ETA busca una alternativa a Batasuna
Tras un a?o ilegalizada, la organizaci¨®n ha perdido influencia y una importante fuente de financiaci¨®n
?Y ahora qu¨¦? ?sta es la pregunta que las gentes de Batasuna se hacen desde hace meses, el interrogante que pesa sobre los antiguos dirigentes liberados de esa formaci¨®n que a los 40 a?os se encuentran ahora en la necesidad forzosa de rehacer su vida laboral. La empresa Batasuna, la firma de la asociaci¨®n pol¨ªtica que cobijaba a efectos formales a buena parte de los asalariados de ese partido, est¨¢ pr¨¢cticamente en quiebra. El 23 de diciembre ¨²ltimo, la Direcci¨®n General de Trabajo resolvi¨® favorablemente un expediente de regulaci¨®n de empleo presentado por Batasuna para rescindir un total de 39 contratos de sus empleados en las sedes, hoy clausuradas, de Bilbao, San Sebasti¨¢n, Vitoria y Pamplona. No deja de ser un dato de alto valor simb¨®lico, aunque se sabe que muchos de sus liberados trabajan con contratos verbales, fuera de la formalidad, y que las finanzas no discurren ah¨ª forzosamente por los cauces convencionales.
El brazo pol¨ªtico de la banda terrorista trata de camuflarse bajo nuevas siglas
La formaci¨®n asiste con perplejidad a la reducci¨®n de su capacidad movilizadora
La ilegalizaci¨®n le ha hecho perder 49 alcald¨ªas y la gesti¨®n de 190 millones de euros
Un a?o despu¨¦s de su suspensi¨®n, cuatro meses m¨¢s tarde de las elecciones municipales y forales, Batasuna aparece sumida en el marasmo econ¨®mico, organizativo y pol¨ªtico, pero decidida a no romper sus amarras con ETA, a reconstruir las piezas que componen ese puzzle de organizaciones, estructuras sectoriales y empresas perfectamente adaptadas al n¨²cleo central de la organizaci¨®n terrorista, seg¨²n afirman distintas fuentes pr¨®ximas a esos grupos y de acuerdo a documentos de ETA y de Batasuna.
Defenestrada de gran parte de los ayuntamientos y de las instituciones provinciales, privada de gran parte de sus sedes y de la casi totalidad de las fuentes de financiaci¨®n p¨²blica, el brazo pol¨ªtico de ETA ha comenzado a trazar el nuevo camino de la Batasuna Berri (Nueva Batasuna) que pasa por camuflarse bajo nuevas siglas y nuevos compa?eros de viaje. Se trata de burlar la prohibici¨®n, evitar la marginaci¨®n que conlleva la vida clandestina, conservar su espacio electoral y pol¨ªtico amenazado por el plan Ibarretxe y aprovechar las nuevas posibilidades que brinda te¨®ricamente el enfrentamiento soberanista con Espa?a.
Como si permaneciera todav¨ªa bajo los efectos del shock postraum¨¢tico de la ilegalizaci¨®n, Batasuna asiste, eso s¨ª, con perplejidad a la reducci¨®n de su probada capacidad movilizadora. Porque, lejos de provocar una oleada incontenible de din¨¢micas solidarias que desembocara en la anhelada imagen de la "Euskadi en llamas", su expulsi¨®n del sistema democr¨¢tico ni siquiera ha logrado movilizar verdaderamente a su gente. Se comprueba en las manifestaciones que convocan una y otra vez tratando de tomarle la temperatura a su cuerpo electoral, en el fracaso ante objetivos m¨¢s modestos como el de crear cadenas humanas en las capitales, en la indiferencia general con que se contempla su infortunio. La tibieza de la respuesta contiene, sin duda, una cr¨ªtica interna a la conducta suicida que ha conducido a la ilegalizaci¨®n, pero no cabe esperar que las direcciones de Batasuna o de ETA -cuerpos simbi¨®ticos surgidos de la misma matriz-, extraigan de ah¨ª conclusiones autocr¨ªticas. Todo lo m¨¢s, la constataci¨®n de esa desafecci¨®n creciente hacia el uso de la violencia terrorista que observan en sus filas y el prop¨®sito de sellar las grietas y aplastar las dudas, disciplinadamente.
En el Zutabe (bolet¨ªn interno de ETA), fechado en abril ¨²ltimo, se indicaba lo siguiente: "Dentro de la izquierda abertzale ha aparecido la duda sobre la eficacia de la lucha y sus instrumentos. Hay que recuperar el valor pol¨ªtico de la lucha, activar la posibilidad-oferta para luchar (reclutamiento). A veces parece que se est¨¢ perdiendo la conciencia de opresi¨®n que durante muchos a?os ha vivido la izquierda abertzale, andando cabizbajos ante el uso de la lucha armada, meti¨¦ndonos y perdi¨¦ndonos en confusiones ling¨¹¨ªstico-¨¦ticas como consecuencia de la presi¨®n medi¨¢tica. La izquierda abertzale debe afinar mucho el discurso que utiliza sobre la lucha armada, es decir, dando fuerza y coherencia a los argumentos. Se necesita la renovaci¨®n-actualizaci¨®n de todos los tipos de lucha, explicando la complementariedad entre ellos".
La reaparici¨®n de la violencia callejera es significativo, igual que el notable incremento en los ¨²ltimos meses del chantaje econ¨®mico a empresarios y profesionales. En su documento interno "Eta orain zer?" (?Y ahora qu¨¦?) la direcci¨®n de Batasuna dice que la nueva fase pol¨ªtica exige "el cumplimiento de una primera condici¨®n indispensable en estos casos: situar a todas las fuerzas de la izquierda abertzale en la misma direcci¨®n".
La clausura de las sedes dictada por el juez Baltasar Garz¨®n -Batasuna tiene actualmente embargados un total de 220 inmuebles, incluyendo lonjas, garajes y hasta una nave industrial- supuso, desde luego, un duro golpe organizativo, pero el quebranto mayor reside en la p¨¦rdida de la casi totalidad de su representaci¨®n local y provincial.
La ilegalizaci¨®n de las candidaturas municipales presentadas generalmente a nombre de AuB le ha hecho perder las 49 alcald¨ªas con que contaba en la Comunidad Aut¨®noma Vasca y en Navarra, y con ellas, la gesti¨®n de una suma presupuestaria que supera los 190 millones de euros. Esto ¨²ltimo tiene su importancia, no s¨®lo por el poder y la influencia local que conllevan, sino tambi¨¦n porque todos los ayuntamientos de Batasuna entregaban anualmente partidas millonarias, en pesetas, a su particular asociaci¨®n de municipios Udalbiltza y a los denominados comit¨¦s de derechos humanos de los presos, un dinero incontrolado que engrasaba las estructuras internas de ese mundo.
Las ayudas econ¨®micas que el Gobierno vasco acaba de aprobar para los traslados de familiares de presos llegan, por lo tanto, en un momento muy oportuno, aunque no les est¨¢ impidiendo reclamar, y obtener en algunos casos, de los ayuntamientos nacionalistas nuevas partidas para los presos. En el caso de la Udalbiltza de Batasuna, el dinero se pierde a trav¨¦s de ¨®rganos pantalla: Partzuergo (consorcio) Udalbiltza y Euskal Garapen eta Cohesioa Fondoa, del que surge la sociedad Zuberoa 2.010, para desembocar, al parecer, en empresas ubicadas en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s, m¨¢s all¨¢ del ¨¢mbito de los tribunales espa?oles.
Aunque algunas de las candidaturas municipales lograron atravesar el filtro judicial, el brazo pol¨ªtico de ETA, que contaba con 890 concejales, se ha quedado fuera de la gran mayor¨ªa de los ayuntamientos y de los parlamentos provinciales, sin m¨¢s representaci¨®n institucional que la que seguir¨¢ manteniendo en la C¨¢mara de Vitoria en tanto no se convoquen elecciones auton¨®micas. En el plano econ¨®mico, el quebranto es enorme, nada comparable, desde luego, con la intervenci¨®n judicial de las cuentas corrientes, vaciadas previsoramente, por lo dem¨¢s, en las fechas anteriores a la ilegalizaci¨®n. Al mill¨®n largo de euros anuales que cobraban de la Administraci¨®n vasca en concepto de subvenci¨®n para el funcionamiento del partido y de ayudas a los grupos municipales, hay que sumar los sueldos o retribuciones a sus concejales y junteros, una cifra dif¨ªcil de cuantificar dadas las diferencias existentes entre los peque?os y grandes municipios. A t¨ªtulo indicativo, las retribuciones a los concejales en el Ayuntamiento de San Sebasti¨¢n permit¨ªan a Batasuna ingresar m¨¢s de 11.000 euros mensuales y mantener a cuatro liberados, as¨ª como disponer de la infraestructura municipal: local, tel¨¦fonos, ordenadores y otros muchos medios. Los cargos de Batasuna reintegran a su partido la parte de sus retribuciones que exceden del salario asignado, generalmente modesto.
Las fuentes oficiales de financiaci¨®n se le han secado, pues, completamente -el Gobierno central hace tiempo que no subvenciona a Batasuna hasta el punto de que la te¨®rica deuda acumulada alcanzar¨ªa una cifra que portavoces de ese partido sit¨²an por encima de los 1.500 millones de pesetas-, pero no parece que la penuria haya llegado todav¨ªa al punto de tener que rascar el fondo de la caja. Antes de la disoluci¨®n, los ayuntamientos controlados por Batasuna se apresuraron a librar las partidas que les interesaban y a blindar, a poder ser con la condici¨®n de funcionario municipal, la situaci¨®n laboral de aquellos de sus simpatizantes contratados. Dinero hay, por lo visto, aunque el panorama se presente muy oscuro y se imponga una econom¨ªa de subsistencia. De hecho, el n¨²mero de liberados, antes muy abultado, se ha reducido dr¨¢sticamente, a una veintena.
"Hay que dar especial importancia al apartado econ¨®mico. En adelante, Batasuna va a tener tremendas dificultades para hacer frente a sus necesidades econ¨®micas, ya que todo lo procedente de las instituciones ha desaparecido", se indica en el documento ?Y ahora qu¨¦?, que resume la incipiente reflexi¨®n interna. "Por ello", se subraya, "desde ya tenemos que abordar en todos los pueblos y barrios el reto para la consecuci¨®n de batasunakides [compa?eros de Batasuna] garantizando las cantidades que se establecer¨¢n para cada lugar y, por otro lado, analizar todas las posibilidades para conseguir nuevos recursos econ¨®micos propios". Trat¨¢ndose de Batasuna, el problema, con ser agobiante, no es seguramente irresoluble, pese a que, de momento, las asignaciones a presos de ETA se han rebajado en un tercio, de 150 a 100 euros. Adem¨¢s, siempre queda LAB, el sindicato de Batasuna, fuera del proceso de ilegalizaciones y que conserva sus sedes y su estructura, y la costumbre de gestionar el dinero del conglomerado.
Pero, pese a que en la fachada y en buena parte de la estructura del edificio cuelga el cartel de "cerrado por derribo", Batasuna est¨¢ decidida a aguantar el tir¨®n. "No es lo mismo matar al jabal¨ª que herirlo y enfrentarse a su furia", escribe el dirigente Floren Aoiz en Gara, el diario de que en estos tiempos dif¨ªciles cumple m¨¢s que nunca la funci¨®n de agrupar, ordenar, oxigenar y confortar ideol¨®gicamente a las gentes de la denominada izquierda abertzale. En sus documentos internos, tanto ETA como Batasuna insisten en la idea de que hay que mantener como sea a flote a la organizaci¨®n pol¨ªtica. "El principal reto ser¨¢ mantener y reforzar la actividad de organizaciones y agentes ilegalizados por Espa?a", establece ETA en su ¨²ltimo Zutabe, de junio pasado.
Dentro de la cat¨¢strofe pol¨ªtica y econ¨®mica que supuso su exclusi¨®n de la gran mayor¨ªa de los ayuntamientos, Batasuna ha encontrado consuelo y esperanza en los votos -164.000 seg¨²n sus cuentas- que cosecharon infructuosamente las candidaturas alternativas de AuB en las elecciones municipales y forales de mayo. Quiere ver ah¨ª un punto de inflexi¨®n ante la seductora ofensiva del soberanismo de Ibarretxe, la trinchera en la que articular la contraofensiva. Anuladas como subterfugios que eran de la disuelta Batasuna, esas plataformas reunieron tambi¨¦n a j¨®venes y a otras gentes que estaban descolgadas de esa formaci¨®n. Y es ah¨ª, desde esas plataformas que no reconocen legitimidad a las nuevas corporaciones locales, que exigen poder intervenir en la vida municipal y que se les otorgue el n¨²mero de concejales que le correspond¨ªa de no haber sido anulados sus votos, donde Batasuna pretende levantar el vuelo, reconstruir su desmoronado edificio. As¨ª que la nueva Batasuna tratar¨¢ de resurgir de los pueblos, donde su presencia e influencia es considerablemente superior.
Lo explican en su documento interno: "Afortunadamente, tras las elecciones, adem¨¢s de Batasuna tenemos las plataformas que han ido cre¨¢ndose pueblo por pueblo. Esas plataformas locales tienen el respaldo y la legitimidad que les han dado miles de votantes y ah¨ª, las gentes de Batasuna trabajan codo con codo con otras muchas personas. Como se han dotado de un herri programa [programa popular] han adquirido ante su pueblo un compromiso, as¨ª que el reto ser¨¢ trabajar y desarrollar ese herri programa y tratar de sacarlo adelante", indican en un tono voluntarista que se compadece poco con la escasa actividad mostrada ahora. Por si quedaba alguna duda, Batasuna se reserva expresamente el papel de "referente y oferta pol¨ªtica" de todos esos sectores y personas que con su voto en esas "circunstancias tan dif¨ªciles" habr¨ªan mostrado su alto compromiso con la causa.
De todas formas, ellos mismos escriben que "el mayor riesgo de esta nueva situaci¨®n es el de no ser capaces de hacer frente a la ofensiva del Estado, de impedir que en los pueblos se normalice la vida pol¨ªtica sin nuestra presencia". Y a?aden: "No hay f¨®rmulas m¨¢gicas y no tendremos presencia ni incidencia pol¨ªtica si no nos dedicamos al trabajo local". La direcci¨®n de Batasuna invita a sus militantes a servirse de los ayuntamientos disponibles para hacerse con medios e instrumentos necesarios en el conjunto de las estructuras. A pesar de que ya no tiene casi alcaldes y s¨®lo dispone de concejales en municipios peque?os, el brazo pol¨ªtico de ETA quiere mantener su asociaci¨®n de municipios Udalbiltza como eje de su estructura pol¨ªtica, s¨®lo que ahora estar¨¢ compuesto por regidores y ediles que "deber¨ªan haber sido elegidos" de no mediar "el pucherazo".
De ese mismo Udalbiltza, Batasuna y ETA van a sacar su nuevo conejo de la chistera: el Foro Nacional de Debate, un "instrumento para la acumulaci¨®n y estructuraci¨®n de fuerzas", dicen, que convocar¨¢ a todos los independentistas con el prop¨®sito de crear una nuevo Lizarra adaptado a la situaci¨®n actual. "Hay que construir una alianza estrat¨¦gica y un marco de trabajo en com¨²n entre personas y agentes favorables al reconocimiento de Euskal Herria. Hay que buscar la forma de conseguir la adhesi¨®n institucional al proceso y darle un sentido y una direcci¨®n colectiva, para lo cual habr¨¢ de dise?arse una estrategia popular". Lo que se perfila es un proyecto de organismo con vocaci¨®n movilizadora que d¨¦ asiento estable a Batasuna dentro del proceso soberanista y le permita empujar y condicionar el plan Ibarretxe. El brazo pol¨ªtico de ETA ya ha hecho sus primeros sondeos. Seg¨²n fuentes de Batasuna, de entrada, el sindicato ELA parece dispuesto a participar, mientras que el PNV duda, se lo piensa. En el Zutabe de abril ¨²ltimo, ETA establece que, adem¨¢s de resistir, "la izquierda abertzale debe recuperar sus signos ideol¨®gicos: Autodeterminaci¨®n, Di¨¢logo, Paz...".
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