Ahold tropieza de nuevo

Ahold no consigue levantar cabeza. Implicado desde febrero en un esc¨¢ndalo financiero, el grupo holand¨¦s de distribuci¨®n ha cerrado una semana negra con p¨¦rdidas sustanciosas en su supermercado bandera, Albert Heijn, y acosado por las cr¨ªticas. Y todo por el sueldo de su nuevo presidente, Anders Moberg, que iba a ganar 10 millones de euros en su primer a?o de trabajo.

Moberg pact¨® un salario de 10 millones de euros, pero ha tenido que renunciar a parte del dinero ante las cr¨ªticas de consumidores y accionistas

En un pa¨ªs donde la sobriedad es una virtud y el ahorro casi un don, la publicaci¨®n de los ingresos del hombre contratado para sacar a flote a la compa?¨ªa ha provocado la repulsa nacional. Consumidores an¨®nimos irritados por la ostentaci¨®n de un salario tal alto cuando el Gobierno ha anunciado recortes presupuestarios en todos los sectores; accionistas imbuidos de una nueva rectitud que parec¨ªa sobrepasar sus l¨®gicos intereses econ¨®micos y hasta el ministro de Econom¨ªa, Laurens-Jan Brink-horst, han aireado su malestar con consecuencias inesperadas.

Acosado, el sueco Moberg ha renunciado a las indemnizaciones para un posible despido y a todas las garant¨ªas econ¨®micas pactadas. Su valedor directo, Henny de Ruiter, presidente del consejo de vigilancia de Ahold, ha tenido menos suerte. Era el responsable del nombramiento de Moberg y la crisis le ha costado el cargo.

Aunque la tormenta no se ha disipado del todo, el nuevo tropiezo de Ahold ha demostrado que las empresas que dependen del consumidor para subsistir no pueden ignorarle para crecer. En plena lluvia de cr¨ªticas contra el grupo y sus m¨¢s altos ejecutivos, los analistas holandeses compararon la situaci¨®n de Ahold con la padecida por Shell, la multinacional del petr¨®leo, en 1995. En aquella ocasi¨®n la ira popular se desat¨® cuando la firma decidi¨® hundir en el oc¨¦ano una plataforma llamada Brent Spar. De poco sirvieron los informes cient¨ªficos que justificaban el naufragio controlado que preparaban porque no contaminar¨ªa el entorno marino. La campa?a en contra cont¨® con apoyo internacional y la petrolera tuvo que rendirse ocho semanas despu¨¦s del boicoteo sistem¨¢tico de sus gasolineras en Europa. Ahold ha demostrado que no aprendi¨® la lecci¨®n, si bien ha tratado de corregirse con mayor prontitud.

Semana de p¨¦rdidas

En su caso, ha bastado una semana de p¨¦rdidas en los supermercados Albert Heijn, con 730 sucursales en Holanda y una facturaci¨®n de 110 millones de euros semanales a escala nacional, para que el nuevo patr¨®n y los antiguos directivos cedieran posiciones. "Los beneficios de Albert Heijn bajaron un 5% la pasada semana (unas p¨¦rdidas de cinco millones de euros). Es pronto para saber qu¨¦ consecuencias tendr¨¢ para la casa", se?alaron los portavoces del supermercado. "El boicoteo es evidente. Hasta los empleados est¨¢n molestos por el salario de Moberg, aunque eso ponga en peligro su trabajo si la gente compra menos", afirmaron desde la Confederaci¨®n Nacional de Sindicatos. Peter Paul de Vries, director de la asociaci¨®n de accionistas, planteaba una duda a¨²n por disipar. ?Cu¨¢nto dinero real ganar¨¢ Anders Moberg?

Seg¨²n calculan los economistas holandeses, su renuncia a ciertos beneficios no incluir¨ªa los cinco millones de euros derivados de la acciones y opciones que recibi¨® al ser contratado. Tampoco se toca su sueldo base de 1,5 millones de euros, ni una bonificaci¨®n de 3,75 millones de euros que recibir¨ªa en funci¨®n de la buena marcha de Ahold. Nadie duda de la ardua tarea que afronta, con la presentaci¨®n de sus primeras cuentas auditadas a finales de mes y una deuda pendiente de 12.000 millones de euros. Antes de febrero deber¨¢ renegociar el cr¨¦dito bancario de 2.650 millones de euros recibido cuando se supo que las irregularidades contables sumaban 970 millones. Y este mismo mes vence el plazo para el reembolso de 678 millones en obligaciones convertibles. Un panorama desalentador donde podr¨ªan emitirse t¨ªtulos o bien vender parte de los activos en Espa?a -con 14.200 empleados y 600 tiendas-, Portugal y otros pa¨ªses de Europa oriental.

Lo que no se le ha perdonado a Moberg es el punto de arrogancia con que justificaba su salario en plena recesi¨®n. En cuanto a Henny de Ruiter, apodado hasta ahora el "gran desconocido", lo que le ha perdido es la aparente pretensi¨®n de que los problemas financieros de Ahold, despidos incluidos, no entorpec¨ªan la firma de un contrato tan alto.