La burbuja italiana
La crisis del Parma, tutelado por el Gobierno tras el 'caso Parmalat', revela el profundo agujero del 'calcio'
El Parma, campe¨®n de la Recopa y de la UEFA en los a?os 90, quinto la temporada pasada en la Liga italiana, espera un comprador que extraiga al club del agujero negro de Parmalat, su actual propietario. Tambi¨¦n el Lazio busca due?o tras una ef¨ªmera edad dorada, concluida unos meses atr¨¢s con la crisis de la empresa que lo financiaba, el grupo agroalimentario Cirio. Incluso el Roma, en cabeza de la clasificaci¨®n, est¨¢ en venta. Los sue?os de grandeza de muchos clubes se ahogan en un mar de deudas. S¨®lo los grandes de siempre, Juventus, Milan e Inter, parecen tener el futuro m¨¢s o menos asegurado.
El caso del Fiorentina podr¨ªa repetirse pronto. Era una sociedad hist¨®rica, cargada de prestigio, cuando el magnate audiovisual Vittorio Cecchi Goria se hizo cargo de ella para situarla "en la ¨¦lite del f¨²tbol mundial". La Fiore vivi¨® un fogonazo de fichajes y gastos que concluy¨® en agosto de 2002 con la quiebra, la disoluci¨®n y la refundaci¨®n de una Fiorentina 1926-Florentina Viola relegada a la Tercera Divisi¨®n por un gesto de generosidad de las autoridades deportivas; normalmente, habr¨ªa debido recomenzar desde el principio, desde las divisiones regionales. Ahora, en Segunda y curada de sue?os, conf¨ªa en volver a la m¨¢xima competici¨®n nacional.
La Primera Divisi¨®n sufri¨® en 2002 unas p¨¦rdidas globales de 279 millones de euros
Franco Carraro, presidente de FederCalcio, el organismo gestor del f¨²tbol italiano, lanz¨® el viernes la voz de alarma: "Nos arriesgamos a sufrir nuevas quiebras". La Primera Divisi¨®n del calcio sufri¨® en 2002 unas p¨¦rdidas globales de 279 millones de euros. Sociedad a sociedad, el endeudamiento es grav¨ªsimo: Roma, Milan y Lazio se aproximan a los 200 millones. Si la Uni¨®n Europea declara ilegal el decreto salvacalcio del gobierno de Silvio Berlusconi, que concede a los clubes extraordinarias facilidades fiscales y contables, la situaci¨®n se agravar¨¢. La era de los magnates, en la que cualquier multimillonario que se preciara deb¨ªa comprar un club de f¨²tbol y lanzarlo a la estratosfera con fichajes de precio irracional, podr¨ªa tener consecuencias devastadoras.
Parma y Lazio son quienes se encuentran en situaci¨®n m¨¢s precaria. El colapso fraudulento de Parmalat, due?o y patrocinador del club parmesano, ha engullido a la entidad futbol¨ªstica. La d¨¦cada dorada de los 90 ha dejado como saldo unas p¨¦rdidas acumuladas cercanas a los 700 millones de euros y un futuro incierto. Stefano Tanzi, hijo del presidente de Parmalat, su hermana y sus primos han abandonado el club, tutelado por el gobierno como consecuencia del decreto de intervenci¨®n de finales de a?o. La situaci¨®n es tan absurda, que el ministro de Actividades Productivas (Industria) ha tenido que autorizar personalmente la venta del goleador Adriano al Inter. Todos los jugadores -Nakata se fue al Bolonia al inicio de la crisis-, como el propio club, est¨¢n en realidad en venta. Se habla de que un grupo financiero brit¨¢nico, o la empresa de pastas Barilla, podr¨ªan quedarse con los restos del naufragio.
M¨¢s o menos lo mismo ocurre en el Lazio, que subsiste sin propietarios reales y se limita a mantener la esperanza y a vender sus joyas: el holand¨¦s Stam y el serbio Stankovic se marchar¨¢n probablemente al Inter, a cuyo due?o, el petrolero Massimo Moratti, no se le ha acabado a¨²n el dinero. Al magnate inmobiliario Francesco Sensi, que hered¨® de su padre mil hect¨¢reas edificadas en la car¨ªsima capital italiana, s¨ª se le est¨¢n acabando ya los fondos: el club de Totti, Samuel y Chivu, pese al brillo de su juego y de su clasificaci¨®n, carga con una monta?a de deudas (m¨¢s o menos, las que ten¨ªa el Real Madrid antes del pelotazo inmobiliario de Florentino P¨¦rez) y carece de otro patrimonio que los jugadores. Nadie sabe qu¨¦ pasar¨¢ el d¨ªa en que Sensi no pueda m¨¢s.
Los casos de Juventus, Milan e Inter son distintos. Su situaci¨®n econ¨®mica no es mucho mejor que la del resto: la Juve, de la familia Agnelli, va tirando; el Milan, de Silvio Berlusconi, acumula deudas pese a los recursos casi inagotables del due?o de Italia; el Inter quebrar¨ªa sin los petrod¨®lares de Moratti. Pero las tres sociedades cuentan con un n¨²mero de seguidores lo bastante grande como para resistir cualquier avatar. Juventus, Milan e Inter no pueden desaparecer, porque el trauma social ser¨ªa excesivamente duro. Los dem¨¢s, s¨ª.
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