Los mismos goles que tarjetas
Kovacevic, cuatro tantos y cuatro amarillas, ejemplifica los problemas ofensivos de la Real
"Un delantero, sin goles, sufre". La frase es de Darko Kovacevic, el delantero de la Real Sociedad, en la pagina web del club donostiarra. El serbio sabe de qu¨¦ habla: despu¨¦s de 13 partidos de la Liga disputados lleva los mismos goles que tarjetas amarillas, cuatro, y su ¨²ltimo ¨¦xito se remonta al 26 de octubre, cuando logr¨® el tanto de la victoria de su equipo frente a Osasuna en Anoeta. Desde entonces, el delantero centro cl¨¢sico, el goleador indefectible, no encuentra la porter¨ªa por m¨¢s que Raynald Denoueix, el t¨¦cnico, le haya alejado de las rotaciones aline¨¢ndole como titular en todos los partidos y sustituy¨¦ndole en la mayor¨ªa de ellos.
Cuatro goles de Kovacevic y tres de Nihat podr¨ªan explicar por s¨ª mismos lo que le ocurre a la Real para estar al borde del descenso. Entre ambos consiguieron el 40% de los de la Real en la esplendorosa temporada pasada, en la que su cuadro lleg¨® al ¨²ltimo encuentro con posibilidades de alcanzar el t¨ªtulo. Ahora s¨®lo suman siete y sus compa?eros tampoco ayudan en exceso. Resulta curioso comprobar que De Paula, un suplente para asuntos de urgencia, acumula tres goles -tantos como Nihat- y los dem¨¢s corresponden a De Pedro, Jauregi, Karpin y Gabilondo. Nadie m¨¢s sabe en la Liga qu¨¦ es esa cosa del gol que tantas locuras hace cometer cuando se marca.
Kovacevic vive asociado al gol. Los lograba en el Proleter y en el Estrella Roja, serbios, y en el Sheffield Wesdnesday, ingl¨¦s, antes de ser traspasado a la Real en la campa?a 1996-97. Entonces era el recambio de Meho Kodro, un bosnio sorprendente que bati¨® registros en el equipo vasco y al que ahora ha alcanzado Kovacevic. Cuando el serbio bati¨® a Sanzol, el portero de Osasuna, no s¨®lo le dio la victoria (1-0) a su conjunto, sino que tambi¨¦n igual¨® su tope goleador, 73 tantos, una plusmarca que indudablemente batir¨¢ a lo largo del curso.
Pero ahora Kovacevic sufre. Y su explicaci¨®n es tan rotunda como t¨®pica. "Los goles son cuesti¨®n de rachas", dice mientras piensa que "a la Real cada vez la respetan m¨¢s y tanto para Nihat como para m¨ª resulta m¨¢s dif¨ªcil marcarlos".
Lo cierto es que Kovacevic mantiene la entrega de siempre, pero ha bajado en la rentabilidad deportiva. Hace lo mismo de siempre, pero a una velocidad inferior, cada vez m¨¢s dependiente de los dem¨¢s, pero igualmente entregado. De los cuatro conseguidos en la Liga, tres goles han sido en campo propio y de la misma factura: centros desde la derecha, de L¨®pez Rekarte y Karpin, y cabezazos cl¨¢sicos, inapelables, marcando los tiempos, de rigor. El otro, ante el Espanyol, consisti¨® en empujar una vaselina de Lee que ya entraba, pero que quiso asegurar ante la llegada apresurada de un rival.
Kovacevic no ha perdido las buenas costumbres. Si hay un centro templado, medido, su cabeza siempre est¨¢ all¨ª, en su sitio, con la voracidad de siempre. Pero, de lo contrario, su trabajo es un ejemplo de desgaste generalmente mal acabado por cent¨ªmetros.
En San Sebasti¨¢n unos temen que repita su mala experiencia italiana en el Juventus y el Lazio, en los que malvivi¨® y purg¨® los automatismos del f¨²tbol italiano. Otros, sin embargo, consideran que, tarde o temprano, Kovacevic y Nihat volver¨¢n a ser quienes eran y, por inercia, marcar¨¢n goles.
Lo que hab¨ªa comenzado bien -dos goles en los dos primeros partidos de la Liga y otros dos en la de Campeones- se ha torcido. "Los tantos llegar¨¢n", dijo Kovacevic cuando arreciaron las cr¨ªticas. Pero se hacen de rogar. Desde octubre no marca, est¨¢ expulsado en la Champions y tiene cuatro tarjetas en la Liga. El goleador, evidentemente, sufre.
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