M¨¢s ventajas que inconvenientes de un d¨®lar d¨¦bil
La larga ca¨ªda del d¨®lar ha sido positiva para muchos, pero para nadie tanto como para Estados Unidos.
Su primer e inmediato efecto ha sido disparar los m¨¢rgenes de las filiales que las compa?¨ªas americanas tienen fuera del pa¨ªs (exportan m¨¢s y en monedas con mayor valor). La econom¨ªa norteamericana se ha vuelto mucho m¨¢s competitiva, desembaraz¨¢ndose as¨ª de la presi¨®n a la que estaba siendo sometida por los pa¨ªses asi¨¢ticos.
Con un cierto retraso debido a la forma en que se gestionan los contratos de comercio internacional, los precios de los productos importados por el gigante americano se han disparado, ayudando a reducir el d¨¦ficit. Pero el efecto del aumento del crecimiento de las exportaciones deber¨ªa reforzarse con una disminuci¨®n de las importaciones, que sin embargo todav¨ªa crecen a un ritmo importante.
Hay consenso en que el euro ya est¨¢ sobrevalorado, aunque en el a?o conoceremos niveles superiores a los actuales para cerrar en 1,23 d¨®lares
?Qu¨¦ ocurrir¨ªa si las virtudes de un d¨®lar d¨¦bil se convirtiesen en problemas?
La primera duda ha sido planteada por la OPEC, que ha anunciado que el pr¨®ximo a?o ajustar¨¢ al alza el precio del crudo para mantener el poder adquisitivo de sus econom¨ªas.
Pero lo m¨¢s importante es que una ca¨ªda excesivamente fuerte puede plantear un problema a gran escala: en principio, todos los beneficios que la debilidad del d¨®lar tiene para la econom¨ªa de EE UU deber¨ªan llevar a que sus activos se vuelvan muy atractivos para inversores extranjeros. Pero, ?qu¨¦ ocurrir¨ªa si lleva a un recalentamiento de la econom¨ªa y por tanto a una subida de los tipos de inter¨¦s? Es aqu¨ª donde reside el principal peligro, ya que dado el hist¨®rico d¨¦ficit del pa¨ªs y la dependencia sin precedentes de los flujos de capital externos, una huida de los inversores podr¨ªa conducir a una ruptura del equilibrio financiero.
A pesar de todo y dado que los puntos positivos tienen mucho m¨¢s peso y fundamento que los negativos, la situaci¨®n no parece preocupante a corto plazo. Lo m¨¢s importante en estos momentos es mantener el atractivo de la econom¨ªa de Estados Unidos. La forma m¨¢s r¨¢pida y evidente de conseguirlo es reduciendo el d¨¦ficit, y vamos por el buen camino, ya que una pol¨ªtica de d¨®lar d¨¦bil tiene ex¨¢ctamente ese efecto.
?Y como afecta la debilidad del d¨®lar al resto del mundo?
Evidentemente, su primer efecto es perjudicar las perspectivas de beneficios empresariales en Europa y en Jap¨®n y, consecuentemente, da?ar a los mercados de renta variable de dichos pa¨ªses. Los inversores preferir¨ªan comprar valores dom¨¦sticos, sin riesgo divisa. Pero ¨¦sto s¨®lo llegar¨ªa a ocurrir si el desplome del d¨®lar es muy fuerte sobre los niveles con los que hemos cerrado el a?o 2003, ya que ¨¦ste efecto se est¨¢ contrarrestando con una aceleraci¨®n del crecimiento mundial.
?Qu¨¦ creemos nosotros que har¨¢ el tipo de cambio euro-d¨®lar?
Si en algo est¨¢n de acuerdo todos los intermediarios financieros es en que a los niveles actuales el euro est¨¢ sobrevalorado. Pero la inercia de los mercados y el apoyo que est¨¢ recibiendo la debilidad del d¨®lar con el silencio de EE UU puede hacer que nuestra moneda se siga encareciendo a costa del billete verde. Como hemos visto esta semana, los comentarios del Banco Central Europeo son decisivos; unas palabras de Trichet han conseguido frenar al euro como no la hab¨ªa hecho desde hace meses. Y el BCE va a tener que mostrar sus cartas, ya que la fortaleza del euro puede llegar a obligarle a bajar tipos en lugar de subirlos como se pensaba hasta hace bien poco. Su pol¨ªtica a corto plazo marcar¨¢ la evoluci¨®n de las divisas.
Los excesos tienden a corregirse, y en Morgan Stanley creemos que podemos cerrar el a?o cerca de 1,23 d¨®lares por euro, pero llegando a superar previamente los niveles actuales.
?Qu¨¦ recomendar al inversor particular? Que nunca especule con la divisa. Como hemos observado, un fuerte debilitamiento de la moneda americana tendr¨ªa un efecto negativo para EE UU, pero tambi¨¦n para las empresas europeas. La decisi¨®n de invertir en d¨®lares no puede ser tomada con el ¨²nico objetivo de obtener beneficios v¨ªa divisa. Es posible que el comportamiento de la moneda se vea neutralizado por el del propio activo como consecuencia del efecto negativo de ¨¦sta sobre los fundamentos econ¨®micos. Por tanto, nuestro mejor consejo es mantener un equilibrio entre nuestra exposici¨®n a d¨®lares y la dom¨¦stica en euros. Y desde luego, no dejarse llevar por los impulsos del mercado.
Morgan Stanley Gesti¨®n
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