El Cor¨¢n y la sanguijuela

La doctrina cat¨®lica establece que el embri¨®n es un ser humano desde el momento de la concepci¨®n, es decir, desde la mism¨ªsima fusi¨®n del ¨®vulo con el espermatozoide. Pero la religi¨®n isl¨¢mica no lo considera as¨ª, y esta diferencia ha podido ser esencial en la actitud de los pa¨ªses isl¨¢micos ante la clonaci¨®n reproductiva. El Cor¨¢n contiene un curioso pasaje sobre embriolog¨ªa en su sura 23: "Y, ciertamente, nosotros creamos al hombre de un extracto de arcilla, y luego le hicimos una peque?a semilla en una estancia firme, y luego hicimos de la semilla una sanguijuela; de la sanguijuela, un trozo de carne; luego le pusimos huesos, vestimos los huesos con carne y despu¨¦s le hicimos crecer hasta ser otra criatura".

El texto, que es una de las primeras descripciones conocidas del desarrollo gradual de un embri¨®n en el ¨²tero, sugiere que la esencia humana no surge en el momento de la concepci¨®n, sino que va desarroll¨¢ndose progresivamente. Y, de hecho, la mayor parte de los musulmanes cree que el alma no se inserta en el embri¨®n hasta los 40 d¨ªas de desarrollo, o incluso despu¨¦s, a los 120 d¨ªas. Ambos plazos son suficientes para permitir la clonaci¨®n terap¨¦utica, que s¨®lo requiere generar un embri¨®n de una o dos semanas.

Seg¨²n la Unesco, los juristas isl¨¢micos proscriben la modificaci¨®n de las c¨¦lulas germinales (las c¨¦lulas que producen ¨®vulos y espermatozoides), y proh¨ªben cualquier acci¨®n que, como la clonaci¨®n reproductiva, contradiga la noci¨®n de que el ser humano es una creaci¨®n divina. Pero el islam, al igual que la biolog¨ªa, no parece considerar un ser humano a un blastocisto de dos semanas.