El proceso de paz de Irlanda del Norte, pendiente de los resultados de los comicios

Casi 1,1 millones de norirlandeses tuvieron ayer ocasi¨®n de votar en unos comicios decisivos para el proceso de paz. Aunque Irlanda del Norte es una de las comunidades m¨¢s politizadas del mundo, todo parec¨ªa dispuesto para disuadir a los votantes: no se sabe cu¨¢ndo podr¨¢ constituirse la Asamblea votada ayer, en un d¨ªa lluvioso de finales de noviembre y mi¨¦rcoles, contra la legendaria costumbre de votar en jueves. Los resultados definitivos no se conocer¨¢n hasta ma?ana. A primera hora de la tarde hab¨ªa votado en torno a un tercio del electorado, una cifra algo inferior a la de anteriores comicios.

Aunque en algunos colegios electorales, abiertos entre las siete de la ma?ana y las diez de la noche, la afluencia fue muy considerable a primera hora; a media ma?ana apenas hab¨ªa votantes. En Anderson, al oeste de Belfast, basti¨®n electoral del Sinn Fein, los votantes acud¨ªan a media ma?ana de manera espor¨¢dica pero constante. A las puertas del colegio de La Salle donde estaba instalada la oficina electoral, militantes republicanos entregaban a cada elector las instrucciones de voto en un sistema electoral complej¨ªsimo.

En Lisburn Road, una zona burguesa del sur de Belfast, donde los acomodados protestantes forman la mayor¨ªa, la vida transcurr¨ªa ayer como un d¨ªa m¨¢s, con los restaurantes abarrotados y las boutiques ofreciendo sus mercanc¨ªas a un p¨²blico enriquecido en diez a?os de progreso econ¨®mico.

Tradicionalmente, los norirlandeses acuden a votar a ¨²ltima hora, pero esta vez parecen conjugarse muchos factores en contra de una participaci¨®n alta. Sin embargo, la pasi¨®n que rodea a la pol¨ªtica en esta provincia hace imprevisible cualquier pron¨®stico.

Las elecciones en Irlanda del Norte suelen ser en primavera. La ¨²ltima vez que los norirlandeses votaron a finales de noviembre fue en 1933, convocados a elegir el antiguo Parlamento de Stormont. La temprana oscuridad, el fr¨ªo y la lluvia hac¨ªan m¨¢s tentador quedarse en casa viendo los partidos de la Liga de Campeones que acercarse hasta las urnas. No era el ¨²nico inconveniente. Las elecciones suelen ser en jueves y no todos los votantes sab¨ªan que en esta ocasi¨®n eran en mi¨¦rcoles. Y por primera vez estaban obligados a identificarse con un documento que contenga una foto.

A estos inconvenientes se un¨ªa una gran interrogante pol¨ªtica: ?para qu¨¦ sirven estas elecciones? La respuesta depender¨¢, precisamente, del resultado de la consulta. En el momento de ir a votar, la autonom¨ªa estaba suspendida: la Asamblea de Irlanda de Norte no tiene capacidad de constituir un Gobierno. Una victoria de los partidos m¨¢s radicales (el DUP de Ian Paisley, en el lado protestante, y el Sinn Fein de Gerry Adams, en el lado cat¨®lico) probablemente prolongar¨¢ durante bastante tiempo esa situaci¨®n, hasta desembocar quiz¨¢ en nuevas elecciones a corto plazo si un acuerdo entre los partidos que apoyan el proceso de paz permite dibujar un nuevo horizonte pol¨ªtico que justifique la convocatoria de elecciones para buscar un Parlamento m¨¢s moderado y la formaci¨®n de Gobierno. Si de la convocatoria de ayer surge una C¨¢mara con suficientes apoyos al proceso de paz, y eso depende fundamentalmente de que los moderados (el UUP de David Trimble, por el lado protestante, y el SDLP, por el lado cat¨®lico) ganen entre el electorado unionista protestante, entonces bastar¨¢ que en las pr¨®ximas semanas haya un acuerdo entre los partidos del proceso de paz para superar la par¨¢lisis pol¨ªtica que oblig¨® a suspender la autonom¨ªa hace casi 14 meses.