El 'destape' de Salvador Allende
Los procesos contra Pinochet en Londres y Santiago han contribuido a la recuperaci¨®n de la figura del l¨ªder socialista
El pasado mes de mayo, Isabel Allende, presidenta de la C¨¢mara de Diputados de Chile, viaj¨® a tres pa¨ªses europeos. Lleg¨® a Grecia acompa?ada por Ren¨¦ Manuel Garc¨ªa, diputado del partido de derecha Renovaci¨®n Nacional, y de Edgardo Riveros, diputado dem¨®crata cristiano. Nada m¨¢s pisar Atenas, la delegaci¨®n chilena acudi¨® a un desayuno con el ministro de Asuntos Exteriores, Yorgos Papandreu. All¨ª esperaban el primer ministro socialista griego, Costas Simitis, y la madre del canciller, viuda del ex premier griego y dirigente socialista Georges Papandreu.
"?C¨®mo est¨¢ Tencha?", pregunt¨®, visiblemente emocionada, la madre del canciller. Se refer¨ªa a Hortensia Bussi, la viuda de Salvador Allende, que acaba de cumplir 89 a?os.
La dictadura hizo un esfuerzo apabullante por destruir la imagen de Salvador Allende
Hay un aluvi¨®n de programas especiales ante el 30? aniversario del golpe militar
Los anfitriones sab¨ªan que la delegaci¨®n chilena contaba con un miembro de un partido de la derecha que hab¨ªa apoyado a Augusto Pinochet. Seg¨²n el programa de actividades, los diputados ten¨ªan una reuni¨®n en la sede del partido Nueva Democracia, la oposici¨®n de derechas en Grecia.
"Oye, ahora por fin vas a estar a gusto, va a ser un respiro para ti. Ya no tendr¨¢s que escuchar elogios a Salvador Allende", dijo Isabel al diputado de Renovaci¨®n Nacional.
Los tres entraron en la sala. Estaba la primera plana del partido. Era gente joven. Todos tomaron asiento. "Queremos decirle que es un honor tenerla aqu¨ª, porque usted es la hija de ese l¨ªder democr¨¢tico, de ese gran hombre", dijo el secretario general del partido.
Al regresar a Chile, el diputado Garc¨ªa, un hombre dicharachero, inform¨® en una reuni¨®n sobre el viaje. "No puedo creer lo que hemos vivido... El nombre de Salvador Allende es algo tremendo en Europa, todo el mundo nos ha hablado de ¨¦l... Es m¨¢s conocido que el presidente Lagos. Nunca pude imaginar algo semejante", dijo.
Estos d¨ªas, en la planta alta del palacio de La Moneda hay quien lleva la contabilidad de los programas de televisi¨®n y radio dedicados a la figura de Allende y a los acontecimientos que condujeron al golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973. All¨ª el ministro secretario general del Gobierno, Francisco Vidal, lleva analizados 27 programas especiales sobre el 11 de septiembre.
"Hab¨ªa un desfase entre la figura de Allende vigente en el mundo y su figura en Chile como resultado de 17 a?os de dictadura. Este ¨²ltimo Allende es un presidente frustrado, fracasado, para decir lo m¨ªnimo", dice Vidal a EL PA?S. "El esfuerzo por destruir su imagen ha sido apabullante", a?ade.
?Qu¨¦ ha pasado en Chile para que 30 a?os despu¨¦s del golpe militar ocurra este destape? "Creo que tenemos una sociedad m¨¢s madura, con menos miedo y dispuesta a ver la realidad brutalmente", razona Vidal. No sin cierto moh¨ªn de frivolidad, se?ala: "Dir¨ªa m¨¢s. Allende es un producto que est¨¢ en el mercado. Si cuatro canales de televisi¨®n est¨¢n en la brecha es porque existe una demanda".
Es posible, creen algunos, que la oferta, tal como funciona el mercado, crea su propia demanda. "Yo lo percibo m¨¢s como una campa?a de los medios de comunicaci¨®n que como un reflejo de las necesidades del p¨²blico", estima Roberto M¨¦ndez, presidente de Adimark, una de las grandes empresas de sondeos del pa¨ªs. "La figura de Allende ha salido beneficiada: la percepci¨®n que se tiene ahora es que se trata de un gran hombre. Pero tanto ¨¦l como Pinochet siguen dividiendo a los chilenos", declara.
Alrededor de 7,5 millones de chilenos, esto es, la mitad de la poblaci¨®n actual, ha nacido despu¨¦s del 11 de septiembre de 1973 o contaba, en aquellos d¨ªas, con entre uno y cuatro a?os de edad, sin capacidad para saber lo que ocurri¨®. Seg¨²n un sondeo realizado los pasados 2 y 3 de septiembre por la conservadora Fundaci¨®n Futuro, ya se advierten s¨ªntomas de una saturaci¨®n. Pero hay un dato relevante, sobre todo cuando proviene de labios de Sebasti¨¢n Pi?era, que dirige la fundaci¨®n y que, adem¨¢s, es presidente del partido derechista Renovaci¨®n Nacional. La mitad de los encuestados estima que los programas de televisi¨®n dedicados al 11 de septiembre han aportado elementos nuevos de opini¨®n respecto al golpe de Estado. Y dicha opini¨®n, seg¨²n explic¨® Pi?era el pasado viernes, d¨ªa 5 de septiembre, es m¨¢s predominante, con un 73%, en quienes tienen entre 18 y 24 a?os de edad. La valoraci¨®n baja al 52% en el universo de los que tienen entre 25 y 44 a?os.
Sentada en el sal¨®n de su casa de la calle Guardia Vieja 392, que est¨¢ casi como la dej¨® su padre Salvador Allende, la presidenta del Congreso de los Diputados est¨¢ convencida de que el "destape" tiene muy diversas causas. Pero entre ellas est¨¢, cree, el gran avance de las investigaciones sobre los cr¨ªmenes cometidos durante la dictadura de Pinochet.
Isabel Allende recuerda a este peri¨®dico un momento de la ma?ana del 11 de septiembre de 1973, cuando ella y otros colaboradores de Allende estaban en el sal¨®n Toesca -nombre del arquitecto italiano que dise?¨® el palacio neocl¨¢sico de La Moneda en 1783- y el presidente encabezaba la resistencia al golpe. Allende se dirigi¨® a su asesor pol¨ªtico, el abogado valenciano Joan Garc¨¦s.
"Yo creo que mi padre no se equivoc¨® cuando le exigi¨® a Joan que abandonara La Moneda esa ma?ana porque alguien ten¨ªa que contar al mundo lo que hab¨ªa ocurrido. Joan hab¨ªa sido asesor de mi padre durante sus tres a?os de gobierno, y era importante su testimonio. Claro, ni en el mejor de los sue?os, ni mi padre ni ninguno de nosotros pens¨® que no s¨®lo iba a narrar lo que hab¨ªa visto sino que iba a colaborar con el juez Baltasar Garz¨®n para arrestar a Pinochet en Londres y conseguir que permaneciera detenido 503 d¨ªas. Cuando yo misma fui a declarar a Madrid cre¨ª que dif¨ªcilmente llegar¨ªamos a algo. Pero este pa¨ªs cambi¨® desde la detenci¨®n de Pinochet. All¨ª comenz¨® este destape. Aqu¨ª ten¨ªas que llamar al golpe de Estado 'pronunciamiento', a las torturas 'apremios ileg¨ªtimos' y los asesinatos y desapariciones eran 'excesos'. Hipocres¨ªa chilena. Esto se termin¨® con el arresto de Pinochet".
Isabel Allende cree que los procesos judiciales que siguieron en Chile despu¨¦s del arresto de Pinochet en Londres e, incluso, tras su retorno a Chile el 3 de marzo de 2000 -anulaci¨®n del fuero parlamentario de senador, auto de procesamiento y sobreseimiento por razones de demencia senil- explican, ahora, el destape. Por ello, cree que "no estar¨¢n todos los que son" en los actos que tendr¨¢n lugar el 10 y 11 de septiembre pr¨®ximos, en La Moneda.
"Falta Baltasar Garz¨®n. Esa hubiera sido la guinda... pero quiz¨¢ fuera demasiado fuerte invitarle. Alguna vez, espero, tendremos la capacidad y dignidad de invitar al verdadero personaje que nos ha ayudado en este proceso".
"El avi¨®n se cae en vuelo"
La ma?ana del 11 de septiembre de 1973, un radioaficionado intercept¨® las comunicaciones que mantuvieron el general Augusto Pinochet, comandante en jefe del Ej¨¦rcito; el almirante Patricio Carvajal, jefe del Estado Mayor Conjunto, y el general Gustavo Leigh, comandante en jefe de la Fuerza A¨¦rea Chilena, mientras se desarrollaba el asalto y bombardeo del palacio de La Moneda. El presidente Salvador Allende y un pu?ado de colaboradores resist¨ªan. En 1985, la extinta revista chilena An¨¢lisis bati¨® su r¨¦cord de ventas con el casete de la grabaci¨®n. Durante estas ¨²ltimas semanas, la radio y la televisi¨®n han difundido en Chile, por primera vez, su contenido en repetidas ocasiones. Es una prueba de convicci¨®n contra Pinochet.
Lo que destaca al o¨ªr las voces es la brutalidad de Pinochet, a la saz¨®n el ¨²ltimo en unirse al golpe militar organizado con anterioridad por el general de Ej¨¦rcito Sergio Arellano Stark, de com¨²n acuerdo con el general Leigh, de la Fuerza A¨¦rea, y el almirante Jos¨¦ Toribio Merino, por la Armada.
La ma?ana del d¨ªa 11, el bombardeo de La Moneda conoci¨® alg¨²n retraso, lo que puso especialmente nervioso a Pinochet. "Yo tengo la impresi¨®n de que el se?or SE [Allende] se arranc¨® en las tanquetas. Las tanquetas hay que ubicarlas...", sugiri¨® Pinochet.
"No, pero en las tanquetas, no, no huy¨®", corrigi¨® Patricio Carvajal.
"Conforme, conforme. Entonces hay que impedir la salida. Y si sale, hay que estar listo para actuar sobre ¨¦l. M¨¢s vale matar la perra y se acaba la leva, viejo", bram¨® Pinochet. "Otra cosa, Patricio. A las once de la ma?ana hay que atacar La Moneda, porque este gallo no se va a entregar".
"Se est¨¢ atacando ya... Se est¨¢ rodeando y atacando con bastante ¨ªmpetu", indic¨® Carvajal.
"Conforme. Enseguida sale el avi¨®n, viejo, y se despacha al tiro [inmediatamente]", dijo Pinochet.
"Neg¨® la posibilidad del avi¨®n", desestim¨® Carvajal.
"?La neg¨®?", pregunt¨® Pinochet, sorprendido.
"Pidi¨® al edec¨¢n militar que los comandantes en jefe concurrieran a La Moneda", explic¨® Carvajal.
"?Rendici¨®n incondicional!", se desga?it¨® Pinochet. "?Rendici¨®n incondicional!", volvi¨® a gritar fuera de s¨ª.
"Bien. Rendici¨®n incondicional y se le toma preso, ofreci¨¦ndole nada m¨¢s que respetarle la vida, digamos", sugiri¨® Carvajal.
"Se mantiene el ofrecimiento de sacarlo del pa¨ªs... Pero el avi¨®n se cae, viejo, cuando vaya volando...", precis¨® Pinochet.
"Conforme... [risas al escuchar la sugerencia]... Conforme", celebr¨® Carvajal.
Un poco despu¨¦s, Carvajal volvi¨® a consultar con Pinochet.
"La idea ser¨ªa tomarlos presos, no m¨¢s por el momento; despu¨¦s se ver¨¢ si se les da avi¨®n u otra cosa, pero... por el momento, la idea es tomarlos presos", se?al¨® Carvajal.
"Pero es que si los juzgamos, les damos tiempo. Y se les pueden levantar las pobladas para salvarlos... Creo que lo mejor... Cons¨²ltalo con Leigh... La opini¨®n es que estos caballeros se toman y se... mandan dejar a cualquier parte. Por ¨²ltimo, en el camino, los van tirando abajo", reiter¨®, temerario, Pinochet, sin una pizca de sorna.
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