Tsartas castiga la dejadez del Depor
El equipo de Irureta se recrea en su superioridad y se queda sin victoria a cinco minutos del final
Entre alambres de espino y muros de ladrillo desconchado, entre el flamear de las bengalas y el clamor incansable de la afici¨®n del AEK, el Deportivo so?¨® con una noche pl¨¢cida, otra c¨®moda victoria para prolongar en Europa la racha de la Liga. El Pandiani omnipresente de estos d¨ªas emergi¨® muy pronto y tendi¨® la alfombra roja sobre la que se instal¨® el Depor. El cuadro de Irureta se declar¨® ganador con todo el choque por delante ante un equipo que no aparec¨ªa. Pero no se sabe c¨®mo los griegos siempre acaban apareciendo. Y cabalgando sobre la autocomplacencia del Depor, el AEK le rob¨® la victoria a ¨²ltima hora.
Irureta no deja traslucir muchas emociones durante los partidos, pero seguro que anoche le recorri¨® cierta satisfacci¨®n interior cuando Pandiani agujere¨® el choque en plenos inicios. El gol carg¨® de razones su decisi¨®n de prescindir de Trist¨¢n en contra de las apuestas que circulaban en la v¨ªspera. Y adem¨¢s el cabezazo del uruguayo volvi¨® a ser justo en el lugar donde el entrenador le pide que lance la ca?a, en el primer palo. Hubo, eso s¨ª, cierta contribuci¨®n del portero griego, que no supo medir el lanzamiento de c¨®rner de V¨ªctor y sali¨® a lo tonto dejando el hueco para el testarazo del uruguayo, que anda sobrado, especialmente con la cabeza, su principal recurso rematador. Era el cuarto gol consecutivo de Pandiani en los cuatro ¨²ltimos partidos. Y el tercero de cabeza. Si alguien a?ora los santillanas y los zamoranos, ya tiene quien le complazca el gusto.
AEK DE ATENAS 1 - DEPORTIVO 1
AEK de Atenas: Hiotis; Borbokis, Kostenoglou, Kapsis (Moras m. 19), Kreek (Nalitzis m. 80); Georgeas, Katsouranis, Zagorakis; Tsartas, Okkas; y Liberopoulos (Ivic m.63).
Deportivo: Molina; H¨¦ctor, Naybet, Andrade, Romero; Sergio (Duscher m. 66), Mauro Silva; V¨ªctor, Valer¨®n, Luque (Trist¨¢n m. 70); y Pandiani (Scaloni m.77).
Goles: 0-1. M. 12. C¨®rner que saca V¨ªctor y cabecea Pandiani en el primer palo. 1-1. M. 85. Remate raso y cruzado de Tsartas que entre por entre las piernas de Molina.
?rbitro: Michael Mc Curry, escoc¨¦s. Amonest¨® a Liberopoulos, Sergio, H¨¦ctor, Tsartas y Okkas.
18.000 espectadores en el Apostolos Nikolaidis.
El Deportivo se hab¨ªa metido el choque en la mochila desde el primer minuto. Fue una cuesti¨®n de calidad, por supuesto, un factor que establec¨ªa diferencias siderales entre los dos equipos, pero tambi¨¦n de la actitud resuelta con que el grupo de Irureta agarr¨® el partido. Porque el inmaculado arranque de temporada del Deportivo no se explica s¨®lo con la voracidad de Pandiani. Quien busque claves interpretativas har¨ªa bien en fijarse en la defensa, que tantos problemas hab¨ªa ocasionado al equipo en las dos ¨²ltimas temporadas y que se ha beneficiado de un lucido proceso de reformas. Mucho tiene que ver con la recuperaci¨®n de Andrade, a quien las lesiones enterraron la pasada campa?a y que tan pronto ha podido seguir el ritmo de los dem¨¢s est¨¢ confirmando todo lo bueno que se hablaba de ¨¦l, un central r¨¢pido, ¨¢gil y con un sentido de la anticipaci¨®n muy aguzado. La ligereza de movimientos de Andrade y la ya conocida solvencia de Molina, otro que jug¨® muy poco el curso pasado, han proporcionado al equipo una seguridad nueva y ese efecto se ha expandido a todas las l¨ªneas. Como conf¨ªa m¨¢s en su defensa, Irureta la tira m¨¢s hacia arriba, sobre todo en los partidos como visitante, en los que el Depor tend¨ªa a acurrucarse al calorcito del ¨¢rea. Los resultados son claros: m¨¢s dominio del juego y m¨¢s fluidez para llegar arriba. Una actitud m¨¢s abierta, en suma.
Todo eso volvi¨® a quedar claro anoche en Atenas. El Depor tuvo el partido donde quiso antes y despu¨¦s del gol. Danz¨® con la pelota ante un AEK extraviado y por momentos hasta se recre¨®. Daba la impresi¨®n de que la victoria ser¨ªa una pura cuesti¨®n de voluntad. En cuanto se lo propusiese, el Deportivo dar¨ªa pasaporte a los griegos, una sensaci¨®n reforzada por la debilidad del rival, un equipo animoso, como su hinchada, con un par de chicos rapidillos y poco m¨¢s. ?Tsartas?. Bueno, entre siesta y siesta le sale alg¨²n pase bastante majo. Pero nadie la va a bajar el sueldo porque su clase est¨¢ muy por encima del resto. Y con un simple apunte, cuando ya se la daba por desaparecido, acab¨® sacando a su equipo del hoyo.
El Depor no acab¨® de rematar el partido, un defecto que le sale espor¨¢dicamente, como si en ocasiones se quedase sin apetito y prefiriese languidecer manoseando el juego. Si algo tienen los griegos es que siempre acaban apareciendo cuando menos razones hay para esperar su visita. Sin descorazonarse por la exhibici¨®n de rango de su rival, el AEK hizo todo lo contrario que el Deportivo. Nunca dej¨® de apretar por muy est¨¦ril que fuese su intento. Y como quien no quiere la cosa acab¨® por meter en problemas al Deportivo a partir del arranque de la segunda parte. No se puede decir que el cuadro de Irureta no fuese advertido. Primero Okkas y luego Ivic se derritieron ante Molina. Pero Tsartas, con toda su desidia, es otra cosa. El ex sevillista resolvi¨® con las luces del choque a punto de apagarse, y la inmensa voracidad de Pandiani acab¨® estrope¨¢ndose por la inapetencia de los dem¨¢s.
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