"El control de los auditores no debe ser s¨®lo de sus colegas"
El auditor irland¨¦s defiende la reforma europea y pide un acuerdo con EE UU
La Uni¨®n Europea (UE) ha puesto en marcha una amplia reforma para mejorar la calidad de las auditor¨ªas y recuperar la confianza de los mercados en la informaci¨®n financiera. Este cambio convivir¨¢ a partir del a?o 2005 con la implantaci¨®n de las normas internacionales de contabilidad para todos los grupos cotizados europeos. El irland¨¦s David Devlin lleva menos de un a?o al frente de la Federaci¨®n Europea de Expertos Contables (FEE), una entidad que agrupa a 41 organizaciones nacionales -entre ellas al espa?ol Instituto de Auditores-Censores Jurados de Cuentas- y, a trav¨¦s de ellas, a m¨¢s de 500.000 auditores y que asesora a la Comisi¨®n Europea. La FEE acaba de celebrar su asamblea en Barcelona.
"Tiene que haber un proceso formal, apropiado y seguro que fomente la confianza p¨²blica en la informaci¨®n financiera"
"La vida de las compa?¨ªas es demasiado complicada como para intentar acotarla s¨®lo con reglas concretas"
"Los grupos cotizados saben que deben adaptarse a las normas internacionales de contabilidad en 2005 y se est¨¢n preparando"
Pregunta. Cuando usted fue elegido presidente de la FEE se marc¨® como una de las prioridades de su mandato superar las resistencias de las autoridades estadounidenses a reconocer a los auditores europeos, ?considera cumplido este objetivo?
Respuesta. La posici¨®n de la profesi¨®n es clara. Estamos ansiosos por tener un buen di¨¢logo con las autoridades de Estados Unidos, pero la Uni¨®n Europea prepara su propio programa de reformas, que tiene un car¨¢cter independiente, para mejorar la auditor¨ªa. En Estados Unidos han planteado diferencias y son necesarios los esfuerzos de ambas partes para resolverlas. Es el caso de la necesidad de que las firmas europeas se registren en Estados Unidos o el distinto nivel de protecci¨®n de datos de ambas legislaciones. Lo que queremos es que ambos reguladores lleguen a un acuerdo para evitar que el trabajo se duplique.
P. ?Las auditoras europeas tendr¨¢n que registrarse en Estados Unidos para poder firmar unas cuentas?
R. La ley estadounidense exige que las compa?¨ªas se registren antes de abril del a?o que viene, incluso aunque ya est¨¦n reconocidas por los Estados miembros de la Uni¨®n Europea de acuerdo a una directiva de 1983. Nuestra posici¨®n es que las firmas deben respetar la ley a la que est¨¢n sujetas. Esperamos que las importantes dificultades y desaf¨ªos aparentes que supone la obligaci¨®n de registrarse se resuelvan.
P. Otro reto importante son las Normas Internacionales de Contabilidad (NIC), que deben aplicar los grupos cotizados a partir de 2005, ?est¨¢n las compa?¨ªas europeas preparadas para ese cambio?
R. En general, s¨ª. Los grupos cotizados saben que deben hacerlo para esa fecha y se est¨¢n preparando. La segunda fase, en la que entrar¨ªan las empresas individuales, depende de lo que decida cada legislador nacional. Se trata de una tarea enorme y de un cambio a mejor para alcanzar un lenguaje global com¨²n para todas las compa?¨ªas.
P. En Espa?a muy pocas empresas est¨¢n ya preparadas para este cambio, seg¨²n algunas auditoras, ?en alg¨²n otro pa¨ªs se repite esta situaci¨®n?
R. En algunos pa¨ªses, como Irlanda, las empresas no est¨¢n autorizadas a presentar las cuentas anuales con los est¨¢ndares internacionales. En otros, como Alemania, s¨ª, aunque s¨®lo en el caso de los grupos consolidados. El grado de preparaci¨®n de las empresas europeas ante este cambio s¨®lo se podr¨¢ saber cuando se empiecen a publicar las cuentas bajo estas normas. Por ahora lo ¨²nico que hay es un trabajo de preparaci¨®n para ese cambio.
P. ?Cu¨¢les son las consecuencias principales de la utilizaci¨®n de estas normas?
R. Es muy dif¨ªcil de decir desde una perspectiva europea porque depende de las normas de contabilidad que se aplican en cada pa¨ªs.
P. En Espa?a se ha hablado mucho del efecto de la introducci¨®n del valor razonable, en lugar del tradicional valor en libros, y de la volatilidad que esto puede provocar en el resultado de las compa?¨ªas, ?qu¨¦ efecto tendr¨¢ esto en la evoluci¨®n burs¨¢til de las compa?¨ªas?
R. Podr¨ªa ser as¨ª, pero si se da una mayor volatilidad s¨®lo ser¨¢ como reflejo de hechos econ¨®micos porque las normas internacionales de contabilidad intentan reflejar la evoluci¨®n real de la empresa. La cuesti¨®n es cu¨¢n lejos se va en el valor razonable.
P. ?Hasta d¨®nde se puede llegar en este tipo de valoraci¨®n que no depende de lo que se ha pagado por un bien?
R. La semana pasada se public¨® una nueva interpretaci¨®n sobre esta cuesti¨®n. El debate no ha acabado a¨²n.
P. La organizaci¨®n que usted preside asesora a la UE en materia de auditor¨ªa y contabilidad, ?cu¨¢les son las prioridades para mejorar la calidad e imagen de esta profesi¨®n, tan castigada tras los esc¨¢ndalos empresariales, en Europa?
R. Hay tres cambios fundamentales en marcha. El primero es la reforma de la Octava Directiva, que regula la auditor¨ªa desde hace 20 a?os, para sentar las bases para que cada Gobierno pueda legislar, as¨ª como para reforzar el sistema de control de calidad de las auditor¨ªas. El segundo cambio importante es el uso de est¨¢ndares comunes de auditor¨ªa. La idea es que en la Uni¨®n Europea contemos con un lenguaje com¨²n que adem¨¢s sea global en 2005. La tercera cuesti¨®n tiene que ver con la supervisi¨®n p¨²blica del trabajo de los auditores. Como el Instituto de Contabilidad y Auditor¨ªa de Cuentas (ICAC) en Espa?a, creemos que los auditores no deben estar controlados s¨®lo por sus colegas. Hay que vigilar que las auditor¨ªas sean correctas y cumplan los requisitos de calidad y contar con un sistema que permita investigar los fallos.
P. ?Y castigar si llega el caso?
R. Antes tiene que haber un proceso formal, una investigaci¨®n que siga un procedimiento apropiado y seguro que fomente la confianza p¨²blica en la informaci¨®n financiera y en la auditor¨ªa.
P. ?La UE hubiera impulsado todas estas reformas si no se hubieran producido esos esc¨¢ndalos en EE UU?
R. S¨ª. El proceso de revisi¨®n empez¨® en 1996 y se han producido dos recomendaciones, de car¨¢cter voluntario: una sobre el sistema de calidad de las auditor¨ªas y otra sobre la independencia del auditor. La decisi¨®n ha sido construir un sistema que no est¨¦ s¨®lo basado en reglas estrictas, sino tambi¨¦n en principios que aseguren que no se dan ciertos comportamientos. En EE UU prefirieron un sistema muy reglado de tal forma que si algo no estaba expresamente prohibido, se pod¨ªa hacer.
P. ?C¨®mo se define la independencia del auditor en la UE?
R. Es un conjunto de principios de actuaci¨®n, restricciones y prohibiciones. Por ejemplo, un auditor no debe tener acciones de su cliente, ?pero qu¨¦ pasa si las tiene su mujer o su madre? La vida es demasiado complicada para intentar acotarla s¨®lo con reglas concretas.
P. Al rebufo a esas normas europeas y de los esc¨¢ndalos en Estados Unidos, los distintos Gobiernos europeos tambi¨¦n han decidido reformar sus leyes de auditor¨ªa. En el caso espa?ol, algunos aseguran que la nueva regulaci¨®n favorece la concentraci¨®n, ?cu¨¢l es su opini¨®n?
R. No conozco al detalle la reforma espa?ola, pero ¨¦sa no es desde luego la intenci¨®n de las autoridades europeas.
P. ?Pero existe ese peligro?
R. Desde luego no es ¨¦sa la intenci¨®n y tampoco estoy seguro de que sea un peligro.
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El debate de la autorregulaci¨®n
La sucesi¨®n de esc¨¢ndalos empresariales, hasta la quiebra de Enron y la desaparici¨®n de Andersen, una de las grandes firmas globales de auditor¨ªa, ha cerrado de momento el debate sobre la autorregulaci¨®n de los auditores. La p¨¦rdida de credibilidad de la profesi¨®n, que durante a?os ha reclamado una mayor capacidad para decidir las normas que regulan su actividad, ha tenido como consecuencia la creaci¨®n de un organismo supervisor en Estados Unidos, el pa¨ªs que m¨¢s claramente hab¨ªa apostado por esta soluci¨®n.
El debate ahora est¨¢ en la forma que deber¨ªa adquirir ese organismo. En Espa?a es el Instituto de Contabilidad y Auditor¨ªa de Cuentas (ICAC), que depende del Ministerio de Econom¨ªa, el encargado de esta cuesti¨®n. La posici¨®n de David Devlin, presidente de la Federaci¨®n Europea de Expertos Contables (FEE), al respecto se queda a medio camino entre la autorregulaci¨®n pura y dura y la supervisi¨®n p¨²blica.
Pregunta. ?Est¨¢ de acuerdo con que debe ser un organismo p¨²blico el encargado de supervisar la actividad de los auditores en lugar de que sea la propia profesi¨®n quien se autorregule?
Respuesta. Depende de c¨®mo sea ese organismo. Si se trata de un organismo exclusivamente gubernamental, no estoy de acuerdo. Ser¨ªa mejor que en el mismo hubiera una participaci¨®n m¨¢s amplia. Lo que buscamos en la Uni¨®n Europea (UE) es que esa supervisi¨®n la ejerza un organismo fuerte; de car¨¢cter europeo, porque ning¨²n pa¨ªs tiene la exclusiva sobre los esc¨¢ndalos empresariales; y en el que se sentaran todos los profesionales interesados en la informaci¨®n financiera: la Administraci¨®n, los profesionales, los peque?os accionistas, los organismos supervisores...
P. Estados Unidos, que era el gran defensor de la autorregulaci¨®n de la profesi¨®n, acaba de crear un organismo para supervisar el trabajo de los auditores, ?cu¨¢l es su opini¨®n al respecto?
R. La creaci¨®n de este organismo fue una decisi¨®n del Congreso en reacci¨®n a una sucesi¨®n de esc¨¢ndalos empresariales muy graves. Es una decisi¨®n de otro pa¨ªs y no creo que sea apropiado comentar su decisi¨®n.
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