La industria del acero estadounidense critica duramente a Bush por ceder ante la OMC
Alivio entre los productores de Europa, Asia y Am¨¦rica Latina tras la supresi¨®n de aranceles
La industria del acero de EE UU critic¨® ayer al presidente Bush por darse por vencido en la guerra del acero. Para los empresarios, la oposici¨®n dem¨®crata e incluso algunos republicanos, haber cedido ante la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC) supondr¨¢ un grave perjuicio econ¨®mico. No obstante, para la propia industria manufacturera estadounidense, que necesita el acero importado, es un alivio y mucho m¨¢s lo es para Europa, Asia y Am¨¦rica Latina, que no quer¨ªan dejarse atropellar, pero tampoco deseaban un feroz enfrentamiento con EE UU.
La industria sider¨²rgica estadounidense critic¨® duramente la decisi¨®n de la Casa Blanca de obedecer a la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC) y desmantelar el arancel. El sector se siente abandonado cuando el proceso de reestructuraci¨®n se encontraba a medio camino. Bush explic¨® que la situaci¨®n ha cambiado respecto a marzo de 2002, cuando se implant¨® el sistema, y afirma que una guerra comercial abierta habr¨ªa puesto en riesgo la recuperaci¨®n.
El presidente del sindicato del acero, Leo Gerard, prefiere comparar lo sucedido con una partida de cartas: "En lugar de lanzar un farol ante sus socios comerciales, George Bush opt¨® por ense?ar sus cartas". "Es un d¨ªa triste para los trabajadores del acero porque las implicaciones van a ser profundas", augur¨®. El jefe ejecutivo de Nucor, Daniel DiMicco, lament¨® por su parte que se ha puesto fin al arancel cuando el proceso de reestructuraci¨®n del sector sider¨²rgico se encontraba a¨²n "a medio camino". Thomas Usher, jefe ejecutivo de US Steel, el mayor productor de acero de EE UU, se mostr¨® disgustado aunque agradeci¨® que a cambio se establezca un sistema de control de los flujos de acero importado.
La oposici¨®n dem¨®crata tambi¨¦n aprovecha el descontento popular para meter baza. Los cuatro candidatos que compiten a las presidenciales de 2004 -Dick Gephardt, Joe Lieberman, Howard Dean y Wesley Clark- acusaron a George Bush de abandonar al sector sider¨²rgico sin ofrecerle un plan para mantener el empleo. Incluso entre las filas republicanas hay malestar en los Estados que viven del acero.
Desde la Administraci¨®n de Bush se responde a las cr¨ªticas afirmando que la industria sider¨²rgica ha tenido la oportunidad de incrementar su producci¨®n y de reducir costes. "Los trabajadores de este pa¨ªs pueden dar gracias al presidente por haberles ofrecido una oportunidad para competir", afirm¨® el representante de Comercio, Robert Zoellick. Se calcula que durante la vigencia del arancel, los tres grandes de la industria del acero -US Steel, Nucor e ISG- han invertido 3.000 millones de d¨®lares para reestructurar su negocio.
Justificaciones
Bush explic¨® para justificar su decisi¨®n que "las medidas de salvaguardia hab¨ªan logrado su objetivo y como resultado del cambio de las circunstancias econ¨®micas, hab¨ªa llegado el momento de poner fin al arancel". Su declaraci¨®n escrita la ley¨® el portavoz, para no manchar mucho su imagen frente a un electorado descontento. "Es verdad que se ha hecho mucho", reconoce John Lichtenstein, de Accenture, "pero se necesita m¨¢s". El riesgo est¨¢ para las 31 empresas que se encuentran en situaci¨®n de bancarrota. Los analistas afirman, en todo caso, que una guerra comercial habr¨ªa sido peor porque hubiera puesto en riesgo la recuperaci¨®n de la econom¨ªa estadounidense.
El precio del acero estadounidense se encuentra hoy en su nivel m¨¢s bajo en 20 a?os gracias a la eliminaci¨®n las cargas sociales -pensiones y atenci¨®n sanitaria- y a la flexibilidad de los sindicatos. Los flujos internacionales de acero se dirigen ahora hacia China y los productos sider¨²rgicos europeos se ven penalizados por una revalorizaci¨®n del euro frente al d¨®lar del 40% durante los ¨²ltimos dos a?os. Pero la industria sider¨²rgica estadounidense necesita seguir mirando fuera para cubrir las necesidades de su mercado, con un d¨¦ficit de producci¨®n superior del 20%.
La UE, Noruega, Jap¨®n, China, Corea del Sur, Brasil, los m¨¢s grandes productores y exportadores de acero al mercado estadounidense se sintieron ayer m¨¢s que relajados con la decisi¨®n del presidente George Bush de retirar el aumento de las tarifas arancelarias a la importaci¨®n de acero tomada en marzo de 2000. Si Bush no daba marcha atr¨¢s, la UE ya estaba preparada para imponer sanciones por valor de 2.200 millones de d¨®lares contra productos de EE UU (entre las que estaban las motos Harley Davidson, c¨ªtricos, textiles, etc¨¦tera).
Mientras, Jap¨®n y China hab¨ªan entrado con la Administraci¨®n de Bush en un tira y afloja, de acci¨®n y represalia, dif¨ªcil de parar. Por otra parte, la agria disputa del acero hab¨ªa exacerbado la ya dif¨ªcil relaci¨®n de EE UU con Brasil, los gigantes del norte y sur de Am¨¦rica, con dos gobiernos con poco o nada en com¨²n. Para cualquier pa¨ªs un enfrentamiento abierto contra EE UU hubiese sido catastr¨®fico. La sensaci¨®n la simplific¨® ayer el secretario de Comercio espa?ol, Francisco Utrera: "Este conflicto comercial desaparece en EE UU, desaparecen las salvaguardas europeas y desaparece la necesidad de represaliar a este pa¨ªs". Como ha dicho el comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy, es "el final de una historia que nos hubiera costado mucho comercio".
Beneficio europeo
La UE es una de las m¨¢s beneficiadas de que Bush se haya retractado. La balanza comercial de Europa con EE UU en lo que respecta al acero es netamente positiva, casi 4.000 millones de euros exportados frente a menos de 750 millones importados de media en los ¨²ltimos a?os.
La UE exporta mayoritariamente productos de alta calidad, que son los que utiliza la industria manufacturera estadounidense, que tambi¨¦n se ha alegrado con el fin del enfrentamiento, ya que el producto que necesita no lo consigue en su propio pa¨ªs. El republicano Joe Knollenberg, del Estado de Michigan, fue uno de los m¨¢ximos defensores de la abolici¨®n de alza de los aranceles por el impacto que ¨¦ste ten¨ªa en la industria del autom¨®vil. "Esto ayudar¨¢ a la recuperaci¨®n econ¨®mica", a?adi¨®.
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