Bodas de ni?os o aberraciones medievales
La boda forzosa de una ni?a rumana de 12 a?os retrotrae a la ¨¦poca en la que los gitanos casaban a sus hijas al alcanzar la pubertad para evitar que los se?ores feudales ejerciesen el derecho de pernada
"Hace una semana, una ni?a de tres a?os de una comunidad pobre gitana en Rumania cay¨® a un canal a siete metros de profundidad y muri¨®. No pudieron enterrarla enseguida, porque, seg¨²n el registro, no hab¨ªa nacido. La peque?a no exist¨ªa legalmente y su madre era casi una ni?a. Pero no hubo ning¨²n esc¨¢ndalo. Ni por la edad de la madre ni por la falta de papeles. No he visto ninguna reacci¨®n ni de las autoridades ni de los medios. ?sa es la regla", relat¨® Florian Moisa, presidente del Centro de Recursos para Comunidades Roman¨ªes, financiado por el magnate George Soros a trav¨¦s de Open Society. Con la descripci¨®n de esta tragedia, Moisa quiso explicar a qu¨¦ punto llega la indiferencia de las autoridades respecto a la precariedad econ¨®mica y social de la amplia minor¨ªa gitana.
Ana Mar¨ªa Cioaba, de tan s¨®lo 12 a?os, se cas¨® a la fuerza con Birita Mihai, de 15
La posici¨®n de la UE ha sido crucial para que interviniera el Gobierno rumano
La decisi¨®n tomada por Rumania, el pasado jueves, de disolver un matrimonio de menores , casados al margen de la ley seg¨²n arcaicas tradiciones gitanas, constituye, seg¨²n Moisa, una enorme excepci¨®n, pero que bien podr¨ªa marcar el comienzo de una nueva era en el arduo proceso de integraci¨®n de la minor¨ªa de los roman¨ªes. "Ha sido un primer paso para poner fin a los casamientos infantiles forzados, una pr¨¢ctica hasta ahora tolerada y muy extendida entre la etnia gitana en este pa¨ªs que ans¨ªa ingresar a la Uni¨®n Europea en 2007", indic¨® el experto.
La advertencia pronunciada desde Bruselas por la comisaria europea de Asuntos Sociales, Anna Diamantopolou, surti¨® efecto. "En caso de conflicto entre los derechos fundamentales del hombre y algunas antiguas tradiciones, son las tradiciones las que deben adaptarse y dar prevalencia a los principios humanos", dijo. Bajo la fuerte presi¨®n de la Comisi¨®n Europea, el servicio rumano de Protecci¨®n de Derechos del Ni?o orden¨®, el pasado jueves, la separaci¨®n de la pareja de menores que protagoniz¨® unas bodas escandalosas el 27 de septiembre en la localidad de Sibiu, en el centro de Rumania.
Se casaba la hija menor del autoproclamado rey de todos los gitanos del mundo, SM Florin Cioaba, que hizo inmensa fortuna con el comercio de metal. Iban a ser las bodas m¨¢s fastuosa del a?o. Pero la princesa rebelde agu¨® la fiesta. A sus 12 a?os, Ana Mar¨ªa Cioaba puso al descubierto que era un casamiento forzado. Los 400 invitados y periodistas la vieron salir corriendo despavorida de la iglesia. Un cuarto de hora m¨¢s tarde cedi¨®, no se sabe si a los consejos o coacciones de su familia, y regres¨® llorando al altar para decirle s¨ª a Mihai Birita, de 15 a?os, al que sus padres la ten¨ªan prometida desde que ella cumpli¨® los siete a?os, por una dote de 500 monedas de oro, un autom¨®vil y un apartamento en Sibiu. M¨¢s tarde, la familia mostr¨® con orgullo las s¨¢banas manchadas, testimonio de virginidad perdida y matrimonio consumado.
Cinco d¨ªas despu¨¦s, las autoridades ordenaron la separaci¨®n de la pareja, porque niguno alcanza los 16 que la ley rumana exige para contraer matrimonio con consentimiento de los tutores, ni ella los 15 m¨ªnimos para mantener relaciones sexuales.
Esta soluci¨®n fue posible bajo intervenci¨®n de la CE. Es un caso sin precedentes en Rumania, pa¨ªs de 22 millones de habitantes, donde, seg¨²n estad¨ªsticas muy dispares, de un mill¨®n y medio a tres millones de personas pertenecen a los 40 diferentes grupos de la etnia roman¨ª. El censo registra s¨®lo 535.000 gitanos porque la mayor¨ªa oculta su identidad ¨¦tnica "a consecuencia de la persecuci¨®n nazi entre 1942 y 1944, que llev¨® al exterminio de miles de gitanos", explica Vasile Ionescu, asesor roman¨ª del Ministerio de Cultura y presidente de la asociaci¨®n Aven Amentza (Venid con Nosotros).
El estigma de la opresi¨®n se refleja en muchas de las viejas costumbres de estas minor¨ªas, dice este polit¨®logo gitano que aprendi¨® y recuper¨® su propia lengua perdida apenas despu¨¦s del derrocamiento del r¨¦gimen de Ceaucescu en 1990, cuando por primera vez Rumania reconoci¨® a los gitanos, correctamente llamados roman¨ªes, como minor¨ªa ¨¦tnica.
Hasta 1856 en Rumania los roman¨ªes eran vasallos, y los se?ores feudales se tomaban la libertad de desvirgar a la ni?as c¨ªngaras. Al derecho de pernada, los gitanos opusieron como defensa la boda infantil, para que la joven pudiera casarse con uno de los suyos apenas se convirtiera en mujer. Los roman¨ªes m¨¢s tradicionales no se han desprendido de esta costumbre, como ocurre con el grupo de los calderash, al que pertenece el rey Cioaba, que constituyen el 8% del total de gitanos rumanos y fueron n¨®madas hasta 1960. "No se puede condenar a todas las 10.000 personas de este grupo roman¨ª", exclama Ionescu. Aunque considera obsoleto e injusto imponer el matrimonio a menores de edad, cree que el Estado no puede cambiar la mentalidad "con prohibiciones y polic¨ªa". "Se necesitan programas de educaci¨®n y habilitaci¨®n social y econ¨®mica".
Los matrimonios infantiles son "aberraciones medievales", pero a la vez "es hip¨®crita la actitud del Gobierno", critic¨® Letitia Mark, tambi¨¦n gitana, profesora de lenguas cl¨¢sicas. "A la boda de Ana Mar¨ªa Cioaba acudieron como invitados senadores y ex ministros del Gobierno de Rumania",
indic¨® como prueba de hipocres¨ªa. Mark dirige la asociaci¨®n de mujeres roman¨ªes Por Nuestros Ni?os, con el objetivo de mejorar la educaci¨®n y fomentar la autoestima de las gitanas, as¨ª como su participaci¨®n en la vida pol¨ªtica y social. Por su parte, Florian Moisa aplaude la reciente actuaci¨®n institucional contra el casamiento infantil como un primer paso. Pero se pregunta con qu¨¦ medidas se podr¨¢ impedir que otros ni?os gitanos sean llevados al altar ya el pr¨®ximo fin de semana, trat¨¢ndose de una tradici¨®n tan arraigada.
El 80% de los gitanos rumanos viven bajo el l¨ªmite de pobreza, gran parte analfabetos. Los problemas de esta minor¨ªa tienen "un impacto sistem¨¢tico en toda la sociedad rumana", explica el experto. Teme que "Rumania no podr¨¢ cumplir los criterios exigidos para el ingreso a la UE". Como "s¨ªmbolo m¨¢s sint¨¦tico" de la miseria se?ala que seg¨²n el Banco Mundial, la expectativa de vida de los gitanos rumanos es 10 a?os menor que la de sus compatriotas payos. A su vez, se calcula que en promedio, la poblaci¨®n de Rumania vive 8 a?os menos que el resto de los europeos. "Nuestro Gobierno se ha propuesto una estrategia de un decenio de duraci¨®n para mejorar la situaci¨®n de los gitanos, pero no hay recursos para poner las medidas en pr¨¢ctica", explica.
Rumania tiene muchos otros asuntos que resolver con urgencia -mejoramiento econ¨®mico, privatizaciones, reformas constitucionales, corrupci¨®n-. "Los gitanos son, como siempre, un tema extra", lamenta Moisa.
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