John Le Carr¨¦ denuncia en su ¨²ltima novela los excesos de Estados Unidos
'Absolute Friends' provoca la indignaci¨®n de los conservadores brit¨¢nicos por su cr¨ªtica a la guerra
John Le Carr¨¦ ha provocado la indignaci¨®n de los conservadores brit¨¢nicos con su ¨²ltimo libro, Absolute Friends, una denuncia de los excesos que, a su juicio, est¨¢ cometiendo Estados Unidos bajo la presidencia de George W. Bush al izar la bandera de la guerra contra el terrorismo. El gran narrador de historias de la guerra fr¨ªa ofrece su visi¨®n del mundo del siglo XXI de la mano de Ted Mundy y Sasha, dos amigos y esp¨ªas que se conocieron en el Berl¨ªn bipolar de los sesenta y coincidir¨¢n de nuevo en el inestable mundo unipolar de nuestros d¨ªas. Absolute Friends se publicar¨¢ en Espa?a en 2004.
El libro ha provocado la indignaci¨®n de los conservadores brit¨¢nicos
Absolute Friends ser¨¢ publicada en espa?ol por Plaza y Jan¨¦s y en catal¨¢n por Edicions 62. En Absolute Friends (editada en el Reino Unido por Hodder & Stoughton) el autor de El esp¨ªa que surgi¨® del fr¨ªo toma partido contra EE UU. Quiz¨¢ sea eso lo que m¨¢s ha molestado a la prensa brit¨¢nica, que refleja en sus comentarios una posici¨®n semejante a la que dividi¨® al pa¨ªs ante el conflicto de Irak. Mientras The Times, pero sobre todo The Telegraph, reniegan del giro pol¨ªtico de Le Carr¨¦, The Independent, el ¨²nico diario nacional que se pronunci¨® sin ambages contra la invasi¨®n de Irak, ve en la novela un canto a la amistad por encima de las ideolog¨ªas.
"Le Carr¨¦ no disimula su desprecio a la Administraci¨®n de Bush o su ansiedad al ver hasta d¨®nde puede EE UU darse carta blanca para hacerse enemigos", escribe Joan Smith en The Independent. "Aunque la convicci¨®n de sus argumentos depende del gusto de cada uno, lo que emerge con fuerza es la creencia de Le Carr¨¦ en la amistad. La lealtad entre individuos es m¨¢s fuerte que la ideolog¨ªa. Eso nos puede decir algo sobre sus propias prioridades, pero es tambi¨¦n lo que convierte Absolute Friends en un libro amargo, pesimista y profundamente rom¨¢ntico".
"Pobre John Le Carr¨¦. Primero perdi¨® su tema -la guerra fr¨ªa- y ahora est¨¢ perdiendo su audiencia", escribe Daniel Johnson en The Telegraph. Se refiere a unas declaraciones del escritor al programa Today de la BBC en las que denunciaba la guerra contra el terrorismo, el "Gobierno-junta" de George W. Bush y las "mentiras" en las que se ha apoyado Tony Blair para justificar la invasi¨®n de Irak, al tiempo que se lamentaba de que "no se puede criticar a Israel, porque te acusan de ser antisemita". "El gran maestro del thriller se ha convertido en un aburrido", afirma Johnson. "Absolute
Friends recicla un mont¨®n de material de la guerra fr¨ªa ya conocido. Los malos, sin embargo, ya no son los esp¨ªas del KGB, sino aquellos que los derrotaron. Occidente es el nuevo bloque del Este; la siniestra Derecha es la nueva Izquierda; la lealtad a la Alianza Atl¨¢ntica es la nueva traici¨®n", a?ade Johnson.
"Fue la amenaza lo que hizo que los servicios secretos parecieran al mismo tiempo glamourosos y peligrosos. Y fue esa amenaza lo que convirti¨® Le Carr¨¦ en un nombre familiar. El antiamericanismo, en comparaci¨®n, es superficial, porque no se basa en una amenaza genuina. Si hay alguna amenaza, la forma que ha tomado -al menos desde el 11 de septiembre de 2001- no es americana, sino isl¨¢mica". Le Carr¨¦ est¨¢ amargado "porque ha descubierto que es un hombre del pasado. El mundo que ¨¦l conoci¨® mejor que nadie ya es historia; de ah¨ª su desesperaci¨®n, que le lleva a decir que no se puede escribir ficci¨®n optimista hoy d¨ªa", sostiene Johnson.
Tambi¨¦n en The Telegraph, George Walden escribe: "Le Carr¨¦ tiene derecho a tener su opini¨®n; puede ser un adventista del S¨¦ptimo D¨ªa, si quiere, mientras sus novelas no padezcan sus creencias; pero ¨¦sta las padece". "La calidad de la escritura y la plausibilidad de la trama cae en picado en cuanto Le Carr¨¦ deja su territorio y entra en el siglo XXI. El argumento se torna absurdo, material de pel¨ªcula de serie B, y el lenguaje, al mismo tiempo indolente y did¨¢ctico, declina en paralelo", afirma. "El que una vez fuera un autor entretenido ha ca¨ªdo en el moralismo", advierte este antiguo diputado tory que perdi¨® su esca?o en la marea laborista de 1997. "No se puede ser propagandista pol¨ªtico y maestro del suspense al mismo tiempo, aunque s¨®lo sea porque sabemos por adelantado qui¨¦nes son los malos y qui¨¦nes los buenos y lo que el autor nos quiere decir. Cuando las novelas de esp¨ªas se convierten en veh¨ªculo para opiniones pol¨ªticas triviales y simplistas, la cuesti¨®n que se plantea es por qu¨¦ tenemos que preocuparnos en leerlas", afirma Walden.
"Desde que acab¨® la guerra fr¨ªa y cay¨® el muro de Berl¨ªn, John Le Carr¨¦ ha sido un novelista en busca de tema. (...) Con Absolute Friends vuelve a estar en forma", asegura Allan Massie en The Scotsman. "Es su mejor libro desde hace a?os, probablemente desde Un esp¨ªa perfecto. Ha encontrado un enemigo que vale la pena, una diana para su indignaci¨®n moral. Adem¨¢s, ha dado otra vez con una sinton¨ªa contempor¨¢nea. ?sta es una novela contra la guerra. En particular, es una novela contra la guerra de Irak, y ferozmente antiamericana. Est¨¢ escrita con pasi¨®n, (...) con un br¨ªo que Le Carr¨¦ no ten¨ªa desde hace a?os", se felicita Massie.
"El cap¨ªtulo que relata el viaje de los dos camaradas desde el idealismo hiperactivo hasta el fr¨ªo espionaje profesional es puro Le Carr¨¦", concede Stephen Amidon en The Sunday Times, "pero, cuando la narrativa entra en nuestros d¨ªas, Le Carr¨¦ baja el tono abruptamente, lanzando una jeremiada sin respiro contra la guerra al terrorismo". "Acab¨¦ Absolute Friends deseando que el m¨¢s grande de los novelistas de esp¨ªas siga escribiendo durante muchas d¨¦cadas no s¨®lo porque as¨ª seguir¨¢ creando personajes como Mundy y Sasha, sino tambi¨¦n porque as¨ª conseguir¨¢ tener una perspectiva m¨¢s incisiva sobre los turbulentos tiempos que vivimos", concluye Amidon con ¨¢cida iron¨ªa.
Babelia
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