib¨ªa su mejor arma. La contra c¨¢ntabra llevaba tanto peligro que Bodipo, Regueiro, Mor¨¢n y hasta el novel Jonatan Valle dispusieron de lances para golear.

Gust¨® el Racing, por lo trabajado que est¨¢ el equipo y, sobre todo, por el desparpajo y la osad¨ªa con la que ataca. M¨¢s dudas dej¨® el Mallorca, que se mostr¨® descompensado y sin el nivel que le llev¨® al t¨ªtulo copero en el ep¨ªlogo de la pasada temporada.