La Navidad y la izquierdona
Estamos m¨¢s mon¨¢rquicos que Llamazares, Gaspar, quiero decir. Est¨¢ claro que hay nombres que imprimen car¨¢cter. El otro Llamazares, Julio, el escritor, no s¨¦ si est¨¢ mon¨¢rquico, pero s¨ª celebra y felicita la Navidad, aunque est¨¦ por la zona de Babia. No entiendo por qu¨¦ la derechona mon¨¢rquica se empe?a en afirmar que a la izquierdona le fastidia la Navidad. Al menos eso escribi¨® una de sus plumas destacadas, el petit ma?tre de periodistas de anta?o y famoso descendiente de piratas ingleses, Anson. Luis Mar¨ªa mira a su izquierda y el paisaje que ve es pantagru¨¦lico. Fiestas paganas, llenas de izquierdistas atiborr¨¢ndose a domperignones, belugas imperiales y salmones salvajes. Consumistas a tope. Yo debo tener mala suerte. Nunca me invitan a los excesos de la izquierdona. No pillo una. Y eso que salgo abierto a nuevas emociones.
Ten¨ªa mis esperanzas puestas en Javier Krahe, tan ¨¢crata, tan izquierdoso a lo Brassens; sin embargo, lo encuentro celebrando las navidades. Y lo que es peor, currando. Nada de caviar. Cantando en Caf¨¦ Central. Tom¨¢ndose, eso s¨ª, alg¨²n gin-tonic, y volviendo a casa para celebrar en familia las entra?ables. No s¨¦. Estoy viendo que el s¨ªndrome de Mick Jagger llega a todos los rincones. Aquello de tener simpat¨ªa por el diablo era cosa de antiguos progres, de malditos de anta?o. Ahora casi todos se conforman con una medallita regia, una invitaci¨®n a la boda, un saludo de Letizia, un toque de clase.
Ya casi nada me extra?a. Uno de los ¨²ltimos republicanos, de orden, y nada izquierdista, Jos¨¦ Bello -no le gusta que le llamen Pep¨ªn-, que est¨¢ a punto de ser el ¨²nico de la generaci¨®n de la Rep¨²blica que consiga celebrar el centenario en vida, tambi¨¦n est¨¢ encantado con los Reyes y hasta con el Gobierno de Aznar. Sobre todo desde que, con mucha justicia y buenos asesores, le reconocen y enmedallan. ?Qu¨¦ genial Bello! Sigue con sus horarios de nocturnidad, con sus cervezas, con su l¨²cida memoria y con su capacidad para rescribir la historia del surrealismo a la espa?ola. Un espa?ol, un aragon¨¦s, capaz de haber vivido una vida sin levantarse antes del mediod¨ªa. Un ejemplo de inteligencia y simpat¨ªa. Y nada de caviares o domperignones. Unas ca?itas, y a charlar, que son dos d¨ªas.
Otro simp¨¢tico y aragon¨¦s, Luis Alegre, tambi¨¦n anda encantado de su amistad antigua con Letizia. Claro que un tipo como Alegre, amigo de Pep Guardiola o Tom Cruise/Cruz, ya est¨¢ acostumbrado a noches de estrellas, de gal¨¢cticos, de reales o irreales familias. Este ma?o, profesor de econom¨ªa en excedencia, celestino a su pesar de algunas de las m¨¢s hermosas del pa¨ªs, capaz de cantar La bien pag¨¢ a republicanos, mon¨¢rquicos, merengues o colchoneros, era imposible que no tuviera en su n¨®mina de amigos, conocidos o saludados a los enamorados de moda. Adem¨¢s, a pesar de confesarse republicano y de izquierdas, tambi¨¦n celebra la Navidad en familia, canta villancicos y come tortilla de patatas.
Tranquilo, Anson, alguno encontraremos. ?Ya est¨¢! Y tambi¨¦n aragon¨¦s: Jos¨¦ Luis Borau. No es que sea un izquierdoso. Tampoco de la derechona. Es, como una vez dijo Francisco Indura¨ªn para asegurar que su familia no era de izquierdas, "normales". Pues eso, tan normal como Borau, y, sin embargo, ?ay!, fastidiado con la Navidad. Y no s¨®lo fastidiado, sino que militante en contra. Siempre hay que estar alerta, el lobo agazapado se encuentra donde menos te lo esperas. Ah¨ª est¨¢, se?alado por sus propias obras. No me refiero a los cuentos premiados con el Tigre Juan de narrativa, que bien merecido lo tiene; sino a una obra que acaba de publicar para esc¨¢ndalo de los ansones en general. Incluso, para meter miedo a sus propios editores, una pareja empe?ada y cin¨¦fila. Unos libreros con la mejor oferta en cinefilia de Espa?a y valientes editores de ese libro descaradamente antinavide?o. Se llaman Jes¨²s y Mar¨ªa; por tanto, nada sospechosos. M¨¢s que sospechoso queda Borau, que no disimula ni en el t¨ªtulo: Navidad, horrible Navidad. Se convierte en el lobo estepario de la militancia contra lo entra?able. Queda denunciado.
El director de cine, el escritor Borau, mientras no asomen la patita otros valientes se queda solo ante el peligro. Ni Garci le acompa?a en estos d¨ªas. Termin¨® el rodaje de su pel¨ªcula coral, Tiovivo, justo antes de la Navidad. Para cenar en familia. ?Qu¨¦ bello es cenar en familia! Y no contento con esa declaraci¨®n de nostalgias navide?as, dio una copa para celebrar el premio, Nickel Ode¨®n. Aunque all¨ª tambi¨¦n brillaron por su ausencia los manjares. O sea, que seguimos m¨¢s secos que un dry mart¨ªn de los que prepara Alfredo Landa. Estoy empezando a pensar que Anson se inventa las cosas. Algo as¨ª como Samuel Pepys en sus Diarios. El inmortal ingl¨¦s, nada sospechoso de izquierdoso, tambi¨¦n en los d¨ªas de Navidad, encontraba tiempo para andar pellizcando a toda moza que se pon¨ªa a tiro. Eso s¨ª, despu¨¦s se iba a misa con su pudorosa esposa. Nunca sabremos cu¨¢l es la verdad de sus mentiras. Yo creo que Anson, como Pepys, tambi¨¦n debe tener mucha imaginaci¨®n. Les separan unos siglos de escritura. De lo otro, no s¨¦ nada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.