Aznar desprecia la oferta de consenso de Zapatero
El presidente del Gobierno asegura que retirar las tropas de Irak ser¨ªa "fortalecer el poder de los terroristas"
Dej¨® dicho don Antonio Machado que un golpe de ata¨²d en tierra es algo perfectamente serio. Siete acongojan. El eco del funeral se traslad¨® ayer al pleno del Congreso donde s¨®lo al final hubo un conato lev¨ªsimo de alboroto parlamentario. El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, rechaz¨®, sin formularlo expl¨ªcitamente, a trav¨¦s de la t¨¦cnica del ninguneo pol¨ªtico, la oferta de acuerdo que le lanz¨® el l¨ªder socialista, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, sobre el futuro de la pol¨ªtica espa?ola en Irak. Zapatero acept¨® la necesidad de mantener las tropas en aquel territorio intensificando la participaci¨®n internacional. Aznar se limit¨® a descalificar la propuesta enumerando las distintas posturas que, en su interpretaci¨®n, han mantenido los socialistas y concluy¨® exigiendo para el consenso "que las posiciones que se tengan sean serias, sean firmes y se mantengan, al menos, durante alg¨²n tiempo".
El l¨ªder del PSOE asume que los soldados permanezcan en territorio iraqu¨ª
La oposici¨®n hab¨ªa criticado que el pleno sobre la situaci¨®n en Irak se celebrase cuando ni siquiera se hab¨ªan enterrado los cuerpos de los siete miembros del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), asesinados el s¨¢bado en aquel pa¨ªs. El Gobierno adujo problemas de calendario del presidente y presumi¨® de la inmediatez de su comparecencia. Se abri¨® la sesi¨®n en medio de un clima de pesadumbre, gestos serios, corbatas negras o muy oscuras, entre los dirigentes y un silencio espeso, mucho m¨¢s cargado que el del simple respeto al orador.
El debate tuvo dos novedades. El golpe de efecto de la intervenci¨®n de Mariano Rajoy, candidato del PP a la presidencia del Gobierno, para fijar la posici¨®n de su grupo, marcando varias veces su doble condici¨®n de portavoz, ocasional, y de secretario general, al referirse a "mi grupo y mi partido".
Desde las filas socialistas, la asunci¨®n por Rodr¨ªguez Zapatero de la permanencia de las tropas en Irak, aunque atribuyendo a Aznar en exclusiva la responsabilidad de la decisi¨®n de enviarlas y exigiendo mayor consenso internacional con implicaci¨®n de la ONU, de la UE y de Rusia.
Si el PP utiliz¨® con fruici¨®n en los ¨²ltimos meses la imagen de PSOE e IU, unidos bajo la pancarta de las manifestaciones contra la guerra de Irak , ayer la pancarta perdi¨® a uno de sus portadores, no porque el PSOE se mostrase a favor de la guerra, sino porque el l¨ªder de IU lleg¨® a la tribuna con la pegatina del "No a la guerra" y sostuvo con apasionamiento, lo mismo que I?aki Anasagasti (PNV), que las tropas espa?olas deben regresar hoy, mejor que ma?ana. El foso, respecto a la posici¨®n de Zapatero, se hizo ostensible y profundo.
CiU tambi¨¦n se sum¨® a la idea de que los soldados espa?oles se mantengan en Irak. "Nosotros no vamos a cuestionar la presencia de tropas extranjeras en Irak, sin excluir tampoco la participaci¨®n de tropas espa?olas", anunci¨® Xavier Trias, portavoz de los nacionalistas catalanes y lo argument¨® porque "es posible que hoy sean la ¨²ltima salvaguarda ante una posible guerra civil".
Coalici¨®n Canaria, socio del Gobierno, mantuvo una oposici¨®n mucho m¨¢s ambigua. Paulino Rivero dijo que si no se consigue un replanteamiento profundo en el ¨¢mbito internacional con refrendo de la ONU y compromiso de devoluci¨®n inmediata de la soberan¨ªa al pueblo iraqu¨ª "es necesario que nos vayamos planteando la posibilidad de que las tropas espa?olas vuelvan a nuestro pa¨ªs".
Aznar abri¨® su parlamento mencionando los nombres de los siete agentes muertos, lo que provoc¨® una ovaci¨®n desde los esca?os del PP seguida con muy escaso entusiasmo por los de la oposici¨®n. Describi¨® con alg¨²n pormenor la emboscada, habl¨® de la "calidad moral" y de la "valerosa actuaci¨®n" de las v¨ªctimas y se adentr¨® en justificar la legalidad de la presencia espa?ola en Irak, sustentada en la resoluci¨®n 1511 del Consejo de Seguridad de la ONU.
Pol¨ªticamente, lo ocurrido no ofrece la menor duda para Aznar: "No son resistencia, ni fuerzas de liberaci¨®n, ni nada que se le parezca, sino terroristas. Terroristas que no desean m¨¢s que evitar que el pueblo iraqu¨ª se convierta, con el apoyo de toda la comunidad democr¨¢tica internacional, en responsable de su propio destino".
Tan claro resulta para el presidente del Gobierno que los sucesos que agitan la posguerra son terrorismo que en eso apoya la necesidad de no moverse y de seguir all¨ª: "La retirada nunca puede ser una opci¨®n para el terror". Retirarse "ser¨ªa fortalecer el poder y la estrategia de los terroristas". "Nuestra retirada ser¨ªa su triunfo".
Rodr¨ªguez Zapatero, en su r¨¦plica, introdujo una duda sobre esta seguridad sin fisuras a la hora de calificar las acciones violentas en Irak y record¨® que aunque el presidente habla de terrorismo "hasta la televisi¨®n p¨²blica habla de resistencia, aunque tambi¨¦n haya una creciente actividad terrorista".
En la r¨¦plica final, Aznar se mostr¨® malhumorado por la distinci¨®n que propon¨ªa Zapatero y le espet¨® que "no basta decir que en Irak hay resistencia y tambi¨¦n hay terrorismo". "Llamemos a las cosas por su nombre, hay terrorismo...".
Zapatero hab¨ªa abierto su intervenci¨®n tendiendo la mano a Aznar aunque mostrando escepticismo: "Podr¨ªamos entendernos usted y yo. Deber¨ªamos entendernos. Pero eso exige una reciprocidad que usted no admite". Casi de inmediato le desgran¨® los siete errores que, a su juicio, ha cometido el Gobierno respecto al conflicto iraqu¨ª: unilateralidad, asunci¨®n del concepto de guerra preventiva, apoyar la invasi¨®n y llevarla a cabo sin autorizaci¨®n de la ONU, excusas falsas, como las armas de destrucci¨®n masiva y enviar tropas sin acuerdo del Parlamento. Zapatero prosigui¨® su argumento asegurando que tambi¨¦n ser¨ªa un error "desentendernos de las responsabilidades" que Aznar, "por su voluntad exclusiva, ha contra¨ªdo en nombre" de Espa?a. De modo que el l¨ªder socialista asegur¨® que desea "que nuestros soldados pueden regresar cuanto antes", pero a?adi¨®: "Entiendo que es necesario responsabilizarnos de lo que por su voluntad, se?or Aznar, y contra la nuestra, hemos contribuido a desencadenar".
Asumida la presencia de nuestras tropas, Zapatero plante¨® una serie de condiciones que se resumen en la necesidad del "triple paraguas de Naciones Unidas y de la dos organizaciones regionales a la que pertenece Irak", en referencia a la Liga ?rabe y la Conferencia Isl¨¢mica, adem¨¢s de una nueva resoluci¨®n de la ONU, porque, en su opini¨®n, la 1511 esgrimida por Aznar es s¨®lo "un primer paso en el buen camino".
El presidente del Gobierno en su r¨¦plica final, en la que englob¨® a todos los portavoces sin menci¨®n expresa para ninguno de ellos, aunque refiri¨¦ndose casi en exclusiva a la intervenci¨®n de Zapatero, vino a decirle que todo su planteamiento era un cat¨¢logo de buenos deseos, algunos de los cuales ni siquiera pueden cumplirse, como el env¨ªo de cascos azules de la ONU, ya que el primer ataque terrorista de envergadura fue contra su sede en Bagdad.
En cuanto al fondo de la propuesta de acuerdo con condiciones, Aznar no entr¨® de lleno. Opt¨® por descalificar la actitud socialista respecto al conflicto: "?Con qu¨¦ consenso nos tenemos que quedar?", se pregunt¨®, y enumer¨® las que, seg¨²n ¨¦l, han sido las distintas posturas del PSOE: no enviar tropas, pedir que regresara la primera ayuda humanitaria, negar valor a cualquier resoluci¨®n de la ONU, no enviar tropas sin mandato de este organismo, sentirse c¨®modo con la resoluci¨®n 1511 o que "no pueden volver las tropas porque se abrir¨ªan en Irak las puertas del Infierno", en referencia a la propuesta de Zapatero de ayer tarde.
Con esa descripci¨®n, Aznar cerr¨® el debate asegurando que agradec¨ªa las manifestaciones de dolor y de solidaridad, pero, remat¨®, "si se hacen apelaciones al consenso, lo que queremos es que las posiciones que se tengan sean serias, firmes y se mantengan, al menos, durante alg¨²n tiempo".
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