La Olla Express
"Una olla, orolla, otrolla, sipilitrolla...". Lo que fue popular sigue vivo aunque nadie lo recuerde. Pero de repente, la vida lanza su asalto y se planta ah¨ª donde todo es rutina y burocracia. Por ejemplo, hay m¨¢s vida dentro de un solo minilibro que en algunas obras completas. La Olla Express edita minilibros artesanales "para mentes a presi¨®n". Acaba de presentar su cuarto t¨ªtulo, Gu¨ªa tur¨ªstica de Las Batidos, un delicioso manual con el que recorrer el min¨²sculo archipi¨¦lago so?ado por Xavier Theros (escritor de enciclopedias imaginarias y miembro de los Accidents Polipo¨¨tics). Dentro de la cajita de cart¨®n donde este minilibro tiene su escondite, se ha incluido un plano de Las Batidos realizado por Steven Forster, ilustrador asimismo de la obra. De Steve hay un extra?o y personal rastro a lo largo y ancho de Barcelona. Ha decorado algunos bares, hubo una escultura suya en los techos del C¨ªrcol Mald¨¤ (y suyo era el r¨®tulo que daba a la calle), y en el ciclo de actuaciones Atraccions Montalegre, celebrado durante este verano en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea, sus creaciones, a medio camino entre lo on¨ªrico y el mundo microsc¨®pico, de nuevo sobrevuelan las cabezas de los espectadores.
La Olla Express es un r¨®tulo que da cobijo a m¨²ltiples e ins¨®litas actividades. Entre ellas, editar minilibros. Eli y Antoine son sus impulsores
El tenderete con que se anuncia la Olla Express es una olla a presi¨®n de color naranja, que se halla a un paso del cohete con que Tint¨ªn lleg¨® a la luna. Tambi¨¦n ha estado presente cada noche en las actividades de Atraccions Montalegre. ?nicamente lo abandonaban los editores para subirse al escenario y actuar con el nombre de Motor Combo. De igual modo lo han hecho en la fiesta de presentaci¨®n de Las Batidos, amparada por la Gran Bodega Salt¨® del Poble Sec. Cuando Motor Combo da un concierto se manifiesta entre el p¨²blico el m¨¢s puro esp¨ªritu del pop. Mientras Eli Gras, el alma de la editorial y de sus diferentes mutaciones, se pasa del bajo al xil¨®fono, Florenci Salesas ejecuta con solemnidad sus delicados glissandos de theremin, el instrumento del futuro que so?aron los autores del viejo cine de ciencia-ficci¨®n.
Pero Motor Combo es s¨®lo otra de las variopintas formas de expresi¨®n que hierven en esa Olla Express siempre a punto de estallar. Entre nuevas aventuras, los muchachos de la Olla se han planteado la posibilidad de producir audiovisuales. "Para editar el primer minilibro tuve que dejar de pagar el alquiler de mi casa", cuenta Eli, de 32 a?os. La editorial se present¨® en octubre de 2002, aunque aquel primer minilibro hab¨ªa aparecido en mayo de 1998. "Met¨ª un mont¨®n de ejemplares en una olla y fui vendi¨¦ndolos por las terrazas". En Eli hay un mecanismo creativo que jam¨¢s se detiene. "Si se me ocurre algo no tengo m¨¢s remedio que hacerlo". Ha sido fabricante de term¨®metros, ha trabajado en efectos especiales, ha operado una truca para cine de animaci¨®n y, despu¨¦s de acumular 12 a?os de experiencia entre tuercas y alicates, tiene previsto escribir un Manual de bricolaje para pobres, que ense?a a comprar m¨¢s barato en las ferreter¨ªas.
Colabora con ella Antoine Manent, de 38 a?os, un parisiense incombustible afincado en Toulouse la mayor parte del a?o. Antoine es nieto de Joan Manent, el alcalde anarquista de Badalona que supo ver que "la sangre obrera es la m¨¢s barata del mundo". Su abuelo tambi¨¦n hab¨ªa sido secretario de Peir¨®, el ministro de Industria de la CNT durante la Guerra Civil. En Par¨ªs, Antoine se licenci¨® en Econ¨®micas y por unos a?os fue empleado de Cr¨¦dit Lyonnais. "Sin embargo, sent¨ªa que me faltaba algo". Lo dej¨® todo, amigos, piso, banco..., y se instal¨® con unos artistas de Toulouse "en un r¨¦gimen de colegas provechoso". Ha trabajado como restaurador yesero en el palacio de Versalles; pero lo que m¨¢s le gusta es ser payaso. "De peque?o me costeaba las vacaciones montando un espect¨¢culo nocturno para la familia". Eli y Antoine se conocieron durante un curso de teatro y fue ella quien le anim¨® a embarcarse en su inabordable proyecto.
A ra¨ªz del mini¨¦xito, pues se trataba de minilibros, que obtuvieron el d¨ªa de Sant Jordi de este a?o en La Rambla, Eli y Antoine pudieron imprimir el siguiente t¨ªtulo sin poner un euro de sus baqueteados bolsillos. All¨ª, detr¨¢s de una pajarer¨ªa, nac¨ªan adem¨¢s sus primeros fans, integrados principalmente por coleccionistas de minilibros. "Bueno, se acercaba gente de todo tipo. Les encantaba. La gente es muy maja". "Hubo una persona a la que le dijimos que eran libros objeto y, despu¨¦s darle varias vueltas a uno, nos pregunt¨®: ?y d¨®nde est¨¢ el objeto?". Han construido su tenderete con maderas, hierros, plakene y otros materiales recogidos de la calle. Por las noches se ilumina y desprende humo como las ollas de verdad. Ahora lo pasean por las ferias de minilibros que se celebran aqu¨ª y all¨¢. En Barcelona, los vol¨²menes de la Olla Express se encuentran coquetamente dispuestos en los mostradores de las librer¨ªas, pues los libreros no atinan a darles otro emplazamiento. En Par¨ªs, pueden comprarse en la Librarie Espagnole, y en Toulouse en la fanzinoteca Les Musicophages. Su p¨¢gina web es www.laollaexpress.org. Ahora han anunciado que van a montar una troupe de autores y editores con la que recorrer¨¢n los pueblos a bordo de una furgoneta. Al tiempo que el autor lee su obra, el editor toca el theremin, el instrumento del futuro.
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