Gasto moderado e inmovilismo fiscal
El Presupuesto deja abiertas varias inc¨®gnitas sobre su consecuci¨®n
Las preguntas b¨¢sicas sobre el Presupuesto pueden resumirse en dos. La primera es si tiene un car¨¢cter expansivo o restrictivo; la segunda es, sea restrictivo o expansivo, qu¨¦ actividades econ¨®micas pretende estimular o salvaguardar. Es un mal s¨ªntoma que de la lectura de los ¨²ltimos Presupuestos Generales del Estado, incluyendo el correspondiente a 2004, no se deriven respuestas claras a ambas cuestiones. Sostiene Crist¨®bal Montoro que el Presupuesto es restrictivo, puesto que pretende equilibrar ingresos y gastos con un crecimiento "muy moderado" de los gastos (4,3% de aumento). Pero puesto que los efectos sobre la inflaci¨®n de Presupuestos similares -el de 2003 sin ir m¨¢s lejos- son inexistentes, cabe preguntarse, con los m¨¢s ortodoxos, si un presupuesto restrictivo de verdad no deber¨ªa presentar un super¨¢vit de al menos un punto del PIB.
La segunda cuesti¨®n tiene una respuesta muy confusa en el Presupuesto 2004. Los crecimientos de las partidas para Sanidad (3.569,86 millones de euros, con un crecimiento del 5,9% en t¨¦rminos de presupuesto inicial), Justicia (1.116,93 millones de euros, el 7,5% de aumento), Seguridad ciudadana ( 5.749,86 millones de euros, con un aumento del 6%) o Infraestructuras (8.086 millones de euros, el 6,4% m¨¢s) no van a resolver los problemas de la lentitud o ineficacia de los tribunales, de las listas de espera, del mantenimiento de las carreteras o el aumento de los delitos. La apuesta es demasiado tibia para que sea eficaz.
V¨¦ase al respecto la partida de inversi¨®n p¨²blica destinada a Investigaci¨®n. Despu¨¦s de los fracasos estrepitosos de los planes Info XXI -versiones 1999 y 2001-, el Gobierno se descuelga con una partida para Investigaci¨®n de 2.132 millones de euros, con un crecimiento de apenas el 7,3%. ?Pretende el Gobierno que la deplorable situaci¨®n de la I+D en Espa?a se corregir¨¢ con 145 millones de euros m¨¢s el pr¨®ximo a?o?
Una conclusi¨®n provisional es que los autores del Presupuesto 2004, como el anterior, renuncian a utilizar las cuentas p¨²blicas como instrumento de pol¨ªtica econ¨®mica.
El cuadro macroecon¨®mico introduce ya serias distorsiones en origen. Como suced¨ªa en el Presupuesto de 2003, resulta improbable contar con un crecimiento de la econom¨ªa espa?ola del 3% o con una tasa de inflaci¨®n del 2%. No es coherente plantear una aceleraci¨®n de la actividad econ¨®mica con un deflactor del PIB que se reduce a la mitad (2,9%); tampoco parece correcto avanzar crecimientos de la econom¨ªa basados en consumo cuando no se conoce el impacto de la reforma fiscal de 2002. Es razonable suponer que los contribuyentes han percibido los beneficios de la mayor renta disponible en el a?o 2003 y en 2004 la misma estructura fiscal no podr¨¢ tirar tanto del consumo como se pretende.
En el ¨¢mbito de los ingresos, se apuesta por el inmovilismo. Excluida la rebaja del IRPF de 2002, aplicada en 2003, la recaudaci¨®n tributaria es de carril: los impuestos indirectos progresan a mayor ritmo que los indirectos. Por inmovilismo se entiende tambi¨¦n la resistencia de Hacienda a deflactar la tarifa del IRPF, de forma que las ventajas de la rebaja del tipo marginal del a?o pasado quedan casi neutralizadas por el efecto de inflaci¨®n sobre las rentas.
La presentaci¨®n del Presupuesto sigue siendo confusa. Algunos ejemplos:
- Las comparaciones se establecen generalmente en t¨¦rminos de presupuesto inicial. No hay liquidaci¨®n del presupuesto de gastos. Las tasas de variaci¨®n anual incurren pues en serios problemas de interpretaci¨®n.
- Falta informaci¨®n detallada sobre avales, aportaciones de capital, concesiones de pr¨¦stamos del Estado... Esta informaci¨®n es imprescindible para dotar de credibilidad las proyecciones de equilibrio presupuestario. A pesar de las protestas de Montoro, no se debe descartar la hip¨®tesis de que el sector p¨²blico espa?ol acumule un d¨¦ficit oculto de entre el 2 y el 3% del PIB.
- Aparece muy poca informaci¨®n sobre la descentralizaci¨®n del gasto y de los ingresos. Las transferencias de dinero y servicios a as comunidades aut¨®nomas no se detallan de forma que es dif¨ªcil establecer la congruencia entre ambas.
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