Banesto cumple diez a?os de la intervenci¨®n inmerso en la batalla por el crecimiento
Conde, Roman¨ª, Garro y Lasarte contin¨²an en prisi¨®n tras la sentencia del Supremo
Banesto cumple 10 a?os de su bancarrota con cuatro de los antiguos gestores en prisi¨®n. Mario Conde, ex presidente; Arturo Roman¨ª, ex vicepresidente, y Fernando Garro, ex director general, contin¨²an en la c¨¢rcel, mientras que Enrique Lasarte, ex consejero delegado, est¨¢, pero en r¨¦gimen abierto. El Banesto de hoy, presidido por Ana Patricia Bot¨ªn, no se parece en nada al que hered¨® Alfredo S¨¢enz en 1993. Su objetivo, como cuarto banco espa?ol, es crecer con rentabilidad y recuperar cuota de mercado perdida. En 2003 ha subido un 31,26% en Bolsa.
"Lo ¨²nico que se mantiene de la ¨¦poca de Mario Conde es el equipo ciclista, aunque ahora lo tengamos compartido con el Gobierno de las islas Baleares", comenta un directivo de Banesto. "Todo lo dem¨¢s y sobre todo la forma de hacer banca es radicalmente diferente", a?ade.
Sin embargo, ser¨¢ dif¨ªcil olvidar aquella ma?ana de histerismo del D¨ªa de los Inocentes de 1993 cuando, a las 14.15, la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores, presidida por Luis Carlos Croissier, decidi¨® suspender la cotizaci¨®n de Banesto. Dos horas despu¨¦s, Luis ?ngel Rojo, gobernador del Banco de Espa?a, comunicaba a la entidad que interven¨ªa el banco y destitu¨ªa al Consejo de Administraci¨®n, incluido el todopoderoso Mario Conde. De nada sirvieron sus urgentes llamadas a los principales poderes pol¨ªticos, incluida la Casa Real. Tambi¨¦n fue papel mojado el plan de saneamiento presentado por el influyente banco de negocios norteamericano JP Morgan.
Las cifras de aquel drama no fueron peque?as: 638.000 millones de pesetas (3.834 millones de euros) de agujero patrimonial y un grupo industrial, que lleg¨® a ser el segundo m¨¢s importante del pa¨ªs, en ruina, con p¨¦rdidas de 12.000 millones de pesetas. Pero lo m¨¢s impactante fue el encarcelamiento de algunos directivos y parte de su Consejo de Administraci¨®n.
La crisis de Banesto abri¨® dos procesos: el judicial y el administrativo. El primero se sald¨® en julio de 2002 con la sentencia del Supremo que elevaba de 10 a 20 a?os la pena de c¨¢rcel para Mario Conde y, el segundo, en febrero pasado, cuando el Banco de Espa?a acord¨® su inhabilitaci¨®n por 20 a?os como banquero.
Accionistas perjudicados
La sentencia del Supremo, que revis¨® la anterior de la Audiencia Nacional, increment¨® de 10 a 20 a?os la pena de c¨¢rcel de Conde. Tambi¨¦n ampli¨® la sentencia de Rafael P¨¦rez-Escolar, ex consejero del banco, en tres a?os y medio, adem¨¢s de condenar a cuatro a?os de c¨¢rcel a Jacques Hachuel y Enrique Lasarte, que hab¨ªan sido absueltos por la Audiencia. Fernado Garro, ex director general, mantuvo su pena de seis a?os. De ¨¦stos, todos siguen en prisi¨®n excepto P¨¦rez-Escolar y Hachuel, que fueron excarcelados por enfermedad. Adem¨¢s, fueron condenados a pagar 63,16 millones de euros (10.508 millones de pesetas) entre todos. Conde y Lasarte disfrutar¨¢n de permisos navide?os por haber cumplido m¨¢s de un tercio de su condena, algo que no suceder¨¢ en el caso de Garro y Roman¨ª. Los afectados han recurrido al Tribunal Constitucional.
Sin duda, los m¨¢s afectados por la crisis fueron los 235.160 accionistas de Banesto. La mayor¨ªa acudieron, meses antes, a una ampliaci¨®n de capital de 90.000 millones de pesetas (541 millones de euros). Los accionistas fueron embaucados por la labia de Conde y los falsos n¨²meros que, con el benepl¨¢cito de las autoridades, present¨® ante los mercados. Tras la intervenci¨®n, los t¨ªtulos cayeron de 2.000 pesetas a 800.
Pero una de las peores herencias de la crisis de Banesto fue que puso en tela de juicio la eficacia de los supervisores: Banco de Espa?a, CNMV, auditores (PriceWaterhouseCoopers, en este caso) y la Direcci¨®n General de Seguros. De todos estos organismos, en donde m¨¢s da?o hizo la bomba Banesto fue en el Banco de Espa?a: marc¨® a una generaci¨®n de inspectores y provoc¨® una transformaci¨®n en los modos de trabajar de la autoridad supervisora, que busc¨® el camino para recuperar el prestigio perdido. Tras el caso Banesto, la supervisi¨®n endureci¨® las exigencias de informaci¨®n a las entidades financieras y a los auditores; intent¨® diferenciar al m¨¢ximo las inversiones industriales con vocaci¨®n de permanencia de las puramente financieras, y aclar¨® las relaciones entre filiales y matriz, uno de los agujeros de Banesto. Sin embargo, esta nueva actitud no ha evitado la crisis posterior de Eurobank ni, en el ¨¢mbito de los mercados financieros, supervisados por la CNMV, la de la Agencia de Valores Aragonesa (AVA), Inverbroker y Gescartera.
Resurrecci¨®n
El camino para resucitar a Banesto fue llamar a un equipo de 16 ejecutivos, capitaneados por Alfredo S¨¢enz, todos ellos menos uno procedentes del BBV. Sin embargo, la subasta posterior, en octubre de 1994, la gan¨® Emilio Bot¨ªn, presidente del Santander. ?ste ofreci¨® 95 pesetas m¨¢s por acci¨®n que Emilio Ybarra, presidente del BBV, que perdi¨® una oportunidad hist¨®rica de ganar terreno en banca comercial.
En esta transici¨®n ha habido dos etapas: la parte dura, una verdadera traves¨ªa del desierto, que dur¨® hasta 1998, y los a?os posteriores, cuando Banesto vuelve a intentar recuperar la cuota de mercado perdida.
El equipo S¨¢enz se present¨® el 31 de diciembre de 1998 con el saneamiento cerrado. Es decir, tap¨® un agujero de 638.000 millones, y coloc¨® al banco en pie de igualdad con el resto de entidades. El saneamiento del banco se cerr¨® oficialmente en septiembre de 1998, con la disoluci¨®n de SCI Gesti¨®n, sociedad en la que se depositaron los activos da?ados del Banesto de Mario Conde.
Antes, en junio de 1997 y con un a?o de anticipaci¨®n, Banesto hab¨ªa cancelado el pr¨¦stamo de 315.000 millones que el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos (FGD) le hab¨ªa concedido para su reflotamiento. Esta r¨¢pida recuperaci¨®n aviv¨® las cr¨ªticas de quienes aseguraron que se exager¨® el agujero contable y se vali¨® de la gran ayuda del Fondo (aportada por los bancos, es decir, por los clientes de las entidades) para colocarse en beneficios.
S¨¢enz explic¨® que la clave de su gesti¨®n fue volcarse en el control y recuperaci¨®n de cr¨¦ditos morosos, para lo cual se crearon equipos especiales con 6.000 personas. As¨ª, el banco recuper¨® m¨¢s de medio bill¨®n de pesetas.
Sin embargo, no todo consist¨ªa en limpiar. Banesto ten¨ªa que seguir vivo. Por ello, su direcci¨®n puso en marcha un completo plan de ventas de inmuebles (por 973,6 millones de euros hasta 1998) y de participaciones industriales. Banesto liquid¨® la Corporaci¨®n Industrial y se desprendi¨® de Agrom¨¢n, Tudor, Carburos Met¨¢licos, Asturiana del Zinc, Radiotr¨®nica y del 10% de Antena3, que adquiri¨® el SCH por 66,4 millones de euros.
Normalizaci¨®n
Este conjunto de medidas permiti¨® que el banco pasara de p¨¦rdidas de 75,13 millones de euros en 1994 a unos beneficios netos atribuidos de 187 millones en 1997. En 2000 se normaliz¨® m¨¢s la entidad al reanudar el pago de dividendos, suspendidos desde 1992.
En la historia de Banesto hay otra fecha clave: el 13 de febrero de 2002, cuando Ana Patricia Bot¨ªn toma la presidencia de la joya de la corona del grupo Santander Central Hispano. Su llegada coincide con el final del cr¨¦dito fiscal que dispuso la entidad durante nueve ejercicios.
Hoy, los ejecutivos se resisten a recordar hechos de 10 a?os atr¨¢s. "La prueba de que eso ya es historia es que el 35% de la plantilla actual ni siquiera ha conocido al equipo de Mario Conde". M¨¢s datos: en 1993 Banesto ten¨ªa 15.438 empleados frente a los 9.779 actuales. Contaba con 2.251 oficinas y ahora tiene 1.683. La entidad concedi¨® 12.041 millones de euros en cr¨¦ditos y, hasta septiembre pasado, la cifra era de 31.901 millones. El Banesto de Conde agrupaba 8.771 millones de euros en dep¨®sitos y, a 30 de septiembre pasado, contaba con 28.000 millones.
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