El 'blues' de las discogr¨¢ficas
La industria recurre a fusiones y recorte de gastos para hacer frente a las descargas por Internet y la 'pirater¨ªa'
BMG y Sony se fusionan, Warner vende su filial de m¨²sica, EMI recorta gastos. La industria trata de frenar la sangr¨ªa en las ventas de CD -un 30% en tres a?os- gastando menos, pero los analistas identifican problemas profundos que dif¨ªcilmente resolver¨¢ una fusi¨®n. La pirater¨ªa y el intercambio musical en Internet han puesto en duda el modelo de negocio de esta industria.
Los internautas intercambian m¨¢s de 5.000 millones de canciones al mes, mientras caen las ventas de CD y de equipos de alta fidelidad
Los analistas creen que Internet no es el ¨²nico problema. De hecho, se vende m¨¢s: de 5.900 canciones en 1996 a 11.000 en 2002
Millones de canciones vuelan cada d¨ªa entre miles de ordenadores conectados a Internet; y tambi¨¦n se cuentan por millares los CD pirateados que se venden a diario en las calles espa?olas. Todo este consumo musical se realiza a espaldas de una industria discogr¨¢fica que ya entona un triste blues para declararse abiertamente en crisis. Desde 2000, las ventas de CD han ca¨ªdo un 30%.
Las discogr¨¢ficas han decidido hacer frente a esta imparable ca¨ªda en la facturaci¨®n mediante una cura intensiva de adelgazamiento. EMI ha despedido este a?o al 5% de su plantilla en el negocio de la publicaci¨®n musical, y en 2002 realiz¨® otro recorte del 20%. Time Warner se ha deshecho de su f¨¢brica de CD y DVD y ha decidido, esta misma semana, vender su filial Warner Music, por 2.600 millones de d¨®lares, a un grupo de inversores liderados por Edgar Bronfman, tambi¨¦n accionista y vicepresidente del Consejo de Administraci¨®n de Universal. Bertelsmann y Sony han anunciado que quieren fusionar sus respectivas filiales musicales (BMG y Sony Music), lo que ha provocado un terremoto interno en la compa?¨ªa alemana y la dimisi¨®n de Gert Schulte-Hillen, presidente del consejo de vigilancia.
Las operaciones saldr¨¢n adelante si las autoridades de defensa de la competencia las aprueban. Las cinco grandes -EMI, BMG, Warner, Sony Music y Universal- tienen un 75% del mercado, seg¨²n los datos de IFPI, la organizaci¨®n internacional que representa a la industria discogr¨¢fica. Sony BMG tendr¨¢ un 25,2% del mercado discogr¨¢fico mundial, ligeramente por detr¨¢s de Universal (25,9%), que a su vez cuenta entre sus accionistas con el nuevo due?o de Warner.
La intenci¨®n declarada de estas operaciones es recortar gastos -fuentes internas del sector esperan despidos para primavera- y hacer frente a los problemas que est¨¢ provocando la pirater¨ªa organizada y el intercambio de canciones en Internet. El modelo de negocio cl¨¢sico de distribuci¨®n musica se est¨¢ tambaleando, hasta el punto de que determinados analistas, como los de Barrington Research, sugieren en un informe sacar estas empresas de la Bolsa: "Hasta que la industria encuentre un modelo de negocio que pueda reaccionar [a la pirater¨ªa] con respuestas efectivas, de valor a?adido y menor coste, el negocio de la m¨²sica deber¨ªa permanecer en manos privadas".
"Las casas discogr¨¢ficas", explica John Band, analista de Datamonitor en Londres, "est¨¢n en permanente reestructuraci¨®n desde hace 30 a?os". EMI engloba sellos como Abbey Road o Blue Note, mientras Warner posee Elektra o The Atlantic Group, y Columbia y CBS forman parte del imperio Sony. Pero los expertos creen que hace falta algo m¨¢s que fusiones y recortes de gastos para acabar con el problema real de la industria. "Puede que sea necesario reconstruir toda la cadena de valor, desde el artista hasta la tienda", dice Jan Hofmann, analista de Deutsche Bank Research y autor de un informe reciente sobre copyright, llamado El intento de proteger la tecnolog¨ªa de s¨ª misma. "?Fusionarse? Venga ya, si todo su modelo de negocio est¨¢ equivocado", opina con iron¨ªa Gerald Faulhaber, profesor de la Universidad de Wharton (Estados Unidos).
La digitalizaci¨®n
La mayor parte de los an¨¢lisis, tanto externos a la industria como internos, coinciden en destacar un hecho aparentemente simple que ha desencadenado toda la crisis: la industria ha ignorado durante demasiado tiempo las radicales consecuencias de la digitalizaci¨®n de la informaci¨®n en su negocio. La copia de material sometido a los derechos de autor no es nueva; lo que es nuevo es la facilidad con la que se puede reproducir, y la velocidad y la escala a la que se pueden distribuir, sin degradar el original.
Las cuentas de EMI, la ¨²nica discogr¨¢fica de las cinco grandes que cotiza en Bolsa como tal, demuestran la magnitud de la crisis: la casa de discos brit¨¢nica realiza el 70% de sus ingresos vendiendo CD, un negocio que se desangra desde 1999. Forrester calcula que, desde entonces, la industria ha dejado de ingresar 2.000 millones de d¨®lares por comercializaci¨®n de CD. Hay otra prueba que demuestra que la m¨²sica est¨¢ en otra parte: las ventas de equipos de alta fidelidad han ca¨ªdo un 30% en el primer semestre.
Mientras las ventas f¨ªsicas caen, los internautas intercambian m¨¢s de 5.000 millones de canciones al mes. Y no parece que el fen¨®meno decrezca. El aumento de las conexiones de Internet en banda ancha, la proliferaci¨®n de reproductores de m¨²sica digital y grabadoras de CD, y la multiplicaci¨®n de los sitios web que facilitan la descarga de estos programas a trav¨¦s de las llamadas redes P2P (s¨®lo el programa de Kazaa, el l¨ªder del mercado, ha sido descargado de Internet 300 millones de veces) ha multiplicado la dimensi¨®n del problema.
?C¨®mo han reaccionado las discogr¨¢ficas a este fen¨®meno? Un estudio de la Universidad de Wharton identifica tres estrategias, todas ellas defensivas: la primera ha sido tratar de vender CD y m¨²sica on line con protecci¨®n anticopia, que en su mayor parte ha sido violada. La segunda consisti¨® en demandar a los sitios web que ofrecen software para intercambiar archivos, como Grokster o Morpheus. Un tribunal federal estadounidense ha considerado que los due?os de ambas p¨¢ginas no han violado las leyes de copyright, ya que s¨®lo ofrecen los programas que facilitan el intercambio de m¨²sica; las canciones las copian y distribuyen los usuarios. El tercer punto, el m¨¢s pol¨¦mico, ha sido demandar, precisamente, a estos usuarios (v¨¦ase p¨¢gina siguiente).
Esta estrategia de apoyarse en el brazo armado de la ley para frenar la copia de canciones ha provocado fuertes cr¨ªticas. "No puedes empezar a demandar a todo el mundo porque te vaya mal", opina Faulhaber, "pero menos a¨²n a tus clientes. ?Qu¨¦ clase de negocio hace algo as¨ª?". La industria se defiende explicando que es necesario hacerlo: "La seriedad del problema requiere que enviemos un mensaje claro y r¨¢pido de que esta actividad es ilegal y tiene sus consecuencias", ha dicho Cary Sherman, presidente de la RIAA, a Los Angeles Times.
Adem¨¢s de desarrollar estas estrategias defensivas, las discogr¨¢ficas saben que Internet se ha convertido en la mayor red de distribuci¨®n musical de la historia. Por eso, hace dos a?os idearon una manera de sacarle partido. Entre las cinco grandes pusieron en marcha dos proyectos de tiendas on line, MusicNet y Pressplay, que fueron muy criticadas porque no permit¨ªan a los usuarios copiar su m¨²sica desde el PC a cualquier otro dispositivo. Sony Music acaba de vender Pressplay a Roxio.
El negocio de las descargas musicales est¨¢ viendo la luz. Apple dice haber vendido 17 millones de canciones con su servicio iTunes, y para 2004 se han anunciado al menos diez tiendas on line m¨¢s, entre ellas las de Microsoft y Wal-Mart. "Hay gente que, entre lo ilegal y lo legal, prefiere lo legal, aunque sea pagando", dice Band. El intercambio gratuito por las redes P2P tiene problemas. Muchos de estos servicios bombardean a los usuarios con publicidad y programas que buscan en las entra?as de los PC y env¨ªan datos de su navegaci¨®n a determinadas casas comerciales. Claro que el P2P tiene una ventaja, al margen de la gratuidad: hay canciones que no se encuentran en los sitios legales. Los Beatles, por ejemplo, no licencian su m¨²sica, pero ¨¦sta puede ser encontrada en las redes P2P.
Triunfe la descarga legal o la copia, el impacto de la m¨²sica on line -de 140.000 usuarios en 2001 a once millones en 2006, seg¨²n IDC- no es la ¨²nica raz¨®n, dicen los expertos, para la crisis de la industria. Es m¨¢s, el consumo de m¨²sica se ha incrementado. Dejando aparte el creciente negocio de los tonos para tel¨¦fonos m¨®viles, EMI calcula en un estudio que, mientras en 1996 se vend¨ªan 5.900 millones de canciones, en 2002 fueron 11.000.
Nuevos problemas
Hofmann cree que es "dudoso" que la causa principal de los problemas sea la descarga musical. El analista destaca otras razones como la pirater¨ªa organizada, especialmente en Asia y Am¨¦rica Latina -donde la ca¨ªda en ventas que IFPI estima para 2003 es del 13% y el 21%, respectivamente- y la creciente competencia del DVD y los videojuegos.
Queda saber es si hay una soluci¨®n para una crisis tan profunda. Las empresas, adem¨¢s de reclamar que se refuercen las leyes de copyright y el castigo a quienes las violan, aseguran haber captado el mensaje de la venta en Internet. Sus estrategias, explican, van en tres sentidos: licenciar sus canciones para todos aquellos que quieran vender m¨²sica por la Red legalmente, permitir las copias caseras y poner todo su repertorio a disposici¨®n de las tiendas on line. Las discogr¨¢ficas, eso s¨ª, se reservan el derecho de fijar los precios, lo que hace que la mayor parte de estos servicios tengan m¨¢rgenes muy estrechos o incluso pierdan dinero.
Hay analistas que reclaman medidas mucho m¨¢s radicales.Deutsche Bank Research sugiere ofrecer m¨²sica con precios y calidad variada, y pactar un modelo de licencias con las redes P2P. Hay autores, como el estadounidense Lawrence Lessig, que creen que el c¨¢ncer est¨¢ en el centro mismo del sistema: defiende la sustituci¨®n del copyright por otros modelos de defensa de la creaci¨®n, porque considera que es in¨²til para controlar la difusi¨®n de material digital. Faulhaber, por su parte, sugiere a las empresas que, debido al alto e incontrolable nivel de pirater¨ªa, contemplen las redes P2P como una nueva forma de promoci¨®n y procuren redise?ar su modelo de ingresos para ganar dinero por cualquier otra v¨ªa. El analista cita el ejemplo de Harley Davidson, que ya no hace la mayor parte de sus ingresos con la venta de motocicletas, sino de tazas, camisetas o mecheros. "Hay veces que tienes que destrozar tu modelo de negocio para poder crear otro", dice. El m¨²sico Alejandro Sanz fue todav¨ªa m¨¢s all¨¢ el pasado mi¨¦rcoles, en la rueda de prensa previa a la entrega de los Premios Onda: "La industria va a desaparecer en unos a?os. La m¨²sica deber¨¢ buscar otros canales para llegar a la gente".
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