Bertolucci vuelve al lugar de sus sue?os
El cineasta italiano presenta en San Sebasti¨¢n 'So?adores', un filme sobre Mayo del 68 en Par¨ªs
A sus 62 a?os, Bernardo Bertolucci ha vuelto a Par¨ªs, al lugar de sus sue?os y sus pasiones, al Par¨ªs de las barricadas y los ideales de Mayo del 68. Y lo ha hecho con So?adores, su ¨²ltima pel¨ªcula, que ayer present¨® en la secci¨®n Perlas de Zabaltegi del Festival de San Sebasti¨¢n y que supone un emotivo homenaje a esa generaci¨®n de las barricadas y una reivindicaci¨®n de todo lo que consiguieron aquellos j¨®venes para sus hijos y nietos.
"Hay un cierto revisionismo que tiende a rechazar el Mayo del 68, a negar el impacto y los efectos que tuvo. Quiz¨¢s porque aquellos que lo vivieron lo vivieron como algo fallido y eso es un error hist¨®rico y, sobre todo, una gran injusticia. Quien como yo ha vivido antes de esa fecha, sabe que la vida era muy distinta, que la sociedad estaba llena de peque?as autoridades y que las relaciones entre los hombres y las mujeres y, sobre todo, la presencia y la revoluci¨®n de la mujer han cambiado mucho. Es triste e injusto que as¨ª sea. A lo mejor es que muchos de los l¨ªderes de entonces se encuentran ahora en el otro bando", se lament¨® el cineasta italiano en un encuentro con la prensa.
"Desde que la pol¨ªtica ha sido desprovista de la ideolog¨ªa, me apasiona mucho menos"
"Me pregunt¨¦ hablando con j¨®venes de hoy c¨®mo es posible que desconocieran todo lo que sucedi¨®"
?l s¨ª que no ha cambiado de bando. Aunque parece algo cansado y tiene dificultades al caminar, por una reciente operaci¨®n de hernia discal, lo que no ha perdido Bertolucci es energ¨ªa y pasi¨®n. Ayer confes¨® que la raz¨®n de su pel¨ªcula ha sido la de hablar a los "muchachos y muchachas de hoy" de lo que fueron aquellos a?os y no tanto a los personajes que la vivieron. "Me pregunt¨¦ hablando con j¨®venes de hoy, que son los hijos de aquella generaci¨®n, que c¨®mo es posible que desconocieran todo lo que sucedi¨® en aquellos a?os, que c¨®mo los padres no les hab¨ªan contado nada a sus hijos".
?l ten¨ªa 27 a?os cuando vivi¨® en Par¨ªs aquellos acontecimientos en los que el "mundo comenz¨® a ser distinto", pero su pretensi¨®n no ha sido la de hacer un filme hist¨®rico, sino una especie de "m¨¢quina del tiempo". "He querido volver al pasado pero manteniendo una presencia en el presente", a?adi¨® Bertolucci. Por ello, el cineasta asegura que ha llevado a tres j¨®venes de hoy, los actores Michael Pitt, Eva Green y Louis Garrel, a un cuerpo a cuerpo con el tel¨®n de fondo de aquellos a?os.
So?adores, basada en la novela The holy innocents (1988), de Gilbert Adair, narra la exploraci¨®n y los experimentos sexuales y emotivos de tres j¨®venes, dos hermanos gemelos franceses y un estudiante americano, solos durante un mes en un apartamento de Par¨ªs, en plena primavera del 68. Los tres estudiantes, grandes amantes del cine, se prueban mutuamente para saber hasta d¨®nde son capaces de llegar. El filme incluye algunas im¨¢genes de las aut¨¦nticas manifestaciones de Mayo del 68 y varias escenas de grandes pel¨ªculas, con las que sue?an y se identifican los protagonistas.
"Aqu¨ª naci¨® el cine moderno", dice uno de los protagonistas de So?adores. Ese aqu¨ª se refiere a Par¨ªs, donde Bertolucci ya rod¨® dos de sus grandes pel¨ªculas: El conformista (1971) y El ¨²ltimo tango en Par¨ªs (1972). "Estoy muy influido por el cine franc¨¦s y la nouvelle vague y, adem¨¢s, Par¨ªs es siempre Par¨ªs", confes¨® sobre su amor por la ciudad francesa.
"Si antes era justo rebelarse, tambi¨¦n es justo rebelarse hoy", asegur¨® un Bertolucci guerrero, que defendi¨® y se alegr¨® de las movilizaciones antiglobalizaci¨®n en ciudades como G¨¦nova o Seattle, muy similares, dijo, a las que ¨¦l vivi¨® hace 35 a?os. Por ello quiso terminar su pel¨ªcula con una carga policial por las calles de Par¨ªs de 1968. "?se es el cord¨®n umbilical entre el 68 y las manifestaciones de G¨¦nova o Seattle. No hay diferencias entre los polic¨ªas que corr¨ªan entonces detr¨¢s de los estudiantes y los que lo hacen hoy". Bertolucci no se qued¨® ah¨ª e hizo una elocuente defensa de la palabra ideolog¨ªa, degradada, en su opini¨®n, en el lenguaje actual. "Desde que la pol¨ªtica ha sido desprovista de la ideolog¨ªa, me apasiona mucho menos la pol¨ªtica", asegur¨®.
La pel¨ªcula, que se estrenar¨¢ en Espa?a el pr¨®ximo 17 de octubre, sufrir¨¢ un corte de dos minutos, con las im¨¢genes de sexo m¨¢s expl¨ªcitas, para poder ser proyectada en Estados Unidos, con la calificaci¨®n de NC17. "Yo creo que tambi¨¦n ha contribuido el clima que se vive hoy en Estados Unidos, que es muy grave", asegur¨® el director, quien mostr¨® su rechazo a que la pel¨ªcula se pueda calificar de obscena. "La obscenidad surge en el momento en que el sexo es cubierto con una hoja de parra", defendi¨®.
Y como tiene tanto miedo de imitarse a s¨ª mismo, Bertolucci siempre se aleja con cada nuevo proyecto del anterior -"no consigo repetir la misma pel¨ªcula como muchos directores a los que, por otra parte, admiro mucho y que se ocupan siempre de los mismos temas"-, y ahora se trasladar¨¢ de nuevo a Italia y a finales del siglo XVI. Lo har¨¢ con una pel¨ªcula que, bajo el t¨ªtulo de Infierno y para¨ªso, rodar¨¢ en N¨¢poles sobre un m¨²sico de finales del siglo XVI descubierto por Stravinski.
Adoquines fuera
La Facultad de Medicina de la Sorbona, en Par¨ªs, se llen¨® de nuevo con banderas rojas, pintadas pidiendo "la imaginaci¨®n al poder" y carteles de Marx, Mao y Trotski. ?ste es uno de los escasos detalles que enmarcan la pel¨ªcula de So?adores en el Par¨ªs de hace 35 a?os. "No voy a hacer una pel¨ªcula hist¨®rica. Quiero el esp¨ªritu del 68, pero no pretendo una reconstrucci¨®n", advirti¨® Bernardo Bertolucci a los encargados de producci¨®n del filme.
Poco amigo de rodar en estudios, Bertolucci rod¨® So?adores ¨ªntegramente en localizaciones reales -"las limitaciones de un lugar aut¨¦ntico son siempre muy estimulantes", explica-, y este deseo trajo de cabeza a la producci¨®n del filme, dados los problemas log¨ªsticos que conlleva lograr permisos de rodaje en una gran ciudad y, m¨¢s en este caso, con escenas de manifestantes arrojando adoquines y volcando coches y las fuerzas del orden disparando balas de goma y ca?ones de agua. Sin embargo, el barrio de Saint Germain, escenario en el 68 de graves disturbios, no se pudo utilizar porque el alcalde de Par¨ªs decidi¨® eliminar todos los adoquines de las calles. En la actualidad, s¨®lo es posible encontrar adoquines en los barrios adinerados de la capital francesa, donde no hay estudiantes. All¨ª se tuvieron que ir a rodar en el mes de agosto, cuando Par¨ªs se queda algo m¨¢s vac¨ªo.
Y de la calle a un apartamento h¨²medo e impersonal -del mismo estilo, pero habitado, al que el director italiano utiliz¨® en El ¨²ltimo tango en Par¨ªs, con Marlon Brando y Maria Schneider-, donde los tres j¨®venes estudiantes se enzarzan en todo tipo de est¨ªmulos y juegos sexuales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.