Gloriosa carga final
Espa?a alcanz¨® la victoria ante una indigesta Noruega en un partido de gran sufrimiento apelando a la figura heroica
La selecci¨®n espa?ola empez¨® con buen aire, especialmente a trav¨¦s de Fernando Torres
El efecto del empate se extendi¨® hasta el descanso. Un par de apariciones de Baraja se interpretaron como la prueba definitiva del asedio espa?ol. Baraja se las pinta para dar sorpresas en el ¨¢rea. Remat¨® con profusi¨®n y estuvo a punto de marcar en una llegada por el segundo palo. No lo consigui¨®, y la selecci¨®n sali¨® de la primera parte con una extra?a sensaci¨®n de alivio y frustraci¨®n. Alivio por la r¨¢pida respuesta al gol noruego; frustraci¨®n por la escasa recompensa al buen juego del equipo, que entr¨® al segundo tiempo con una acusada fatiga f¨ªsica y mental. Torres, que hab¨ªa estado muy activo en el arranque del partido, desapareci¨® del partido. O eso, o le hicieron desaparecer, porque nadie le busc¨®. La hinchada la tom¨® con Etxeberr¨ªa, que regateaba pero no afinaba en los centros. Un cierto clima de desconcierto se apoder¨® del partido, m¨¢s a¨²n tras un contragolpe vertiginoso de los noruegos que desbarat¨® Casillas con una intervenci¨®n prodigiosa.Era hora de cambios. Se hicieron y funcionaron. Entr¨® Valer¨®n por Torres, se cambiaron a los dos extremos por dos de la misma cuerda -Vicente y Joaqu¨ªn-, se inici¨® un nuevo partido. La selecci¨®n surgi¨® de las cenizas con un f¨²tbol vibrante, casi incontenible. Un fallo de Ra¨²l en una vaselina se interpret¨® como el signo de la fatalidad. No fue as¨ª.Espa?a prosigui¨® su asedio con una energ¨ªa y una claridad imprevistas.Joaqu¨ªn fue el protagonista principal. Cambi¨® el partido con tres arrancadas que no encontraron respuesta en su estupefacto marcador. Comenz¨® una lluvia de remates y de estiradas del portero noruego. Aquello era un turbill¨®n que anunciaba la victoria, por complicada que fuera. As¨ª fue. Un tiro de Joaqu¨ªn se escurri¨® entre una selva de piernas, una de la de Berg, que desvi¨® la pelota a la red. Fue el tanto de la victoria, un premio menor ante la diferencia de los dos equipos, pero vistas las circunstancias del encuentro se recibi¨® como un regalo de los dioses.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.