La 'Cartera' supera a su padre

Tiene 21 a?os, lleva el n¨²mero 35 y juega en el Detroit Shock de la WNBA, la liga profesional femenina. Se llama Cheryl Ford y ha sido elegida novata del a?o despu¨¦s de promediar m¨¢s de 10 puntos y 10 rebotes por partido. Su equipo gan¨® ayer la final de esta competici¨®n ante Los ?ngeles Sparks, campe¨®n los dos ¨²ltimos a?os. Nada de particular hasta aqu¨ª. Su padre decidi¨® asistir el pasado viernes al Staples Center, la cancha del equipo angelino, para ver a su hija en acci¨®n. Un ejercicio de orgullo paterno de los m¨¢s ordinario. Lo llamativo de esta historia est¨¢ en que su pap¨¢ es Karl Malone, El Cartero, el flamante fichaje de los Lakers, que jugar¨¢ en la franquicia Los ?ngeles a partir de octubre en busca de algo que no ha conseguido en casi dos decenios, un t¨ªtulo. Ford, n¨²mero tres del pasado draft, se ha convertido en una estrella del equipo que dirige Bill Laimbeer, un hist¨®rico de lo Bad Boys, los chicos de Detroit que ganaron dos t¨ªtulos consecutivos.

"Cuando nos cruz¨¢bamos con ¨¦l en la calle no nos miraba, era muy doloroso"

La hija de Malone ha sido una de las responsables de la metamorfosis de su equipo. Hace un a?o era el peor conjunto de la liga, tiene un anillo en su poder. En apenas tres meses ya es una arist¨®crata de la WNBA, fue la ¨²nica debutante en ser seleccionada para disputar el All Stars y en el tercer y definitivo partido ante las Sparks (83-78), Cheryl, que acab¨® con diez puntos y once rebotes, result¨® decisiva, puesto que anot¨® cuatro tiros libres en el ¨²ltimo minuto.

Malone, que tambi¨¦n asisti¨® el partido definitivo, presume ahora de ni?a. Hasta hace unos a?os negaba su paternidad. En 1998, cuando el Utah Jazz disputaba la final de la NBA ante el Chicago Bulls, reconoci¨®, al fin, que era el padre de la criatura. Figura destacada del equipo del instituto de Summerfield, Lousiana, el jugador conoci¨® a Bonita Ford con la que tuvo dos hijos, Cheryl y Daryl, en 1981. El Cartero se gradu¨® y fue reclutado por la Universidad de Lousiana Tech. Abandon¨® su pueblo, a Bonita y a sus dos hijos. Ambos tuvieron que soportar la indiferencia de su padre cada vez que coincid¨ªan durante los veranos. Malone ayudaba a su padrastro en una tienda de ultramarinos y en una localidad tan peque?a era inevitable cruzarse con sus dos cr¨ªos. "No nos miraba. Era muy doloroso", asegura Cheryl.

Quiz¨¢ por todo esto, su hija vio con resquemor todo lo que ten¨ªa que ver con el baloncesto. Una casualidad y la insistencia de su madre por tenerla ocupada y mantenerla fuera de problemas fue lo que le hizo practicar este deporte. "Mam¨¢ es la que tiene todo el m¨¦rito de que yo haya llegado hasta aqu¨ª. Ella se empe?¨® en que jugara. Quiero hacerme mi propio nombre. Estoy cansada de o¨ªr siempre lo mismo: Karl Malone, Karl Malone. Eso me pone de los nervios. Me ponen enferma esas preguntas", reconoce Cheryl. Lo cierto es que la comparaci¨®n es inevitable. Ambos han sido estrellas de la misma universidad y hay quien ve cierta similitud en su estilo de juego.

A pesar de lo que pueda parecer, la relaci¨®n padre-hija se ha normalizado. Malone reconoci¨® su pecado de juventud y quiso reconciliarse con sus hijos. "Estuvimos llorando y le preguntamos por qu¨¦. Eso es todo. Quer¨ªamos saber cu¨¢l era la raz¨®n por la que actu¨® as¨ª", dijo su ni?a. Lo cierto es que las explicaciones de Karl Malone convencieron a los hermanos y ahora la relaci¨®n es de lo m¨¢s fluida. El jugador aprovech¨® varios d¨ªas libres durante la temporada pasada para alquilar una avioneta y ver jugar a su hija. Se llaman casi a diario por tel¨¦fono, la jugadora ha visitado a su padre en Salt Lake City y se han entrenado juntos en su granja de ganado de Arkansas. Cuando fue elegida en el draft, el padre no pudo ocultar su felicidad: "Estoy muy orgulloso de ella. Ha salido en tercer lugar, eso muestra lo buena jugadora que es. Aqu¨ª no tienen nada que ver los genes. Todo lo que tiene lo ha conseguido ella Si hay que felicitar a alguien, es a su madre. El m¨¦rito es para Bonita".

Ahora la hija est¨¢ cerca de conseguir en su primera temporada como profesional lo que su padre no ha logrado en 19 temporadas. El jugador de 40 a?os se ha montado en un ¨²ltimo tren, los Lakers. Rodeado de estrellas, O?Neal, Kobe Bryant, Gary Payton, y Phil Jackson como entrenador, intenta conseguir el ansiado t¨ªtulo que no logr¨® con el Utah Jazz. Pero un cierto gafe parece perseguirle y los problemas con la ley de Bryant podr¨ªan empa?ar los planes de la franquicia. De momento, s¨®lo Cheryl ha cumplido el sue?o familiar.